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John Keats

24/05/2023@22:02:00
¿Es necesaria la poesía en el siglo XXI, sobre todo, cuando muchos poetas claman que está muerta? ¿Es posible salir de los márgenes de la prisión que representan las pantallas de nuestros móviles para dejar a un lado el mundo visible y acercarnos al misterio? Palabra y lectura frente a imagen y silencio. Un silencio que marcha muy lejos del misterio como fuerza posibilitadora de la pérdida de la identidad real. Aquella que ahora nos marca el camino de una forma totalitaria. Ver. Pensar. Pararse. Y contemplar.

¿Qué es la belleza sino la implícita salvación que atesora el arte? El arte. Su alma. Fragancias de lo vivido y sufrido. Racional y bello a la vez. Lucha de sombras, temores y fantasmas. Conciencia del yo. Trastero de tinieblas. Luz y oscuridad de la vida. Como dijo John Keats: «¿Es el arte un vuelo hacia lo sublime o simplemente una evasión temporal de la experiencia?» Esa dualidad es la que está presente en este nuevo mapa de las emociones al que Irina Kouberskaya nos somete en La cordura loca de Lady Macbeth. Un espacio para la reflexión de lo que es bello en sí mismo, porque nos muestra aquello que no vemos, o mejor dicho, que no queremos ver.

Cuando miro el mundo en el que vivimos, y leo a Shelley, Emily Dickinson, Keats, Byron… siempre pienso que debí haber vivido en otra época, en una época más romántica, con menos tecnología, en la época en la que todo se valoraba más, con menos contaminación y más sentimiento.

CELEBRACIÓN DEL DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA

¿Qué es ser poeta? Incertidumbre y misterio se entremezclan como un rasguño y su herida en las ventanas de su alma. La sangre brota del interior y se derrama para ser contemplada, igual que un anhelo que busca convertirse en realidad. Todo parte de un deseo que nos ronda la cabeza y necesita salir de ella.

Abordar la vida de un artista, un escritor, en este caso, puede llegar a convertirse en una aburrida concatenación de hechos biográficos que, en la mayoría de las ocasiones, nos deja fríos por la ausencia de ese rasgo tan eminentemente literario como es la pasión de quien escribe a la hora de entresacar las virtudes y defectos del biografiado, pero, sobre todo, porque se deja a un lado la beta de la fascinación que todo escritor tiene por pequeña que sea ésta.

Se cumple el 196 aniversario de la muerte del poeta romántico en Roma (23/02/1821)

Nos dice Alejandro Valero, autor de la brillante traducción que precede la traducción de John Keats, "Odas y sonetos" que la Editorial Hiperión publicó por primera vez en 1995 que: «Resulta sorprendente que, después de haber transcurrido doscientos años desde el nacimiento de John Keats, casi nada en España corrobore su breve existencia.

Los días 1 de junio de 19:30 a 21:30 horas y 11 de junio de 11:00 a 13:00 horas en la caseta Nº 13 de la Asociación Adela

La caseta número 13, la más solidaria de la Feria del Libro de Madrid, en la edición de este año 2016, acogerá las firmas de nuestro colaborador Ángel Silvelo Gabriel, autor del libro "Fanny Brawne, La Belle Dame de Hampstead" que ha publicado la editorial Playa de Ákaba.

«Roma, 27 de febrero de 1821

Ya no existe; murió con la más perfecta tranquilidad… parecía entrar en el sueño. El día 23, hacia las cuatro, la cercanía de su muerte se manifestó. “Severn… yo… levántame… me estoy muriendo… moriré fácilmente… no te asustes… sé firme… y da gracias a Dios porque esto ha llegado…”

Hoy, 23 de febrero de 2021, se cumplen 200 años de la muerte del poeta británico John Keats en Roma. Sus restos descansan en el cementerio acatólico de la ciudad eterna al lado de la pirámide de Cayo Cestio. Un lugar donde la brisa sigue soplando en primavera bajo el designio de los versos del poeta. Un lugar en el que reposa junto a las cartas —que no pudo leer en vida— de su amada Fanny Brawne, y un mechón de pelo de su hermana pequeña Fanny Keats, ambos, símbolos de todo aquello que no fue o no pudo ser.

No era de noche. Apenas las ocho de la tarde. Pero ya se perfilaban las primeras sombras de la penumbra que anunciarían su muerte. Sombras aletargadas en la brisa del cercano Tévere y pérdidas entre las siluetas de las escasas personas que a esas horas todavía cruzaban la ciudad de Roma a través de la Piazza di Spagna. Había silencio y oscuridad en el entorno.

Cátedra, Madrid, 2017

La herencia literaria de este poeta inglés se mantiene intacta con el tiempo, no ya por ese rasgo distintivo de sus versos, cuya elaborada esencialidad nos hablan de su amor y cuidado por la palabra –el verdadero y hondo secreto que amamanta toda poesía- sino aún, cabría decir, por ese mantenido halo de romanticismo que sostiene, con el tiempo, su discurso acaso por la sencilla razón de que, en la medida que el inconsciente ha venido asociando Romanticismo como una forma expresiva en favor del amor –como una forma expresiva de amor- la vigencia de esta manifestación anímica, espiritual perdura en cuanto haya de hacerlo el propio género humano.

Fanny Keats (hermana pequeña del poeta romántico inglés John Keats) vino a España en agosto de 1833, tras la muerte de Fernando VII. Llegó desde Londres vía Francia junto a su marido, el vallisoletano Valentín Llanos y dos de sus hijos. En la frontera, por culpa de una forma institucionalizada de bandolerismo, se «incautan» de su equipaje. Se sabe, por una carta de Fanny a su amiga, la Srta. Brawne que, entre las pertenencías sustraídas, estaban las primeras ediciones de los libros de su hermano, con dedicatorias de su puño y letra. Afortunadamente, las cartas que le había escrito John cuando ella era adolescente, las llevaba escondidas en su bolso de mano —uno de aquellos indispensables que las señoras victorianas solían portar consigo—, y por suerte se salvaron del atropello.

En el 195 aniversario de la muerte del poeta británico John Keats, publicamos la carta que el escritor Ángel Silvelo Gabriel, gran conocedor de su vida y obra, ha escrito para homenajear a tan ilustre poeta romántico.