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Mónica Gutiérrez
Mónica Gutiérrez

Entrevista a Mónica Gutiérrez, autora de “El noviembre de Kate”

"Una de las ventajas de escribir ficción son esos finales felices"

Por Javier Velasco Oliaga
martes 19 de julio de 2016, 08:35h

La escritora barcelonesa Mónica Gutiérrez ha publicado tres novelas, las dos primeras en formato digital en Amazon y la tercera la acaba de publicar en papel. “El noviembre de Kate” es su primera novela editada y nada más salir está consiguiendo unas ventas más que aceptables. La escritora ha conseguido una buena legión de seguidores en las redes sociales, algo que conoce bien ya que tuvo que promocionar ella sola sus dos primeras obras.


  • Mónica Gutiérrez

El noviembre de Kate
El noviembre de Kate

El noviembre de Kate” es una sugestiva historia de amor contada por sus dos protagonistas en primera persona. El sentido del humor que despliega la autora y su forma de narrar, con mucho brío y con un lenguaje muy cercano, hacen de la novela una lectura idónea para este caluroso verano, todo lo contrario de lo que ocurre en la novela. En la entrevista, Mónica Gutiérrez nos desvela todos los entresijos de su novela.

¿Cómo nace la idea de escribir “El noviembre de Kate”?
Sentía nostalgia de mis días en una radio local situada en una buhardilla y pensé en escribir algo sobre aquellas noches. Luego me desvié algo del tema, así que supongo que todavía le debo una novela a aquellas veladas nocturnas de radio.

¿Por qué la ubicó en una ciudad imaginaria como Coleridge?
Hasta la fecha, todas mis novelas trascurren en ciudades o pueblos imaginarios, disfruto creando paisajes inventados. Cuando empecé a escribir "El noviembre de Kate" estaba leyendo "Las puertas de Anubis", de Tim Powers, y me encandiló su principio, con el alegato romanticista de Samuel Taylor Coleridge. Como Kate tiene mucho de romántica, me pareció buena idea llamar Coleridge a su ciudad y Longfellow al pueblo en el que está situada la emisora de radio.

¿Qué tiene Kate de usted y al revés?
Siempre digo que los personajes de mis novelas no se parecen a mí pero sí que tienen mucho de mi experiencia vital. A Kate he intentado trasmitirle mi curiosidad por los detalles y por los jardines escondidos. Y creo que ella me ha contagiado su gusto por las bufandas largas de colores.

¿Necesitaba esa gran tormenta blanca para que los protagonistas estuviesen aislados?
Sí, quería meterlos en una gran bola de cristal de esas que puedes agitar y provocar una tormenta de nieve, quería esa imagen. Kate y Don ya estaban aislados, cada uno en su mundo; para conseguir que se abrieran el uno al otro necesitaba darles tiempo juntos. Además, como se trata de una historia feelgood, utilicé el contraste entre el frío de la tormenta exterior y la cálida atmósfera de la casa de Don para propiciar el bienestar del lector.

La novela está escrita en primera persona desde las perspectivas de Don y de Kate. ¿Por qué ha jugado con esos dos puntos de vista?
Pensé que enriquecería la narración tener los dos puntos de vista. El mundo interior de Kate, delicado y nostálgico, precisaba de una narración en primera persona. La voz de Don, más concisa y práctica, le da el contrapunto.

¿Cuál de los dos narradores le ha costado más?
Don. Porque quería que su voz contrastara con la de Kate, quería que fuese más dura, más fría y práctica, y mi estilo narrativo tiende a ser más sensitivo y poético.

¿Es difícil para una mujer ponerse en la piel de un hombre?
Hace poco me preguntaron si los escritores solo deberían escribir historias que hubiesen vivido en primera persona. Pensé que eso sería lo más aburrido del mundo, ¿dónde quedaba entonces la imaginación y el trabajo de investigación? La voz de mi protagonista masculino me costó más por las características del personaje pero no porque fuese un hombre.

¿Por cuál personaje siente más predilección? A parte de los narradores.
Me hace gracia William, el meteorólogo, porque empieza siendo tímido y acaba teniendo ese puntito de soberbia cuando se convierte en una celebridad. Pero el que me ha robado el corazón es Pierre Lafarge, por esa familia excéntrica que tiene, su pasado bohemio y su reinado tras la barra de pirata del bar escondido.

El grupo de amigos de Don son unos frikis irredentos, unos luchadores contra las grandes empresas. ¿Ha querido reflejar la impunidad de estas corporaciones en la novela?
Sí, es un toque de atención sobre lo indefensos que estamos los ciudadanos a la hora de proteger y controlar nuestros datos personales más sensibles. Pese a que estamos en el siglo XXI, la legislación sobre delitos informáticos, en concreto sobre pirateo de datos personales sensibles, sigue siendo poco concreta y contundente en nuestro país.

Al final, ¿siempre triunfa el bien?
"El noviembre de Kate" es una novela feelgood, eso conlleva un final feliz. Una de las ventajas de escribir ficción son esos finales felices, me encantan. Vivimos tiempos difíciles, el lector necesita un respiro, un lugar agradable en el que evadirse durante un ratito.

El otro grupo de frikis son los amigos de Kate de la radio. ¿Es cada vez más difícil la independencia informativa?
Aunque estoy licenciada en periodismo hace años que no trabajo en los medios de comunicación pero creo que mientras estos sean un negocio no existirá eso de la "independencia informativa". El grupo de frikis de la radio me gusta porque no van allí a trabajar o a informar, sino porque han encontrado un refugio en donde ser ellos mismos.

¿Queda magia en el mundo?
Por supuesto. La magia está en los detalles y requiere atención para no perdérsela.

¿Cree necesario el humor en la vida?
Se suele decir que la esperanza es lo último que se pierde, pero yo creo que es el humor. Mientras seamos capaces de reírnos de nosotros mismos, de tomarnos con humor los pequeños desastres que nos acontecen cada día, viviremos mucho mejor.

Esta es su tercera novela y primera en papel. ¿Cómo surgió la posibilidad de publicar en papel?
Pues creo que se lo debo a "Un hotel en ninguna parte", una novela que funcionó muy bien y que estuvo en la lista de las diez novelas más vendidas en Amazon durante varios meses. En ese verano, se pusieron en contacto conmigo un par de editoriales interesadas por la novela. Pero fue la llamada de Blanca Rosa Roca, en septiembre, la que me convenció: siempre me ha encantado Roca Editorial, tengo la casa llena de sus libros, me encanta el puntito excéntrico de la mayoría de sus títulos, la originalidad de sus autores, la profesionalidad de Blanca Rosa, me gusta muchísimo. Cuando me ofrecieron publicar en Roca ni me lo pensé.

¿Son diferentes tipos de lectores los de los libros electrónicos y los de papel?
Creo que la mayoría de ellos no lo son. Según mi experiencia personal, los grandes lectores preferimos el libro en papel, somos unos románticos empedernidos (qué se le va a hacer) pero comprendemos bien lo práctico que resulta el lector electrónico y lo usamos muchísimo para ahorrar espacio en nuestras estanterías, para viajar más ligeros, para ahorrar un poquito en la compra...

¿Está satisfecha del resultado del libro en papel?
Estoy contenta de haber vivido esta experiencia, la edición en papel por primera vez, con Roca Editorial y con mi editora, Carol Paris. Se me ha hecho un poco larga la espera, eso sí, porque han pasado casi dos años desde que terminé de escribir "El noviembre de Kate". Pero ahora lo tengo entre las manos y me encanta.

¿Qué importancia le da a las redes sociales?
A mí me resultan muy útiles para recoger recomendaciones de buenas lecturas y estar en contacto con otros escritores, editores, ilustradores, libreros, etc. Además tengo un blog literario y las redes sociales son los salones en donde los blogueros nos tomamos juntos un café y nos leemos mutuamente. Pero no estoy segura de que sirvan para vender libros.

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