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"Mother!": Mamma Mia!

Por Laura Ayet

sábado 30 de septiembre de 2017, 12:59h
Mother!
Mother!

¿De qué va la nueva película de Darren Aronofsky? Aronofsky quiere jugar al misterio. Con carteles intrigantes, sinopsis poco reveladora y título aún menos, la promoción del film se ha basado en dejar al espectador con mucha curiosidad.

  • Mother!

    Mother!

Terror | 121 min. | USA 2017
Título: Mother!.
Título original: Mother!.
Director: Darren Aronofsky.
Guión: Darren Aronofsky.
Actores: Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Ed Harris, Michelle Pfeiffer.
Estreno en España: 29/09/2017
Productora: Protozoa Pictures.
Distribuidora: Paramount Pictures.

Sinopsis
Una pareja (Jennifer Lawrence y Javier Bardem) viven en una aparentemente idílica casa. Inesperadamente, la relación de la pareja se pone a prueba cuando un hombre (Ed Harris) y una mujer (Michelle Pfeiffer) irrumpen en su rutina y se presentan en su hogar...

Crítica
¿De qué va la nueva película de Darren Aronofsky? Aronofsky quiere jugar al misterio. Con carteles intrigantes, sinopsis poco reveladora y título aún menos, la promoción del film se ha basado en dejar al espectador con mucha curiosidad. Sin embargo, es el signo de admiración del título lo más explicativo de todo esto, mostrando el delirio y desesperación que está por venir.

Mantener el secreto es la nueva estrategia de marketing. La película es una enorme metáfora que analiza la creación, como concepto en sí, con trazas bíblicas incluidas. Es importante destacar que la profundidad de estos mensajes se basa en que son casi inescrutables, dejando un halo de misterio. Llena de metáforas y temas ambiguos, busca el efecto de impactar y que el espectador saque sus propias conclusiones. Con todos los personajes sin nombre (personificando diferentes aspectos de la naturaleza humana), la idílica y pacifica rutina de la protagonista interpretada por la famosa Jennifer Lawrence, y su marido, el poeta encarnado por Javier Bardem, es interrumpida con la inesperada visita de unos espeluznantes desconocidos.

Aunque tiene claras influencias, si alguien espera ver una actualización de la Semilla del Diablo (Polanski, 1968), como tantas veces se hace cuando en una película calificada de terror aparece una mujer embarazada (no, no es spoiler si el título es Madre!), no se trata de eso. En ambos films se sucumbe a males indescriptibles, pero los pocos trazos comparativos son la obsesión por retratar cada uno de los aspectos del sufrimiento de la protagonista femenina por parte del director, junto con la exploración de los peligros de la adoración y el culto.

Jennifer Lawrence es la inocente y perfecta chica con ojos de cervatillo, que deberá aceptar, coaccionada por el ego artístico de su marido, los escalofriantes acontecimientos. La actriz es la estrella y las cámaras los satélites girando a su alrededor, con el director ofuscado en mostrar sus reacciones, recopilando todos sus primeros planos posibles. El personaje del escritor que anhela atención, está interpretado por un inquietante Javier Bardem, desaprovechado en esta ocasión. La prioridad de la dirección es la perspectiva subjetiva, ensañándose en el padecimiento de la mujer y no en la oscuridad de su pareja. Entre los personajes secundarios que aparecen solo en la primera parte, destaca la exquisita interpretación de Ed Harris y Michelle Pfeiffer.

Eliminando las convenciones del género del terror y haciendo que la primera parte del film sea más perturbadoramente divertida que escalofriante, mientras el hogar es invadido por desconocidos, consigue hacer realidad la pesadilla de cualquier introvertido. Pero a medida que avanza la trama, ésta transcurre hacia lo grotesco, incluyendo un repulsivo clímax cuando quiere abordar la paranoia, perdiendo toda coherencia y cohesión.

De esta manera, la brillantez técnica es eclipsada por la pretensión del provocador mensaje que se quiere dar. Comentar que cae en el manido detalle de la diferencia de edad entre la pareja protagonista, 21 años, explícitamente mencionada en el relato. La obsesión (increíblemente in crescendo) de Hollywood por tener a sus actrices eternamente jóvenes ha llegado a un punto ridículo que merecía mención

Aronofsky profundizó la búsqueda del éxito y la perfección en The Wrestler (2008) y Black Swan (2010), y en esta ocasión decide explorar el sentido intelectual de la creación. Su motivación es crear controversia, que el espectador entre en el juego para que sus seguidores la aplaudan en los créditos, como pasó en el Festival de Venecia. O quien se declare agnóstico suyo, odie el film hasta tener ganas de abuchearlo, como también pasó en el festival de Venecia (la primera vez que se ha abucheado a una película en este festival). Al fin y al cabo, este film no es ni brillante ni hueco, como admiradores y detractores insistirán. Es solo otra obra con el fin de provocar en el espectador una experiencia delirante.

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