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Francisco Javier Expósito y Gonzalo Santonja
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Francisco Javier Expósito y Gonzalo Santonja (Foto: Javier Oliaga)

La Fundación Banco Santander publica el libro inédito “Andanzas por la nueva China”, de César M. Arconada

Fue el gran valedor de Lope de Vega y Cervantes en la Unión Soviética

Por Javier Velasco Oliaga
miércoles 13 de septiembre de 2017, 17:33h

El escritor palentino Cesar M. Arconada es uno de los muchos autores españoles que el exilio republicano hizo que cayese un tupido velo sobre su obra. “Arconada era consciente del error que cometió al elegir la Unión Soviética en lugar de México como lugar de exilio. Literariamente hablando porque personalmente su vida en Moscú no pudo ser mejor”, afirmó el antólogo de su obra Gonzalo Santonja.


  • Arconada con Alberti y Giménez Siles

  • Gonzalo Santonja

    Gonzalo Santonja


  • Gonzalo Santonja

Arconada en la ciudad sagrada de Pekín
Arconada en la ciudad sagrada de Pekín

La publicación de este nuevo libro por la Fundación Banco Santander se inscribe en el objetivo que vienen desarrollando desde hace ya bastante años, “Crear un canon humanista”, señaló en rueda de prensa Francisco Javier Expósito, responsable de la Colección Obra Fundamental que viene publicando dicha fundación. Para Expósito, “hay mucho corazón y mucha alma en esta obra. Arconada era un humanista fantástico”.

Suele desconocerse que César M. Arconada, uno de los renovadores de la narrativa y las vanguardias del 27, autor de libros como “Vida de Greta Garbo” -a la que no llegó a conocer-, espada de la literatura revolucionaria y socialmente comprometida, realizó en 1957 un viaje de miles de kilómetros desde el Moscú en donde estaba exiliado a la China revolucionaria de Mao. El resultado fue una crónica periodística y literaria, inédita hasta ahora, donde se entremezclan lo legendario, la sabiduría popular, los tipos humanos, la realidad social y la vida en ciudades como Pekín, Shanghái, Yenán, Sian o los entornos rurales del gigante asiático. Una obra singular sin duda.

Las autoridades chinas encomendaron a César M. Arconada escribir un libro sobre la industrialización en China. El autor aceptó el reto, recorrió China pero no le interesó nada la revolución de Mao. Le interesaban las leyendas y tradiciones de la China profunda. Ya el título del libro nos dice por donde puede ir. “Andanzas por la nueva China”. Andanzas parecidas a las de Alfanhuí, o del Lazarillo de Tormes…

La edición ha corrido a cargo del catedrático de Literatura de la UCM y Director del Instituto Castellano Leonés de la Lengua, además de escritor, Gonzalo Santonja. “Ya desde mis tiempos de estudiante me interesó la literatura social de César M. Arconada y cuando milité en el Partido Comunista de España (PCE) pude entrar en contacto con su hermano y con su esposa, Maruja Cánovas que me facilitaron mucha documentación sobre él. De hecho, fue Maruja quién me entregó el original del libro que ahora se publica”, reconoció el prologuista y antólogo de Astudillo.

Este volumen recupera no sólo un título inédito y atípico, sino la trayectoria de un brillante intelectual que fue redactor jefe de La Gaceta Literaria -una de las publicaciones más renombradas de su época-, un crítico de cine y musical superventas con títulos como Vida de Greta Garbo, Cómicos del cine o En torno a Debussy que le harían famoso mundialmente, y a un escritor comprometido socialmente con la denuncia de las condiciones de vida de los obreros en La turbina (1930), o Los pobres contra los ricos o Reparto de tierras, sin dejar de cultivar géneros como la poesía de vanguardia ultraísta en Urbe, o el cuento en Cuentos de amor para tardes de lluvia, que le convirtieron en un escritor total.

“Arconada merecía una recuperación que le hiciera justicia, borrado de las listas oficiales, del exilio incluso, murió en Moscú durante el franquismo y quedó sepultado. Estas crónicas nos lo devuelven en toda su magnitud. Estamos sin duda, ante un texto que “resitúa y agranda la figura del autor en el contexto de la Generación del 27”, nos dice Gonzalo Santonja, prologuista y antólogo. “Lo mejor del libro es la mirada de un palentino, extasiado ante la geografía gigantesca del país asiático y sus tradiciones y leyendas, las cuales Mao quería precisamente sofocar”.

Para Francisco Javier Expósito, responsable de Obra Fundamental, “Arconada escribe en estas crónicas algunos episodios dignos de la mejor narrativa de viajes”. Pese a que “obedece un encargo político, sin embargo no traiciona su alma de escritor y convierte el libro en una miscelánea de paisaje, leyenda y sociedad que da a este libro una singularidad que lo hace único”. No creo que este libro aburra a nadie. Sin duda, para Expósito, “si hay algo que no podemos hacer en la historia de nuestra literatura del pasado siglo es obviar a figuras de la talla de Arconada”.

Desde la Gaceta Literaria dio cabida a figuras del fascismo como Ramiro Ledesma o Giménez Caballero, quien diría de él que “al principio se sintió fascista, y me ayudó a traducir En torno al casticismo”, y que luego, con la influencia de Greta Garbo, evolucionaría al comunismo “con pureza y humildad”. Tras ser rescatado por Pablo Neruda y la filántropa Nancy Cunar de un campo de concentración en Francia tras la Guerra Civil, Arconada se exilió a Moscú, donde moriría absolutamente olvidado después de haberse convertido, junto a su mujer, María Cánovas, en divulgadores y traductores de la literatura española del Siglo de Oro.

César Muñoz Arconada escribió estas crónicas –cuenta Gonzalo Santonja- desde la nostalgia de “mi meseta castellana de pastores con las raíces descuajadas y las entrañas removidas”. Escritor de viaje de trabajo porque así lo dispuso “el capitán de mi bandera”, de la misma forma que lo hizo en 1937 sobre la resistencia popular en el campo franquista con Río Tajo. Corría el año 1957 y la China de Mao estaba en plena revolución, planes quinquenales y nuevos modos de producción. Arconada contaría con el apoyo oficial en este viaje, “nutrido séquito en el que no faltaron guías, secretarias, conductores…y también menos capacidad de decisión de la que ellos creyeran”, afirma Santonja.

Figuran en el itinerario del escritor, Yenán, la ciudad que no se parece a ninguna; Pekín la ciudad de la armonía; Nankín por los caminos del dragón; Shanghai eco de aventuras y silva de historias; Hangchow, por tierras de norias y arrozales y flor de leyendas; Sian, Cantón o Shiwán artesanía del barro, y una Miscelánea de artículos que darán un testimonio literario y periodístico que no dejará indiferente al lector.

Durante el viaje surgió un continuo ir y venir de voluntades en contra de Arconada para viajar a ciudades como Yenán, empezando por el jefe de su comitiva, que siempre decía era un mal día para algo sin decirle que no. “Escritor de cerros”, como se definía Arconada, le llevaron de pueblo en pueblo, industria en industria o de trabajador en trabajador. “De haberlo sabido, hubiera renunciado a mi viaje”, afirma Arconada. La mirada del autor cambia el libro propagandístico por una auténtica crónica.

Andanzas por la nueva China se encomienda a Alonso Quijano y Unamuno desde el afán divulgativo de comparar la historia con el presente, entre la épica nacionalista y la crónica revolucionaria, aleando la nueva China con el fondo inmemorial de sus leyendas. Arconada, sin embargo, se deja ganar por los paisajes, los ríos, los cerros, los templos, los mitos, “por ahí crece la obra, vivificada por el asombro, la mirada azul, la palabra justa y la descripción envolvente”, y aún más lo hace cuando “se aventura por el laberinto de las leyendas populares, otro rasgo de su castellanidad, con la infancia marcada por la flor nueva de los romances viejos y relatos legendarios”.

Hay fuentes que no hacen río, pero no hay río que no tenga madre de fuente. Me figuro la nueva vida de China como un río inmenso de limo fecundo y aguas caudalosas. Y entonces me pregunto, ¿dónde están sus fuentes? Porque quiero ir a buscarlas, a contemplar desde ellas el curso serpenteante, a ver desde lo alto y desde lo niño el proceso de formación: los afluentes que lo acaudalan, los obstáculos que lo cercan, las llanuras que lo ensanchan, los cascajales que lo purifican. (“Andanzas por la nueva China” pg. 5)

Cuando se olvida de la doctrina, Arconada recoge cuentos intemporales y la intrahistoria de pueblo milenario, acercándose a su alma de escritor, poeta y cuentista, con un talento abrumador. “Escritor mandado por el partido, se revela en esos momentos como escritor puro, del alma, a secas”, aunque también “hay un presente refundador de la historia, en que se incorporan a nivel de igualdad las realizaciones y las creaciones míticas, y se equiparan los dirigentes revolucionarios con las figuras protohistóricas y sagradas”, afirma Santonja en el prólogo del libro.

Estas crónicas han llegado inéditas hasta nosotros debido al conflicto chino soviético que se fue ahondando a mediados de los cincuenta y la no aceptación del manuscrito en Argentina, ni tampoco por supuesto en España durante esa época. La posterior muerte de Arconada lo dejó en el olvido.


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