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Álvaro Bermejo, Raúl Guerra Garrido y Valeria Ciompi
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Álvaro Bermejo, Raúl Guerra Garrido y Valeria Ciompi (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Raúl Guerra Garrido presenta su nueva novela “Demolición”

Por Javier Velasco Oliaga
jueves 03 de enero de 2019, 20:09h

A sus ochenta y tres años, el escritor madrileño pero leonés de condición Raúl Guerra Garrido ha presentado su nueva novela “Demolición”, una visión del arte a través de los ojos del artista underground Jesús Expósito. El escritor concibe su obra como un largo monólogo interior sobre el arte de un escultor que si viviese tendría hoy poco más de cien años.

Raúl Guerra Garrido
Raúl Guerra Garrido (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Demolición” fue presentado por el escritor donostiarra Álvaro Bermejo, viejo amigo del autor desde los tiempos en que residió en el País Vasco, donde fue uno de los fundadores del Foro Ermua. Para el presentador, “estamos ante una novela difícil, que requiere de lectores avezados, lectores que les gusten autores como William Faulkener”, dijo el escritor vasco afincado en Madrid.

La novela tiene clara influencia dantesca “pero con un escenario costumbrista de hoy en día. Tiene pocos personajes que giran por la autopista de la derrota. Todos nacemos para la derrota”, explica Álvaro Bermejo después de una lectura atenta del libro o podríamos decir mejor insólita, término que gusta mucho a Raúl Guerra Garrido, autor de “Lectura insólita de El Capital”.

Cada vez dedicamos menos tiempo a la lectura, los medios audiovisuales nos quitan demasiado tiempo con sus productos fáciles de digerir. “El tránsito de la era analógica a la digital ha hecho que nos banalicemos, pero es esta nueva era la que nos da de comer”, apunta de modo sagaz Raúl Guerra Garrido ante un auditorio repleto de amigos y seguidores de su obra.

La obra comienza con la invitación del artista a una de sus exposiciones, exactamente decía: "THE WAGEMBERG GALLERY / INVITACIÓN / Personal e intransferible a la inauguración de su sede en Madrid con la obra world wide / DEMOLICIÓN / del artista / JESÚS EXPÓSITO / Dada su excepcionalidad estocástica se ruega no abrir los ojos durante la estancia en la galería, la visita durará quince minutos exactos." ¿Quién se podría resistir ante tal invitación? Raúl Guerra Garrido no lo hizo y así relata el germen de su nueva novela:

“Todo empezó cuando recibí esta extraña invitación de la Watemberg para la inauguración de su galería en Madrid con una escultura que no debía ser vista por los invitados ni por la crítica. Me despertó un inusitado interés por el para mí desconocido Expósito, tanto como para que tres años después me vea publicando la autobiografía no autorizada del artista a quien no llegué a conocer en persona, alguien desde ese acto inaugural desaparecido sin dejar el más mínimo rastro, ni siquiera el de su fallecimiento, por otra parte, algo muy propio de quien se supuso nacido por generación espontánea. Lo que sí puedo asegurar con total certeza es que perplejo seguí la pista y contemplé con asombro e interés la mayor parte de sus esculturas, escaleras de mano siempre en un equilibrio imposible entre la lógica y el disparate, siempre en busca de la perfección esquiva de un gesto definitivo. De seguir vivo Jesús Expósito estará a punto de cumplir los cien años y si llega a leer este libro le suplico me perdone”.

Los seis años que ha estado sin publicar un libro de ficción le han sentado de maravilla a Raúl. Para él, la presentación ha sido “una performance de mi resurrección. Creía que iba a ser una novela póstuma, pero estoy alargando mi vida más de la cuenta”, afirmó con cierto humor negro. La verdad es que se encuentra espléndidamente, tanto física como intelectualmente. Si sigue teniendo salud, estoy seguro de que nos volverá a dejar nuevas obras por este camino que ha emprendido de la autoficción y que está a medio camino entre la novela y el ensayo. Y aunque Bermejo insistiese que “todos estamos en la ruta de la derrota”, que no deja de ser la ruta hacia la muerte, Raúl Guerra Garrido está vivito y coleando y que sea por muchos años.

Raúl Guerra Garrido nació en Madrid en 1935, de ascendencia leonesa, vivió su infancia en Cacabelos, en la comarca de El Bierzo. Cursó estudios de Farmacia, obteniendo también el doctorado. En 1960 se estableció en el País Vasco, residiendo desde ese año en la ciudad de San Sebastián, en la que ha ejercido como farmacéutico comunitario.

En 1969 publicó la novela Ni héroe ni nada, a la que seguirá en 1970 Cacereño, narración con concomitancias biográficas, que se refiere al tema de la emigración al País Vasco. En 1971, aparece el ensayo divulgativo Medicamentos españoles, editado por Dopesa, sobre el mundo del medicamento y la profesión farmacéutica. En 1976, gana el Premio Nadal, por su novela Lectura insólita del capital, que ha sido reeditada por Destino en el año 2001 con motivo de su 25 aniversario. En ella, un industrial vasco es secuestrado por un grupo abertzale de ultraizquierda y para soportar su encierro dispone tan solo de un único libro: una versión resumida de El capital de Karl Marx. En 1987, Mondadori publicó La mar es mala mujer, de la que se hizo una versión cinematográfica a cargo de Ferran Llagostera, con el propio Garrido como coguionista. Ha cultivado también la novela negra y policíaca con títulos como Escrito en un dólar (Planeta, 1983), La costumbre de morir y Tantos inocentes, (Espasa narrativa, 1996), galardonada en 1997 con el Premio novela negra de la Ciudad de Gijón. En el 2000 publicó El otoño siempre hiere.

Residente en Euskadi, es miembro fundador del Foro Ermua y ha defendido actitudes políticas críticas con el nacionalismo peneuvista y el pacto de Estella. Ha escrito artículos alertando sobre la fractura social en Euskadi. Su oficina de Farmacia en el barrio de Alza en San Sebastián ha sufrido varios ataques de kale borroka, que en julio del 2000 acabaron por dejar completamente calcinado el establecimiento, tras lo cual Guerra Garrido decidió clausurarlo definitivamente. La presión proetarra ha hecho que el escritor medite seriamente la posibilidad de abandonar el País Vasco, como han tenido ya que hacer tantos otros intelectuales críticos con el nacionalismo como los también miembros del Foro Ermua Agustín Ibarrola, Mikel Azurmendi o Txema Portillo.

En el 2001, le fue concedido en Barcelona, en un acto que tuvo lugar en el Gran Teatro del Liceo, el premio farmacéutico del año, promovido por la editorial Mayo. Le hizo entrega del galardón la ministra de Sanidad Celia Villalobos. En el año 2006 le fue concedido el Premio Nacional de las Letras Españolas. También ha sido galardonado con la Medalla al Mérito Constitucional otorgada por el Gobierno de España.

En 2012 publicó la novela La estrategia del outsider o la vuelta al mundo de Naraya Sola, una aguda reflexión sobre la dignidad que, según ha explicado el escritor, consiste en «ser uno mismo precisamente cuando seguir siendo tú mismo es lo que más puede perjudicarte», y en 2016 Tertulia de rebotica, una recopilación de los más de 400 artículos publicados por el autor en la revista El Farmacéutico, escritos en su día para no olvidar sus orígenes como farmacéutico en San Sebastián.

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