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El escritor mexicano Guillermo Arriaga regresa a la novela tras dieciséis años sin publicar

lunes 23 de enero de 2017, 21:11h
El salvaje
El salvaje

"El salvaje" es el regreso del autor de Amores perros a la ficción con su obra más ambiciosa, personal y lograda. El reconocible universo narrativo de Guillermo Arriaga convertido en una poderosa novela río de cuyo torrente no podrá escapar el lector.

“Y sí, la muerte irrumpió en mi vida y la devastó. Pero estuve resuelto a no permitir que me remolcara con ella”.

Casi dos décadas después de su última novela, El búfalo de la noche (1999) el mexicano Guillermo Arriaga regresa al género con su obra no sólo más voluminosa, sino también más ambiciosa, personal y lograda. Una novela río que confirma sin ambages al celebrado guionista de Amores perros como una de las voces más poderosas y originales de la nueva narrativa latinoamericana.

El salvaje es la historia de Juan Guillermo, un muchacho de 17 años que se ha quedado completamente huérfano tras la silenciosa muerte de su abuela y el fatal accidente automovilístico que ha cegado las vidas de sus padres. Tres años atrás, su hermano mayor, Carlos, ha sido asesinado por un grupo de fanáticos jóvenes católicos, apoyados por el clero y los poderosos en las sombras, en complicidad con el corrupto comandante de la policía judicial que hace a su antojo su barrio obrero del México DF a principios de los años 70.

Se trata de la Colonia Modelo, el barrio natal del autor, desde cuyas azoteas Juan Guillermo masca su furiosa sed de venganza, junto con un salvaje anhelo de libertad y quizás también su irrefrenable impulso autodestructivo. Y para sobrellevar el dolor, la soledad y el peso de tantas muertes cercanas que carga consigo quizá no cuente más que con el amor incondicional de una muchacha tal vez demasiado promiscua y la feroz compañía de Colmillo, un lobo de pura raza que ha salvado de la eutanasia a la que estaba condenado, dada su indómita naturaleza, como imposible o equívoca mascota de una familia vecina.

Pero El salvaje también es la historia de otro lobo y de otro hombre que se identifica con su naturaleza animal: un gran lobo gris de los bosques helados del Yukón, en Canadá, y el cazador inuit Amaruq que persigue infatigable a su jauría hacia el remoto e inhóspito norte. Una cacería del macho alfa acicateada por el espectro de su abuelo que lo conducirá hasta las gélidas brumas de la locura y quizá también a su propia muerte.

La maestría narrativa de Arraiga, confeso y apasionado amante de la caza que se define a sí mismo, al igual que Delibes como un cazador que escribe, consigue enlazar poco a poco ambas historias ambientadas en dos escenarios contrapuestos que el autor conoce muy bien, el entorno natural de la naturaleza virgen e incluso hostil y la violenta urbe mexicana del DF en los años 70, entre riñas de perros, traficantes de todo tipo, grupos de ultra derecha y policías corruptos. Dos arrolladoras líneas argumentales que confluyen como dos afluentes torrentosos en una sola historia río.

Una historia en la que se dan cita todos los grandes temas del particular universo narrativo de Arraiga: la omnipresente presencia de la muerte y el irrefrenable impulso de la vida que se impone siempre a ella, los hermanos enfrentados, el mundo animal, la venganza y la justicia, las pasiones enfrentadas, los celos y el amor, para conformar una obra arrolladora, conmovedora y profunda.

Consumado experto a la hora de enlazar vidas e historias paralelas en un único relato, tanto en la gran pantalla como en letra de molde, Arriaga da aquí un paso más allá porque consigue enhebrar en la historia de El salvaje un sinnúmero de personajes memorables a través de una estructura compleja plagada de flashback y anticipaciones que acrecientan aún más el ritmo hipnótico sobre avanza la novela. Incluso se permite la innovación formal para intercalar sobre su parco y descarnado estilo, ya tan característico como efectivo, pasajes de verdadera prosa poética y hasta poemas de laboriosa disposición espacial sobre la página, a la manera de los caligramas de Apollinaire.

En un logrado contrapunto entre la narración en primera persona del joven protagonista mexicano y la tercera persona focalizada o incluso introspectiva en los personajes que protagonizan la trama paralela en el inhóspito Yukón, El salvaje se organiza en breves capítulos encadenados a través de leyendas, citas, etimologías o referencias a los autores que vorazmente lee el narrador: desde Borges, Shakespeare, Rulfo o Confucio, a Nietzsche, Simon Wiesenthal o Carl von Clausewitz. Un vasto juego de intertextualidades que enriquece
el relato sin estorbo y ahonda a un más su sentido y posibles interpretaciones.

Por todo ello, El salvaje se alza como la obra cumbre de Guillermo Arriaga, tan ambiciosa como lograda. Un verdadero tour de force narrativo que no solo confirma su singular talento narrativo, sino que no dejará indiferente a ningún lector.

Guillermo Arriaga ha publicado las novelas Escuadrón Guillotina (1991), Un dulce olor a muerte (1994), El búfalo de la noche (1999) y la colección de cuentos Retorno 201.Su obra ha sido traducida a dieciocho idiomas. Los derechos de El salvaje han sido vendidos a numerosos países en la pasada Feria de Frankfurt. Escribió las películas Amores perros, 21 gramos y Babel, que forman una trilogía que apostó por la narrativa no lineal y que reflexiona sobre el peso de la vida por encima de la muerte. Escribió además Los tres entierros de Melquiades Estrada. En el 2008 presentó su ópera prima como director: The Burning Plain. Recientemente produjo y coescribió la historia de Desde allá, primera película iberoamericana en ganar el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia.

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