El galardón no tiene dotación económica pero sí un gran prestigio. Se entregará en un acto protocolario en el Instituto de Cervantes de Madrid, el próximo 2 de noviembre, día de difuntos, lo que le valió para bromear sobre ese día al poeta, ya que según dijo se siente mayor y espera que no sea el último galardón que le concedan. “A mí, los reconocimientos me han llegado un poco tarde”, señaló con ironía.
Luis Alberto de Cuenca es poeta, traductor investigador de literatura clásica, asesor de las colecciones Literatura Breve y Alma Mater del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ex director de la Biblioteca Nacional y ex secretario de Estado de Cultura, “nunca me he considerado un político aunque haya ocupado puestos políticos”, confiesa.
El nuevo premio Antonio de Sancha es un apasionado bibliófilo y coleccionista de libros. “Soy un fanático de los libros, a los que amó con verdadera obsesión. Tengo una biblioteca de unos 50.000 libros. Se puede decir que he puesto una casa a los libros, ya que cuando contraje nupcias por tercera vez me fui a vivir a casa de mi mujer y dejé mi antigua casa para los libros”, ha contado en la rueda de prensa que organizo la Asociación de Editores de Madrid dar a dar a conocer al ganador del premio.
De las numerosa facetas que ha ejercido, con la que se queda es con la de poeta. “La poesía es lo que siempre más me ha interesado y ha estado presente en todo lo que he hecho. Incluso, cuando escribo columnas en el periódico, al final, se terminan convirtiendo en poesía”, señaló el galardonado que entre sus muchas ocupaciones ha sido la de letrista de rock. Grupos como la Orquesta Mondragón (Ponte peluca, Viaja con nosotros, etc.), con los que colaboró en los discos Muñeca hinchable y Viaje con nosotros, o Loquillo.
Al preguntarle si se consideraba un intelectual, ha dicho que esa palabra no termina de gustar. “Me considero un humanista que defiende los libros y la cultura por encima de todo. Como dijo Vicente Aleixandre, uno de mis maestros: hacer es vivir más. La cultura sirve para ahondar en nuestras raíces y nos hacer vivir de una manera más intensa y más hermosa”, explicó. No quiso dejar de nombrar a otro de sus grandes maestros el filólogo y helenista Francisco Rodríguez Adrados que tiene ya 94 años.
Cuando se le pregunta por el futuro del libro, no se mostró en absoluto preocupado. “La gente va a seguir leyendo, ya sea en papel o en ebook. Internet y los dispositivos tecnológicos no son enemigos sino complementos del libro”, vaticinó ante la mirada de Rosalina Díaz Valcárcel, presidenta de AEM y los miembros de jurado, Ramón Alba Sanz, José María Arizcun Pérez-Salas y Carlos Ortega que asistieron a la rueda de prensa.
Considera que las bibliotecas son la gran asignatura pendiente de nuestra sociedad. “En las series americanas vemos escenas en que salen bibliotecas, aquí no sale ninguna y cuando ocupe puestos de relevancia política sugerí que rodasen en alguna ocasión en una biblioteca. Creo que no me hicieron caso”, reconoce.
Luis Alberto de Cuenca nació en Madrid en diciembre de 1950, es doctor en Filología Clásica por la Autónoma de Madrid, investigador del CSIC y miembro de la Real Academia de la Historia, obtuvo en 1985 el premio de la Crítica por su poemario La caja de plata. Entre sus libros de ensayo figuran Floresta española de varia caballería, De Gilgamesh a Francisco Nieva, Lección magistral, Los caminos de la literatura...
La Asociación de Editores de Madrid decidió crear este galardón en 1977, coincidiendo con su veinte aniversario, con el propósito de destacar a una personalidad internacional que se haya distinguido por promocionar y defender los valores culturales en general, y el libro y la promoción de la lectura, en particular.
El primer año, el premio se otorgó a Jack Lang, ex ministro de Cultura francés. Otros galardonados han sido: Julio María Sanguinetti, ex presidente de Uruguay, Federico Mayor Zaragoza, Nuria Espert, Francisco Ayala, Juan Luis Arsuaga, el periodista francés Bernard Pivot, el editor Germán Sánchez-Ruipérez, Mario Vargas Llosa, Emilio Lledó y Carmen Iglesias.
El nombre del premio es un homenaje a Antonio de Sancha (1720-1790), un hombre de la Ilustración y el primer editor español en el sentido actual del término, que conocía muy a fondo el mundo de los libros. Fue librero, encuadernador, impresor y un editor que se propuso 'reimprimir las mejores obras que se han escrito que, por raras, apenas son conocidas'.
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