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Ana Gavín, directora general de la Fundación José Manuel Lara que presentó y coordinó el acto; Consuelo León González, Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Villanueva de la Serena (Badajoz); el autor, José Carlos Vázquez e Ignacio Garmendia, editor de la Fundación José Manuel Lara
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Ana Gavín, directora general de la Fundación José Manuel Lara que presentó y coordinó el acto; Consuelo León González, Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Villanueva de la Serena (Badajoz); el autor, José Carlos Vázquez e Ignacio Garmendia, editor de la Fundación José Manuel Lara (Foto: José Belló Aliaga)

Presentación de la novela “Los nombres de los barcos” de Juan Carlos Vázquez, ganadora del Premio Felipe Trigo

Por José Belló Aliaga
martes 13 de noviembre de 2018, 18:32h

La Fundación José Manuel Lara, ha presentado en el restaurante Saporem de Madrid la novela "Los nombres de los barcos” de Juan Carlos Vázquez, ganadora del Premio Felipe Trigo que patrocina el ayuntamiento de Villanueva de la Serena.

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En el acto de presentación han intervenido, junto al autor, Consuelo León González, Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Villanueva de la Serena (Badajoz), Ana Gavín- que presentó y coordinó el acto- e Ignacio Garmendia, directora y editor de la Fundación José Manuel Lara, respectivamente.

PREMIO DE NOVELA FELIPE TRIGO

Otro año más, un autor novel se hace con este prestigioso galardón literario, que se edita con la colaboración de la Fundación José Manuel Lara.

La Fundación José Manuel Lara incorporó el año pasado a su catálogo editorial la publicación de la obra ganadora del Premio de Novela Felipe Trigo, que convoca anualmente el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena (Badajoz), un galardón consolidado en el panorama de las letras españolas y con fama de ser un excelente trampolín para autores noveles. Tras Roberto Osa, ganador la pasada edición con su obra titulada ‘Morderás el polvo’, llega este año Juan Carlos Vázquez con su novela ‘Los nombres de los barcos’.

La obra – que tiene el mar como escenario de la vida y también de la literatura- es una original combinación del género negro, donde no faltan la intriga y el suspense, con la atmósfera de los diarios de navegantes y de las legendarias narraciones de Stevenson, London y Conrad. Es, además, un homenaje a la novela de aventuras.

LA NOVELA

La fuente de Neptuno se ve colapsada por miles de hinchas del Atlético de Madrid que festejan ruidosamente el título de Liga tras dieciocho años de sequía. Mientras, a muy pocos metros de allí, en el Museo Thyssen, unos ladrones han robado dos célebres marinas: ‘La señal de peligro’, de Winslow Homer, y ‘El Martha McKeen’, de Edward Hopper, y huyen aprovechando la confusión de la multitud. Los cuadros robados acabarán por unir sus destinos con los de tres barcos muy diferentes: el ‘Argon’, viejo mercante que naufraga en medio de una terrible tempestad; el ‘Bernard’, un esbelto velero bautizado en honor al legendario navegante Moitessier, y el ‘Sniper’, el suntuoso yate de un oscuro magnate ruso que guarda entre otros secretos el de una afición inconfesable.

TRES HISTORIAS

Con esta trama policiaca, Juan Carlos Vázquez se sirve de tres historias que confluyen en ‘Los nombres de los barcos’, que alterna derivas, escalas, temporales y naufragios en un apasionante relato que recorre buena parte del Mediterráneo y que rinde homenaje a las grandes novelas de aventuras. Una novela que le ha valido el XXXVII Premio de Novela Felipe Trigo, galardón que le ha dado la gran oportunidad de incorporarse de forma más profesional al mundo de la literatura.

DECLARACIONES DEL AUTOR

Juan Carlos Vázquez afirma: “conocía el 'Felipe Trigo' porque es uno de los premios más veteranos del país, muy consolidado, muy bien dotado, y desde hace dos años con el atractivo adicional de que la obra ganadora la publica el Grupo Planeta. Tiene también fama de que es un premio que puede ganar un autor novel en igualdad de condiciones con cualquier otro, algo de lo que ahora también yo puedo dar fe. Además, hace unos años lo ganó una amiga mía, la periodista Noemí Sabugal, con su novela 'Al acecho', y eso es algo que también me animó a presentarme”.

PRIMERA NOVELA

“Los nombres de los barcos” es la primera novela que publico, pero es una obra que ha tenido varias vidas antes de nacer, se ha cocido a fuego muy lento durante prácticamente una década. Por lo demás, mis antecedentes literarios vienen de mi condición de lector casi compulsivo y de mi profesión como periodista.

“EL MAL DE DON QUIJOTE”

“Como a muchos otros, la mar me embrujó desde niño. Pero ya en mi juventud yo tuve el mal de Don Quijote durante algunos años, solo que en lugar de las novelas de caballerías, mi obsesión eran las lecturas sobre el mar. Me lo leía todo: novela histórica marítima, diarios de navegantes, ensayos, cuentos y especialmente novelas de aventuras, desde Stevenson, Jack London o el gran Conrad hasta otros más contemporáneos como Patrick O Bryan, Justin Scott, Alejandro Paternain, Nicholas Monssarrat… Me leía todo lo que cayera en mis manos con tal de que oliera a sal. Con el tiempo conseguí también mi Rocinante, un veterano velerito llamado ‘Raitán’ y comencé a navegar. Todo eso ha marcado cada página y cada línea de “Los nombres de los barcos”; quería que fuera una novela sobre el mar, que oliera a yodo, a brea, a puerto y a sentina de barco. La trama del robo en el Thyssen casi es una disculpa para que la historia zarpe y se haga a la mar”.

HOMENAJE A LA NOVELA DE AVENTURAS

“No sigo especialmente el género negro, aunque tampoco reniego de él; como en el resto de la literatura, hay grandes obras y otras mediocres, aunque es cierto que la novela policiaca vive una eclosión que hace más difícil filtrar el grano de la paja. Las novelas negras sí que son las nuevas novelas de caballerías de Don Quijote. He leído bastante a Fred Vargas, a Camilleri o a Petros Márkaris, sigo con asiduidad a Lorenzo Silva y a sus entrañables guardias Chamorro y Bevilacqua, disfruté mucho con las dos obras del gallego Domingo Villar, del que espero con ansia la siguiente entrega, y de vez en cuando leo alguna obra que me llama la atención, como fue el caso este año de ‘La novia gitana’, pero no lo hago por el hecho de que sean novelas negras; compiten en mi mesilla de noche en igualdad con Alejandro Palomas, con Stevlana Alexievich o con Modiano. La elección depende del momento en que te encuentres”.

“Las novelas de aventuras son el territorio de mi juventud y todo el mundo quiere volver al territorio de su juventud de vez en cuando. Al menos para mí es una necesidad vital que con los años aparece cada vez más a menudo. Además echo en falta en las mesas de novedades novelas de aventuras más allá de la literatura juvenil; yo creo que por eso escribí “Los nombres de los barcos”’.

PERIODISMO Y LITERATURA, HERMANOS MELLIZOS

“El periodismo y la literatura son dos hermanos mellizos, tan parecidos que muchas veces se confunden o incluso son uno mismo. Entre mis grandes referentes hay claros ejemplos de ello, desde Ernest Hemingway o Truman Capote hasta el querido García Márquez, Tom Wolf, o la gran periodista y escritora bielorrusa Stevlana Alexievich que descubrí cuando le dieron el Nobel. En los casos de estos cinco autores –y fíjese que tres de ellos han ganado el Nobel- gran parte de su obra es literaria y periodística a partes iguales. En mi caso concreto, el periodismo me ha dado oficio, que en ocasiones es lo único que puede suplir al talento. Escribir reportajes, crónicas o entrevistas es muy distinto a hacer una novela, pero te da el hábito de sentarte a diario frente al teclado y eso, unido al disfrute de la lectura, ya es un avance importante cuando te planteas dar el salto a intentar hacer literatura.

NUEVOS PROYECTOS LITERARIOS

“Dicen que trae mala suerte hablar de los proyectos que no están acabados, pero como yo aún soy novato en esto y además no soy supersticioso, lo puedo contar. Ahora trabajo en una novela ambientada en las cuencas mineras del carbón. Este país, como el resto del mundo occidental, se puso a funcionar gracias al carbón que durante doscientos años han arrancado generaciones de hombres que se entierran vivos literalmente a cuatrocientos metros de profundidad, que inhalan un polvo que los condena a una vejez prematura con la angustia de no poder respirar, y sometidos a diario a las condiciones más penosas y a un riesgo cierto de morir en cualquier momento atrapados bajo un derrumbe o por una explosión de gas”.

“No estoy hablando de esclavos romanos, ni de los mineros del Congo Belga que conoció Conrad en ‘El corazón de las tinieblas’, sino de españoles normales, como usted y como yo, que vivían y viven en amplias comarcas en Asturias, en León, en Palencia o en Teruel, y que ahora que han dejado de ser útiles –o eso creen algunos en este momento- se les deja caer a ellos y a su tierra. Y por si fuera poco, casi se les criminaliza por todos los males medioambientales del planeta. Será un homenaje y un agradecimiento a esta gente, pero también será una novela de aventuras y creo que puede sorprender, porque las aventuras que ocurren en la mina, como los héroes que las protagonizan, son desconocidas porque suceden sin luz, en lo más profundo de la tierra”.

EL AUTOR

Juan Carlos Vázquez (Quirós, Asturias, 1967) es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco. Desde muy joven ha colaborado en diversos medios de comunicación, especial- mente en ‘Diario de León’, periódico a cuya redacción se incorporó como reportero en 1992 y del que fue redactor-jefe durante ocho años.

Desde 2007 forma parte de la Dirección de Comunicación y Relaciones Institucionales de ‘El Corte Inglés’ en Castilla y León y coordina las presentaciones editoriales y la actividad de la Sala de Ámbito Cultural en León. Apasionado por el mar, ha navegado por el Mediterráneo desde el mar de Alborán hasta el Golfo de León, el mar Tirreno, el Jónico, el Adriático o el Egeo.

Autor del vídeo y de las fotografías: José Belló Aliaga

El autor, José Carlos Vázquez, ganador del Premio Felipe Trigo
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El autor, José Carlos Vázquez, ganador del Premio Felipe Trigo (Foto: José Belló Aliaga)
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