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Elena Torres
Elena Torres (Foto: Talía Guillén Torres)

Entrevista a Elena Torres, una gran voz poética

miércoles 24 de octubre de 2018, 10:53h

Elena Torres nos habla de su último poemario "Gramática de sombras" (Calambur, 2018) y también hace recuento en esta entrevista de todos los poemarios publicados hasta la fecha, los temas tratados, las influencias recibidas o los premios ganados como el Vicente Gaos en el 2012 por su poemario "Frágil".

Acaba de ver la luz tu último poemario Gramática de sombras (Calambur, 2018). Cómo surge este nuevo libro y qué podremos encontrar en él.

-Surge de una toma de conciencia con el lenguaje, de la necesidad de decir lo inefable. Y lo hace desde esas mínimas expresiones que son los nexos entre palabras y silencios. De ahí la brevedad y contención en sus poemas, que los hace diferentes a los de otros libros anteriores…

Fuiste la primera mujer en ganar el premio Vicente Gaos, lo hiciste en el 2012 con tu poemario FRÁGIL, cómo te ha marcado un hecho tan significativo como éste.

-Recibí este premio dieciocho años después de publicar mi primer poemario, fue como mi mayoría de edad poética. En ese momento ya tenía en mi haber una decena de premios, y éste fue el definitivo, además con la satisfacción de ser la primera mujer en conseguirlo en 30 ediciones…

Cuéntanos a grosso modo de qué asociaciones formas parte en la actualidad y qué cargos detentas en ellas.

-Soy vicepresidenta de CLAVE, que preside Juan Luis Bedins, y formo parte de la junta directiva de la Plataforma de Escritoras del Arco del Mediterráneo, presidida por Mª Teresa Espasa y de Concilyarte, cuya presidenta es Mila Villanueva.

¿Cuántos son ya los poemarios publicados? Haz, por favor, memoria y recuérdanos los títulos.

-Son catorce: Don de la memoria (Instituto Estudios Modernistas, 1994), editado por Ricardo Llopesa, Ráfagas de vértigo (La Buhardilla, 1997), As de copas (Rialla, 1999), La zona oscura (Páginacero, 1999), Alta Fidelidad (Páginacero, 2001), En la esquina del desencuentro (Diputación de Málaga, 2001), Exceso de equipaje (Denes, 2003), Lencería de piel. Prólogo de José Luis Villacañas. (Rialla, 2004), Nada Personal. (El Sueño del Búho, 2009), Alrededor del deseo (Torremozas, 2011), Frágil (Ed. Obrapropia, 2012), En el silencio de la bodega (Patrocinado por Bodega Clos Montblanc, 2014), El baile de la vida (Ed. Lastura, colección Concilyarte 2016) y Gramática de sombras, editado por Sergio Arlandis (Calambur, 2018).

Parece que hay temas fundamentales en tus obras, que se repiten, como son el amor, el desamor, el deseo, el tiempo…. a qué crees tú que se debe.

-Yo creo que más que amor y desamor, hablo de encuentros y desencuentros. El tiempo y el deseo, siempre. A veces necesito escribir sobre un tema más concreto, es el caso del vino en En el silencio de la bodega, o los bailes en El baile de la vida. También me gusta aproximarme al lenguaje y sus carencias, y a la Naturaleza y su asombro.

Tienes una querencia total y manifiesta por el haiku y el tanka, de dónde te viene esa pasión por la poesía breve y por qué crees que va tomando cada día más fuerza en ti.

-Esa pasión viene de escuchar a grandes haijines como José Luis Parra, Susana Benet, Mila Villanueva, Blas Muñoz, Ana Añón, Heberto de Sysmo o tú misma…También de la lectura de los clásicos japoneses como Bashô y Buson. Y, por supuesto, de las enseñanzas de Vicente Gallego en los encuentros poéticos de Santo Espíritu.

El haber estudiado en su día Filosofía y Letras o el gustarte dar clases en aulas de la Tercera Edad especialmente o talleres para cualquier tipo de público interesado en la literatura, cómo crees que ha influido en tu obra.

-De la Filosofía me quedo con la pregunta existencial y la duda. De la enseñanza, con la gratitud. De ambas, la pasión por escribir siempre a favor de la vida.

Te declaras ferviente admiradora de escritores como los siguientes, nómbrame al menos cinco y que alguno esté todavía vivo y cuéntanos en qué crees que te han influido a la hora de escribir.

-Pessoa, Neruda y Benedetti. Ellos, cada uno a su manera, me llevaron al mundo de las sensaciones: “Sentirlo todo de todas las maneras”, decía Pessoa. Y en eso estamos… También me interesa la literatura escrita por mujeres, por ejemplo Chantal Maillard. Entre los poetas de mi generación destaco a Antonio Cabrera, que se está recuperando de un desafortunado accidente y cuya poesía, siempre con esa razón emocionada, me anima a seguir escribiendo.

Dicen de ti, y puedo dar fe de ello, que eres una persona leal, discreta, con una gran capacidad de trabajo, buena profesora y compañera de letras… por qué crees que eres más o menos de esta manera y no de otra.

-Yo creo que esa respuesta la deberían dar los otros. Yo sólo sé que me siento afortunada por haberme encontrado en este mundo literario con grandes amigos, y que este año 2018 lo recordaré con tristeza por haberse marchado tres de ellos: Ricardo Llopesa, Marina Izquierdo y Enrique Tomás.

Me gustaría finalizar esta entrevista con un poema de tu autoría, preferiblemente de tu último poemario Gramática de sombras (Calambur, 2018). Gracias por tu tiempo y tus palabras, ha sido todo un placer poder entrevistarte.

-Gracias a ti, Isabel por tu infatigable labor por la Poesía. Este poema pertenece a mi último poemario.

Quizás logremos

la sutileza de las nubes.

La levedad del aire.

Ser gotas de inmortalidad,

vibrante transparencia

entre perplejos símbolos.

Siquiera unos minutos…

Y para qué la altura

si allí nos zarandea

el desaire de lo no dicho.

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