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Eugenio García Gascón y Joan Cañete Bayle
Eugenio García Gascón y Joan Cañete Bayle

Entrevista a Joan Cañete Bayle y Eugenio García Gascón, autores de “Expediente Bagdag”

“Irak es un estado fallido”

Por Javier Velasco Oliaga
domingo 26 de octubre de 2014, 08:36h
Joan Cañete Bayle y Eugenio García Gascón son dos periodistas que han desarrollado buena parte de su vida profesional como corresponsales en el extranjero o enviados especiales. Esa pasión por el periodismo les ha llevado a compartir innumerables aventuras por tierras extranjeras. De una de ellas, de la experiencia que tuvo Joan Cañete en Irak surge el nuevo libro que ahora presentan: “Expediente Bagdag
 (Fotos: Javier Velasco)
(Fotos: Javier Velasco)
Expediente Bagdag es una novela policiaca que transcurre en siete días. Los que van desde el comienzo de los combates terrestres en la capital iraquí y su caída ante las tropas estadounidenses. Siete días que pasan raudos en una carrera contrarreloj para descubrir a un asesino de niños que tienen síndrome de Down en una ciudad bombardeada por las tropas aliadas.

“La tesis que nos planteamos en la novela es si se puede hacer justicia cuando se desmorona toda estructura de poder”, señala Joan Cañete Bayle en una conversación que mantuvimos en la sede de la editorial Siruela. Un asesinato en medio de una guerra, donde los cadáveres son moneda corriente, parece que no tiene ninguna importancia, sólo para el protagonista de la novela, Rashid, un policía arrinconado por sus superiores pero que recurren a él cuando todos los responsables de ese gobierno huían en desbandada hacia otros países como Siria o Irán.

“Nos gustaba la idea de tener como protagonista un policía local, con educación europea, que tuviese relaciones con los periodistas internacionales y con la gente local. Sonaba atractivo”, explica Joan, que llegó al teatro de operaciones de la guerra tres días después de que la ciudad cayese en manos aliadas. “Centramos parte de la trama en ese hotel Palestina de infausta memoria por la muerte de José Couso”, recuerda el enviado especial a Bagdad.

Esos días de por sí, se merecían una novela. “Lo que veíamos en las noticias, cómo se fueron desarrollando los acontecimientos, daban para una trama de una novela”, continúa diciendo Joan y añade “la tensión en la capital iba subiendo paulatinamente. Todo el mundo pensaba que según se luchase en las calles de Bagdad sería un auténtico caos. Se creía que las batallas se llevarían a cabo barrio a barrio, calle a calle. La realidad fue muy distinta”.

Expediente en Bagdad es, para Eugenio García Gascón, “una novela policiaca con dos tramas narrativas. La primera es la policial y la segunda tiene un trasfondo histórico. Hemos intentado encontrar un equilibrio entre las dos tramas”. La parte policial, como buena novela negra, hace un retrato social y económico de Irak, un país en descomposición, donde la crítica social ocupa buena parte de la obra.

Cuando se escribe una novela a cuatro manos siempre surge la duda de si los escritores se pelean y cómo se componen para hacerlo. “No nos peleamos”, contestan al unísono. “Es la tercera novela que escribimos juntos. Las dos primeras estaban relacionadas entre sí. Ésta es totalmente independiente. En las dos primeras hemos ido escribiendo un capítulo cada uno, en la segunda nos dividimos por los diferentes puntos de vista de la novela y en esta tercera ha habido una única voz”, apunta Joan.

“En esta ocasión yo he escrito la primera versión de la novela, después se lo he pasado a Joan para que añadiese, modificase y arreglase todo lo que considerase conveniente. Después volvió a mí el texto y un último repaso por su parte ya que él estuvo allí en aquella época y sabía cómo estaban los decorados de aquella época”, cuenta Eugenio parsimoniosamente el proceso llegado y añade “era importante tener una coherencia en la voz y en el ritmo para no despistarnos y creo que esa coherencia la hemos conseguido”.

Eugenio opina que la novela es una obra de ficción, algo en lo que él ha trabajado más, ya que la parte descriptiva de los lugares y los acontecimientos ha quedado para Joan. “Creíamos que era importante que uno escribiera la primera versión, lo que es la materia prima, y el otro hiciese las modificaciones necesarias, siempre con una profusa documentación, ya que muchos acontecimientos narrados están todavía en la memoria de los lectores que siguieron los acontecimientos por la televisión”, señala Eugenio. Recuerdan que muchos de ellos los recogieron de libros de otros compañeros que cubrieron la guerra de Irak.

“Partimos de algunos reportajes que yo escribí para El Periódico de Cataluña. Todos los escenarios los visité y esa parte factual es muy importante para el desarrollo de la novela”, apunta Joan. Siempre que se escribe sobre esta guerra se hace desde un punto de vista occidental; en esta ocasión no ha sido así. “Hemos intentado contar la novela desde un punto de vista iraquí, lo cual nos permite hablar de las contradicciones que existen entre Oriente y Occidente, por eso escogimos un protagonista educado a la manera occidental pero que aspira a formar parte de los cuadros del partido Baaz”, expone Eugenio.

Ese puente entre la tradición y la modernidad queda perfectamente delimitado por el protagonista Rashid al Said. “El ideario del partido era progresista y Occidente hizo todo lo posible por volar. Con lo cual el problema iraquí ha ido de mal en peor. El resultado de estas políticas ha sido desastroso para Oriente. La realidad es terrible. Iraq es un estado fallido sin estructuras once años después de la guerra”, afirma corajudo Eugenio. Hay que recordar que desde el fin de la guerra han muerto cerca de 140.000 personas, bastante más que en la guerra.

Por su parte, Joan no cree en el periodista comprometido. “No hay manera de explicar lo que ocurrió en Irak sin que se convierta en una denuncia. Por eso no hemos querido hacer un libro periodístico ya que eso lo convertiría en un panfleto”. La visión que han querido dar de Irak es la de un pueblo angustiado que vive en una confusión constante. De ahí que crean que esa confusión les hace ser un país muy influenciable por la religión. “La religión está muy politizada. Toda la sociedad iraquí está muy politizada”, concluyen ambos al unísono.

Lo anterior se refleja en el protagonista. Expediente Bagdad comienza con un claro esquema de la mano del protagonista, según se va desarrollando el caos va haciéndose más patente. “Hemos querido reflejar el caos en el que vive Rashid según se van desarrollando los acontecimientos, desde que aparece el hijo, él ya no duerme, todo se le escapa de las manos y la novela se vuelve más difícil de leer al lector. Requiere más su atención”, desvelan. Algo premeditado que exige la complicidad del lector.

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Eugenio García Gascón y Joan Cañete Bayle
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