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Estatua ecuestre de Alfonso VIII en Plasencia
Estatua ecuestre de Alfonso VIII en Plasencia

El gran rey Alfonso VIII de Castilla, el de las Navas de Tolosa

Editorial Aldebarán/Alfonsípolis

Por José María Manuel García-Osuna Rodríguez
domingo 09 de junio de 2019, 09:01h
El gran rey Alfonso VIII, el de las Navas de Tolosa
El gran rey Alfonso VIII, el de las Navas de Tolosa

En la presente monografía, el primer libro de historia (Editorial Alderabán/Alfonsípolis) que publiqué, en el año 2012, analizo la vida del rey Alfonso VIII de Castilla [Soria, 11 de noviembre de 1155-REY DE CASTILLA, desde 1158 y, Gutierre Muñoz, 5 a 6 de octubre de 1214], a lo largo de todo su devenir vivencial.

Alfonso VIII
Alfonso VIII

Estimo modestamente que he conseguido demostrar el rigor y la objetividad que se puede realizar en la historiografía medieval, cuando se escribe sobre un soberano, que fue un enemigo acérrimo del reino de León, de Portugal y de Navarra, al que se le ha rodeado de toda una magnificada parafernalia sesgada, además de un halo de perfección que no se ajusta a la más mínima realidad, ya que sus valores éticos hoy serían ciertamente criticables.

Estudio sus enfrentamientos con los monarcas que le rodean, en León, Navarra, Aragón y Portugal, hasta conseguir la reafirmación castellana, que ha visto acrecentado su territorio, inexplicablemente, por la herencia de su abuelo Alfonso VII “el Emperador” de León [Caldas de Reis, 1 de marzo de 1105-REY-EMPERADOR DE LEÓN desde 1126, hasta Santa Elena, 21 de agosto de 1157], quien ha dejado mayor herencia territorial a su primogénito, Sancho III de Castilla y de Nájera [Toledo, 1133 o 1134- REY DE CASTILLA Y DE NÁJERA, desde 1157, hasta Toledo, 31 de agosto de 1158], que al segundogénito, luego rey Fernando II de León [1137-REY DE LEÓN, desde 1157, hasta, Benavente, 22 de enero de 1188]. Con este testamento tan atrabiliario, el reino de León pierde su Tierra de Campos o Campos Góticos, que siempre fueron leoneses; incluyendo su emblema religioso paradigmático, que siempre lo fue el cenobio de Sahagún, en este reinado perteneciente a Castilla.

Para borrar todo tipo de huella legionense en ese territorio, y en connivencia con el obispo de Palencia, Tello Téllez de Meneses (c. 1170-1246), su gran aliado y guía espiritual, y siguiendo lo que está ocurriendo en la Europa cultural, creará el Estudio General de Palencia (Studium Generale, hacia 1208-1212).

Su evolución se irá apagando hasta tal punto que el Papa Urbano IV [Cardenal Jacques Pantaleón de Court-Palais. 182º Sumo Pontífice de la iglesia católica. h. 1195. HABEMUS PAPAM entre 1261 y 1264] le otorgará los mismos privilegios que a la Universidad de París (año 1263), pero todo será imposible y languidecerá hasta su desaparición.

Es un monarca que está convencido de su categoría, y, por consiguiente, se considerará el number one de las familias regias del momento. Para ello nombrará caballero, en la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes (24 de junio de 1188), a su primo-hermano y rey Alfonso IX de León [Zamora, 15 de agosto de 1171-REY DE LEÓN desde 1188, hasta, Sarria, 24 de septiembre de 1230. Medía 1’90 mts.], este último mucho más joven que él y, como era de rigor para la legislación medieval, el familiar mayor rige la familia, las consideraciones castellanistas más crecidas, ¡cómo siempre!, no se ajustan a ninguna realidad.

Tendrá dos hitos militares a destacar, en función del deseo incoercible y obvio, de poder detener los embates de los sarracenos, en este caso los fanáticos almohades, para seguir avanzando en la reconquista:

El primero, con estrepitosa derrota final, tendrá lugar en Alarcos (19 de julio de 1195). Los reyes Alfonso IX de León y Sancho VII el Fuerte de Navarra [Tudela, 17 de abril de 1154- REY DE NAVARRA, desde 1194, hasta Tudela, 12 de febrero de 1234. Medía entre 2’10 y 2’13 mts.], se comprometen a ayudar al máximo de sus posibilidades, pero el rey castellano se pone nervioso y pone a su caballería pesada a cabalgar; cuando lleguen, agotados, serán presa fácil de los almohades del califa Yusuf II.

El segundo enfrentamiento bélico será el notorio de Las Navas de Tolosa (16 de julio de 1212); estará acompañado en el empeño bélico reconquistador por Sancho VII el Fuerte de Navarra y Pedro II el Católico de Aragón [Huesca, julio de 1178-REY DE ARAGÓN, desde 1196, hasta Muret, 13 de septiembre de 1213], y el éxito para las armas cristianas será indubitable, deteniéndose, con esta victoria, el avance almohade peninsular.

Los reyes Alfonso IX de León y Alfonso II el Gordo de Portugal [Coímbra, 23 de abril de 1186-REY DE PORTUGAL, desde 1211, hasta Coímbra, 25 de marzo de 1223], no estarán sensu stricto, ya que tenían importantes reclamaciones territoriales que hacer al castellano; y, sobre todo, en León se tenía la certidumbre de que existía un sentido imperialista voraz por parte de Alfonso VIII hacia el reino de León; pero caballeros leoneses y portugueses participaron, sin el más mínimo problema y con el placet y licet de sus monarcas, en dicha batalla.

Alfonso VIII de Castilla estará muy bien emparentado, ya que se matrimoniara con Leonor Plantagenêt [Domfront, 1160-REINA DE CASTILLA, desde 1170, hasta Las Huelgas Reales de Burgos, 31 de octubre de 1214].

Tuvieron diez hijos, y siempre pudo contar con el apoyo de sus poderosos suegros: Enrique II Plantagenêt de Inglaterra [Le Mans, 5 de marzo de 1133-REY DE INGLATERRA, desde 1154, hasta, Chinon, 6 de julio de 1189], quien será juez en alguno de los pleitos territoriales de su yerno; y Leonor de Aquitania [Poitiers, 1122-REINA DE FRANCIA entre 1137 y 1152; REINA DE INGLATERRA, entre 1154 y 1189; pasando a mejor vida, Fontevraud, 1 de abril de 1209].

Aceptará la creación de un cenobio en Las Huelgas Reales de Burgos, ya que su regia esposa copiará dicha abadía de la creada por su madre en Fontevraud, entre los años 1181 a 1222, inaugurado el monasterio en 1187.

Su primo-hermano Alfonso IX de León, creará, a su imagen y semejanza, el Estudio General del Reino de León (“para que los mis ciudadanos no vayan al Estudio General de Castiella en Palencia”), en el año 1218, en la leonesa Salamanca. A esta le serán otorgados amplios privilegios por el Papa Alejandro IV [Cardenal Rinaldo Conti. 181º Sumo Pontífice de la iglesia católica. Habemus Papam, 1254-1261] en el año 1254. Este monarca legionense es el creador de las primeras cortes democráticas de Europa, con la participación en abril de 1188, de los ciuis singulis electis ciuitatibus, y “Cuna del Parlamentarismo”, según la Unesco desde el 19 de junio de 2013.

Dentro de sus vástagos, debo indicar a dos importantes y un tercero que es una curiosidad histórica:

1ª) Su primogénita será una fémina inteligente y hábil como pocas, es la infanta Berenguela [Segovia, 1 de junio de 1179-REINA CONSORTE DE LEÓN, entre 1197 y 1204. REINA DE CASTILLA en 1217. Pasará a mejor vida en las Huelgas Reales de Burgos, el 8 de noviembre de 1246]. El Vaticano anulará su matrimonio con Alfonso IX de León por parentesco próximo (1204), es decir tío y sobrina en segundo grado, por medio del Papa Inocencio III [Cardenal Lothario dei Conte di Segni. 176º Sumo Pontífice católico; hc. 1161-HABEMUS PAPAM, de 1198 a 1216].

2º) Su heredero será su benjamín, Enrique I [Valladolid, 14 de abril de 1204- REY DE CASTILLA, desde 1214, hasta Palencia, 6 de junio de 1217. Falleció parece ser que por un traumatismo, cuando le cayó una teja en la cabeza, mientras estaba jugando en el patio del castillo palentino].

3ª) Una de sus hijas se llamará Mafalda de Castilla y Plantagenêt (Plasencia, 1191-Salamanca, 1204). Sería prometida, en 1204, al infante Fernando de León (1192/1193-agosto de 1214. Hijo de los reyes de León, Alfonso IX y de Teresa de Portugal), quien fallecería en 1214.

Varias figuras históricas de prestigio, además de las ya citadas, destacan con luz propia en esta época:

1º) El emperador Federico I Barbarroja Hohenstaufen [Ravensburg, 1122-EMPERADOR DEL SACRO ROMANO IMPERIO, desde 1155, hasta, IIIª CRUZADA, Río Saleph, 10 de junio de 1190].

2º) El rey Ricardo I Plantagenêt Corazón de León, cuñado del rey castellano, [Oxford, 8 de septiembre de 1157-REY DE INGLATERRA entre 1189, hasta Chalûs, 6 de abril de 1199. Medía 2’00 mts.].

3º) El rey Felipe II Augusto de Francia [Gonesse, 21 de agosto de 1165-REY DE FRANCIA entre 1180, hasta Mantes-la-Jolie, 14 de julio de 1223].

4º) Y, el rey Alfonso II el Casto de Aragón [Huesca, 1 al 25 de marzo de 1157-REY DE ARAGÓN entre el 18 de julio de 1164, hasta Perpignan 25 de abril de 1196].

El 24 de noviembre de 1213 sale, Alfonso VIII, desde Toledo y se dirige al cerco de Baeza, «en tan malas condiciones se puso en camino, que se hallaba imposibilitado de cabalgar por sí solo sin la ayuda de alguien en quien apoyarse». El cerco duró hasta el 2 de febrero de 1214, cuando regresó a Burgos, caput Castellae, para descansar de sus muchos achaques.

Realizó un último intento de gobernar, intentando llegar hasta Portugal para entrevistarse con su yerno Alfonso II de Portugal, pero en la aldea avulense de Gutierre Muñoz se sintió morir. La fiebre era altísima, y el arzobispo toledano Ruy Ximénez de Rada le administrará el viático, el lunes 6 de octubre. Y probablemente por un problema ¿endocardítico?, o inclusive por un plausible ¿paludismo o una fiebre tifoidea?, entregará su alma a Dios Todopoderoso.

Con la solicitud taxativa primigenia del rey Felipe II de España [Valladolid, 21 de mayo de 1527-REY DE LAS ESPAÑAS, desde el 15 de enero de 1556, hasta, San Lorenzo de El Escorial, 13 de septiembre de 1598], el llamado “rey Prudente”, gran amante de todo tipo de reliquias; y a continuación por la presión de la abadesa Ana de Austria de Las Huelgas Reales (1568-1629), en 1624 se promueve el intento de canonización del monarca castellano, apoyándose en unos pseudomilagros, parece ser que localizados en Cuenca, Illescas y Burgos. La abadesa era hija de Juan de Austria y de María de Mendoza, y sobrina del rey Felipe II.

Entonces, el Papa Urbano VIII [Cardenal Maffeo Barberini. 235º Sumo Pontífice católico. 1568-HABEMUS PAPAM, desde 1623 hasta 1644] abrió el proceso informativo, en el año 1628, pero todo quedó, felizmente para la iglesia católica, en agua de borrajas, ya que la santidad de Alfonso VIII no es visible en ninguna circunstancia.

Fue un prototípico rey de su tiempo histórico, se comportó como sus coetáneos, y, desde luego, no sería bien vista, su santificación, en los reinos, como poco, de León, de Portugal y de Navarra, que sufrieron su sentido imperialista de la vida.

Según la Crónica de Veinte Reyes, escrita en el scriptorium del rey Alfonso X el Sabio de León y de Castilla [Toledo, 23 de noviembre de 1221-REY DE LEÓN Y DE CASTILLA Y DE ANDALUCÍA, de 1252, hasta, Sevilla, 4 de abril de 1284]. El panegírico es indudable, pero no conviene olvidar que se trata de su bisabuelo: «Murió, Alfonso, el mejor rrey que avía en ese tiempo de christianos. Este era hombre de las Españas e escudo e anparança de la Christiandat e era muy leal e verdadero e derechero en todas maneras buenas e era mucho esfforçado. Ca este apremia a los quel cuidaron apremiar e trúxolos todos a ser sus subietos. Este era muy loçano e muy apuesto e muy zofrido e con gran saña contra quien la avía de auer. Este era muy zimiento de rrayz de todas buenas cosas e muy más conplido fue que aquí avemos contado».

La cuestión sacra quedaría orillada, y el influjo y presión, ahora de Felipe IV de España [Valladolid, 8 de abril de 1605-REY DE PORTUGAL desde 1621 hasta 1640, Y REY DE LAS ESPAÑAS desde 1621 hasta, Madrid, 17 de septiembre de 1665], el denominado como “rey Pasmado o el Grande o el rey Planeta”, conduciría la cuestión de la canonización monárquica hacia el nieto, Fernando III el Santo de León y de Castilla [Peleas de Arriba, 1199 o 24 de junio de 1201. REY DE CASTILLA desde 1217, y REY DE LEÓN desde 1230, hasta, Sevilla, 30 de mayo de 1252], que coexistiría en su canonización con la de su primo-carnal Luis IX de Francia [Poyssy, 25 de abril de 1214-REY DE FRANCIA, desde 1226, hasta, Túnez, 25 de agosto de 1270].

Sus objetivos prioritarios siempre estarían dirigidos hacia dos lugares, el primero el de la reconquista contra los sarracenos, y el segundo relativo a reafirmar, por las buenas o por las malas, la preeminencia hispana de Castilla frente a los otros cuatro reinos: León, Navarra, Aragón y Portugal. Hasta tal punto es así, que por primera vez aparecerá el castillo como escudo del reino de Castilla, subrayando de esta forma la indudable independencia de su pasado legionense.

La Crónica Latina de los Reyes de Castilla, Chronica Latina Reges Castellae, escribe taxativamente que: «Comenzó a ejercer la justicia, que siempre amó y practicó con fuerza y sabiduría hasta el final de su vida».

Esta obra es otra loa sin ambages del monarca de Castilla. La Crónica Latina fue escrita por el obispo de Osma, Juan de Soria, canciller de Fernando III el Santo entre 1217 y 1239, defensor a ultranza de los reyes castellanos frente a los leoneses, y sobre todo se detiene en los reinados de Alfonso VIII y de Fernando III, aunque este también fuera rey de León, para ser ambos calificados como Speculum Principis. Quomodo Vales.

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D. José María Manuel García-Osuna y Rodríguez
D. José María Manuel García-Osuna y Rodríguez
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