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"El guardián invisible", de Dolores Redondo

Por Hermenegildo Verdugo
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h
El guardián invisible
El guardián invisible

«Me asombra que aquella novela que yo escribí cada tarde mientras mi marido hacía la cena a nuestros hijos en un pequeño pueblo de la Ribera de Navarra, esté hoy sobre la mesa de algunos de los más importantes editores de todo el mundo. [...] Me siento como cenicienta cuando llegó el hada y comenzó a transformar la vulgaridad en algo nuevo, brillante y cargado de esperanza. Me gusta el concepto cenicienta siempre que no olvidemos que cenicienta no era una princesa, que no se había ganado el nombre en un club de golf, sino trabajando muy duro.»

«Escribí la novela que quería leer, y puse en ella todos los elementos que a mí me gustaban, tome la decisión de cerrar la puerta y escribirla, de atreverme de una vez, sin importarme nada más. [...] El guardián invisible, es un ejercicio de cirugía escarbando hasta tocar el nervio, el lugar donde duele, donde crece el llanto, la angustia y el miedo. Me ha costado llegar hasta aquí, atreverme a abrir la puerta, a buscar y encontrar ese lugar y sin embargo ahora me parece tan obvio que casi mueve a la risa, porque como lectora lo había hallado muchas veces, y cada vez que lo encontraba en los textos de otros lo reconocía de inmediato. Honestidad.»

«El guardián invisible es la punta del iceberg de lo que pasa en Baztán y es una novela sobre el miedo. No sobre el monstruo de debajo de la cama , ni sobre el monstruo real que acecha en las esquinas, sino el que llevamos en nuestro ADN por ser humanos, el miedo a que el miedo regrese a que esta vez te atrape y se lleve tu cordura, a la certeza de que eso que dejaste atrás nunca está enterrado suficientemente profundo y esa certidumbre en la que no queremos pensar de que una crecida del río , un pequeño temblor de tierra o el simple y constante soplo del viento, pueden desenterrarlo y sabes que ese día volverá a por ti a acabar su trabajo.»

A orillas del río Baztán, en el norte de Navarra, han aparecido los cadáveres de dos adolescentes asesinadas y mutiladas. Todo apunta a un asesino en serie y nadie mejor que Amaia Salazar, inspectora de la Policía Foral instruida en el FBI, para llevar el caso. El malhechor imprime en sus crímenes la huella de la riquísima mitología del valle del Baztán, hasta el punto de que Amaia y su equipo se verán, por momentos, enfangados en una nada racional tesitura: ¿pueden ser los crímenes objeto de un basajaun, una criatura de leyenda? El tiempo corre en contra de la inspectora. El sanguinario proyecto del asesino acaba de empezar. Aquellas dos son sólo las dos primeras víctimas.

Un thriller que mezcla con originalidad el realismo de una investigación policial con la magia de la mitología vasco-navarra, las detalladas descripciones de pruebas científicas forenses con una asfixiante atmósfera de leyenda, una trama alambicada y trepidante con una escritura lírica y evocadora. Una novela con una protagonista, la inspectora Salazar, emocionalmente compleja que la autora disecciona con afilado bisturí psicológico.

El guardián invisible se ha vendido ya a siete países antes de su publicación en España. Se publicará internacionalmente durante el primer semestre del año. En Francia, abrirá y amadrinará la colección Cosmopolite Noir de Éditions Stock. El productor que llevó la serie Millennium de Stieg Larsson al cine se ha hecho con los derechos.

Las únicas personas que conocen el secreto de Amaia son quienes la acogen en Elizondo, su tía y sus dos hermanas, Flora y Rosaura. La familia es propietaria de una de las fábricas de dulces más antiguas de Navarra. La cruel y amargada Rosaura, la mayor, es quien regenta el negocio. La víctima de sus continuos y despiadados reproches es la frágil Rosaura. Ambas arrastran dos enfermizas y fracasadas relaciones sentimentales. Una claustrofóbica convivencia envenenada por el terrible acontecimiento que Amaia desesperadamente intenta olvidar. Volver al valle del Baztán abrirá "una pequeña grieta en la prisión de miedo y silencio con la que había construido barrotes de secretos pesares con los que contener al monstruo que venía a visitarla por las noches".

En una intriga que acelera el pulso cardíaco del lector al pasar las páginas, las pistas del caso del asesino en serie quedarán envueltas por la tóxica nebulosa familiar de Amaia. ¿Estarán relacionadas?

Con el personaje de Amaia, la autora explora la complejidad de los vínculos familiares y los límites del terror racional del que no podemos huir ni escondernos, porque no es un monstruo bajo la cama, sino una criatura que vive en nuestro interior.

Dolores Redondo (Donostia-San Sebastián, 1969) estudió Derecho y Restauración gastronómica aunque siempre, desde niña, quiso ser escritora. Comenzó escribiendo relatos cortos, cuentos infantiles y la novela Los privilegios del ángel al tiempo que se dedicaba a distintos negocios. Fue con la escritura de El guardián invisible cuando decidió volcarse a tiempo completo en el oficio de narrador. En estos momentos, Dolores Redondo vive su excepcional bautismo literario a nivel internacional desde un pequeño pueblo de la Ribera Navarra donde ya está escribiendo su próxima obra con la inspectora Amaia Salazar como protagonista.

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