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Jimena Tierra
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Entrevista a Jimena Tierra, autora de “Equinoccio”

“Escribir en tercera persona me vuelve más objetiva”

Por Javier Velasco Oliaga
jueves 12 de enero de 2017, 07:31h

Jimena Tierra es una joven escritora de la sierra madrileña que acaba de publicar “Equinoccio” en la editorial Playa de Ákaba del matrimonio Noemí Trujillo-Lorenzo Silva. A medio camino entre la novela negra y la de terror, esta obra se mueve de manera escurridiza por el difícil mundo de las ciencias ocultas y el satanismo al que llegan los protagonistas después del suicidio de un estudiante.

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De manera desasosegadora y desgarradora Jimena Tierra nos adentra en un mundo árido, inhóspito y terrorífico. “Equinoccio” es una historia donde no se puede dar nada por sentado, donde las sorpresas saltan a cada página guiados por la mano diestra de una escritora con firme creencia en lo que hace y cómo lo hace. En la entrevista, la autora, nos da las pocas pistas que puede para no desvelar la trama de la novela que, por otra parte, nos agarra desde la primera página.

En primer lugar me gustaría que nos explicase lo de su nombre, Jimena Tierra. ¿Es un pseudónimo? Si es así, ¿Por qué adoptó ese nombre?
Mi primer pseudónimo fue María Ménguez. Mi madre y mis tías se llaman María (Victoria, Ángeles y Carmen), y Ménguez es un apellido solitario. Mi nombre y mis apellidos reales son habituales. Tanto que, en mi clase, cuando cursaba la EGB, había cuatro niñas que se llamaban y apellidaban como yo, de modo que siempre tuve claro que quería presentarme de diferente forma en el terreno literario. Acabé decantándome por Jimena Tierra como un seudónimo que hace da colorido a mi identificación real.

¿Qué diferencia existe entre la autora y la persona?
La persona es mucho más introvertida y temerosa.

Equinoccio” es su primera novela. ¿Cuándo decidió pasar de la abogacía tributaria a la escritura?
Nunca quise pasar de un lado a otro. Siempre tuve claro que quería ser escritora. Cuando tuve que elegir la carrera, tras Selectividad, le pregunté a mi padre qué tenía que estudiar para serlo y, siempre tan pragmático, dijo “Derecho, hija, Derecho”. El Derecho, al fin y al cabo, es lo que me da de comer.

¿Va a compaginar ambas carreras?
Mi ilusión, como la de la mayor parte de los escritores, sería dedicarme exclusivamente a la literatura. Ahora mismo, lo considero como parte de una proyección utópica, de manera que sí: trataré de dividirme mientras quede vocación.

¿Cómo y cuando surgió la idea de escribir la novela?
Me gustaba mucho el Derecho Penal, recopilar artículos de crímenes. Averiguar las penas que les impondría, hacerles seguimiento. En enero de 1998, una noticia para mí fue muy impactante. Treinta miembros de la Orden del Templo Solar, una secta satánica que operaba en Tenerife, estaban a punto de suicidarse cuando la policía lo detuvo. Ello abrió la puerta para indagar qué clase de coerción psicológica debe ejercer un líder para conseguir que una persona atente contra sí mismo.

¿En qué género encuadraría su ópera prima?
Es género negro, porque engloba los elementos de que requiere. Una trama detectivesca que, al mismo tiempo, actúa como denuncia social. Sin embargo, la historia contiene elementos de suspense psicológico y terror.

¿A qué lectores va dirigido “Equinoccio”?
A todos aquellos amantes del género negro, el misterio y el terror.

Sus dos protagonistas, Eduardo Yuste y Anastasio Rojo son muy antagónicos. ¿Cómo los definiría?
Son dos personas disconformes con el mundo en el que viven, que tratan de salir de su zona de confort. Eduardo Yuste es introvertido, un estudiante de oposiciones a juez que vive enfrascado en los libros. Anastasio Rojo es un detective en horas bajas, que ha tenido una actividad muy prolífica pero que ha visto su carrera quebrada por un problema familiar. A pesar de que sus mundos son, como bien dices, antagónicas, tienen un punto en común: su inseguridad y su necesidad de pertenencia a un grupo.

¿Por qué ha escogido a dos personajes como ellos?
Reflejaban muy bien las dos perspectivas desde las que quería plantear la novela. Si hubiera planteado solo el punto de vista del detective, o la perspectiva individual del joven que es hechizado por un grupo destructivo, la trama no habría mantenido el suspense de la forma que lo hace. Las historias se contraponen y permiten al lector inmiscuirse, preguntarse, conjeturar.

La novela está escrita en tercera persona. ¿Se encuentra más cómoda que en primera persona?
Inicialmente escribía relatos realistas. Ellos, procuraba hacerlos en primera persona. Quizás por mi inexperiencia, me identificaba con los personajes y permitía inocentemente que mi álter ego se dejase llevar por la historia. Escribir en tercera persona me vuelve más objetiva. Me convierte en espectadora.

El mundo de los ritos satánicos es bastante tabú y, por tanto, desconocido. ¿Cuánto tiempo se ha documentado en ese mundo?
Tardé en escribir la novela tres años en los que estuve documentándome a través de toda la información que podía recopilar: manuales esotéricos y ocultistas, biblias, artículos de prensa, biografías, videos y documentales, etc. Especialmente los datos recabados se centraban en países hispanohablantes.

¿Cuánto tiempo ha tardado en escribir la novela?
No realicé un proceso de documentación y, posteriormente, de escritura. Lo uno fue prácticamente ligado a lo otro. Iba escribiendo la trama a medida que me empapaba de la información. Ello duró, como comentaba, tres años.

¿Podrían suceder los hechos que narra en la España real?
Podrían. De hecho, hace dos años años detuvieron al líder de una secta en el mismo Collado Villalba, acusado de realizar varios abusos sexuales. La novela se desarrolla en el escenario del Madrid actual y tiene escenas en el norte de España.

La lucha entre el bien y el mal está muy presente en la novela. ¿En la realidad, ocurriría tal y cómo describe?
Cada secta tiene su forma de actuar, su organización y sus operativas. El libro no recoge los datos de una secta concreta, sino un compendio de actuaciones ilícitas de varias. Podría ocurrir, perfectamente, como se describe.

Para una escritora primeriza, ¿es difícil encontrar editorial?
Mucho. Equinoccio estuvo dando vueltas durante mucho tiempo, porque se escribió antes de que naciera Playa de Ákaba. Afortunadamente, Noemí Trujillo, mi editora, apoyó la idea y la novela vio la luz este octubre del 2016.

¿Comenzó la publicación de su novela en Internet?
La envié a todas las editoriales de España porque, mi ilusión, era verla en papel. Cuando no obtuve respuesta, decidí autoeditarla en Amazon.

¿Cómo se ha portado la editorial con usted?
Tengo mucha suerte de ser una de las autoras de Playa de Ákaba. He participado en el ciclo llevado a cabo por la editorial, titulado Hablar de Libros es Bueno, y he hecho varias presentaciones literarias a lo largo de la Comunidad de Madrid, incluyendo en el Café Gijón, que han contribuido al impulso de la novela hasta su tercera edición.

¿En poco tiempo, dos meses, ha conseguido lanzar tres ediciones del libro. ¿A qué cree que es debido el interés de los lectores por su obra?
A muchos lectores les gusta una literatura diferente, que les entretenga y, al mismo tiempo, les muestre una cara desconocida, morbosa, oscura, de la sociedad. La novela negra está en auge desde hace tiempo y Equinoccio, encuadrada en el género, no podría ser menos.

¿Tiene más historias preparadas para contarnos?
Tengo ya una segunda novela que espero publicar en breve. Y cientos de historias inacabadas que, con tiempo e ilusión, terminaré. Hay mucho que leer y mucho que escribir. Y, afortunadamente, nunca es suficiente.

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