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Javier Castillo
Javier Castillo (Foto: Evenpic)

Javier Castillo: “La chica de nieve es un thriller que trata de llegar mucho más allá. A la emotividad de las decisiones”

Autor de “La chica de nieve”
Por Javier Velasco Oliaga
lunes 18 de mayo de 2020, 18:00h

La chica de nieve” es la cuarta novela del escritor Javier Castillo. Lleva el autor malagueño una carrera imparable. De sus tres primeros thrillers ha conseguido vender la friolera cantidad de 600.000 ejemplares. Sus libros se pueden leer en diferentes países del mundo. De ahí que con su nuevo thriller haya echado el resto, y ha conseguido una trama tan desequilibrante que no hay capítulo en el que salte una o varias sorpresas.

Javier Castillo
Javier Castillo (Foto: Evenpic)

En este nuevo thriller, Javier Castillo ha urdido una trama vertiginosa vista desde los ojos de la joven periodista Miren Triggs. Utiliza también en la narración un narrador omnisciente que a través de varios flash-backs nos va dando las claves y las motivaciones de los diferentes protagonistas. Todo en una complicada y efectiva trama donde el secuestro de una niña de tres años es el eje central de la novela. Además de la investigación que realiza la policía y la puntillosa reportera.

Sus tres primeras novela han arrasado en ventas. ¿Qué se siente al haber vendido más de 600.000 ejemplares sólo en España de sus novelas?

Gratitud. Es casi lo más importante que puedes tener cuando te suceden cosas de este tipo. Tengo la suerte de haberme hecho un huequito en las estanterías y haber desarrollado un estilo propio dentro del thriller de suspense, y que encima, haya tanta gente esperando lo que escribo. Sin mis lectores no sería nada.

También se han publicado sus novelas en diferentes países de Europa, América y Asia. ¿Ha tenido oportunidad conocer a los lectores de otros países?

Sí. He realizado varias giras internacionales y tenido la suerte de encontrarme con mis lectores en otros países. Es precioso descubrir que mis historias son universales, que gustan a gente en EEUU, en América Latina, Japón o en Turquía. Es muy mágico llegar a una firma, en una librería de Costa Rica, rodeada de naturaleza, y encontrarte a más de cuatrocientas personas esperando oírte hablar de tus novelas.

¿Qué importancia da a las redes sociales en la promoción de sus novelas?

Para mí son la ventana a mi familia. En ellas puedo hablar directamente con mis lectores sobre qué les ha parecido, contarles qué hago y cómo voy en la escritura del siguiente o cuáles son mis inquietudes del día.

¿Cuáles son las características que diferencían a “La chica de nieve” de sus anteriores novelas?

Se trata de un thriller en el que un suceso dramático, ocurrido en 1998, trastoca la vida de unos padres. La desaparición de Kiera, de tres años, se convierte en un enigma sin precedentes, y la diferencia aquí, es en la fuerza emocional que tiene la historia. No es un thriller al uso en el que se persigue a una mafia, hay disparos o se resuelve un asesinato. Se trata de llegar mucho más allá. A la emotividad de las decisiones, a centrar la vista en ese instante en que las manos de los padres se separan de las de la pequeña Kiera.

Escribir, al igual que leer, es disfrutar

Analicemos un poco su estilo narrativo. Primero, suele escribir capítulos, casi siempre alternos, en tercera y primera persona. ¿Le gusta alternar estas formas narrativas?

Es un estilo muy particular, en el que necesitas conversar contigo mismo de manera profunda. Narrar en tercera persona es lo natural, pero adentrarte en lo que piensa el protagonista, en este caso la periodista Miren Triggs, hace que todo cobre una nueva dimensión más profunda. Para mí, también es un modo de disfrutar más de lo que hago. Escribir, al igual que leer, es disfrutar.

¿En cuál se siente más cómodo?

Llevo toda la vida escribiendo relato corto y creo que no he encontrado aún una única voz que me haga sentirme cómodo para todas las situaciones. La voz del narrador debe ser una silla sobre la que sentarse y siempre debe estar adaptada a lo que ocurra en la historia. Imagina ir a un cine con taburetes altos, o sofás mullidos en bares de copas. La primera y tercera persona son muy cómodas de escribir, cuando has elegido bien en función de lo que quieres contar.

También le gusta jugar con los tiempos. En esta ocasión utiliza preferentemente 1998 y 2003. ¿Qué aporta a la novela esos saltos temporales tan repetidos?

Me gusta centrar la vista en lo importante, y esos años son los vitales en esta trama. Necesitaba contar cómo sucedió todo en 1998, y cómo avanza la búsqueda de la pequeña Kiera y cómo es la evolución de Miren, en 2003.

Otra característica es que suele ubicar sus novelas en Estados Unidos. ¿Qué le atrae ese país, para utilizarlo tantas veces?

No es tanto atracción sino elección del mejor escenario para la historia. La desaparición de una niña en el desfile de Acción de Gracias aporta a la historia una imagen poderosa en la que no es necesario detenerte en descripciones largas y centrar la narración en las emociones de todo lo que ocurre.

¿Ha pensado utilizar otros países?

Sí. Hay otras novelas que estoy planificando que ocurren en otros países y tiene mucho que ver con la trama. Siempre intento elegir la ubicación que mejor represente la historia que quiero contar.

Y otra característica son los secuestros y desapariciones. ¿Dan tanto juego para utilizarlos y en tantas ocasiones?

En novela negra / suspense, hay tres cosas que se pueden usar: asesinatos, secuestros o desapariciones. Con esos tres pilares hay tantas posibilidades y se pueden tocar tantos temas, de un modo único, que el género nunca va a morir. Supongo que esa misma pregunta se aplica a cualquier otro autor que siempre incluye algún cadáver en sus historias.

“La curiosidad es lo único que nos hace avanzar”

Sólo aquellos que no dejan de buscar se encuentran a sí mismo. ¿Es usted un buscador de tramas originales?

Pues siempre me he considerado una persona muy curiosa. No sé si tanto como buscador. Me gusta indagar, descubrir y aprender. La curiosidad es lo único que nos hace avanzar y, casualmente, siempre acabo rodeado de personas curiosas e indagadoras. Mi mujer es igual que yo. Ambos curiosos eternos, enamorados de una pregunta sin respuesta.

La protagonista Miren Triggs es periodista. ¿Es otra buscadora de la verdad?

Es lo que a mí me gustaría que fuese el periodismo: una buscadora incansable de la verdad, entendiendo la verdad como la realidad, no la versión oficial ni la versión tergiversada.

Tengo mucha esperanza en algún medio de comunicación que otro, pero no es la norma

Describe a los medios de comunicación como interesados solos en vender ejemplares. ¿Tan ruin ve a la profesión? (Quitando a Miren, claro está)

Bueno, no tanto. Tengo mucha esperanza en algún medio que otro, pero no es la norma. En España, especialmente, nos hemos acostumbrado a tener que informarnos con distintos periódicos para saber “la verdad” completa, y creo que es un síntoma de que algo no anda bien en el periodismo. Desde la publicación de La Chica de Nieve es increíble la cantidad de periodistas que me han escrito dándome las gracias por visibilizar una evidencia cada vez más flagrante que es incontestable. El personaje de Miren es un rayo de luz en esa degradación y representa a toda esa generación de periodistas que buscan incansablemente la verdad, sea la que sea, moje a quien moje.

Cuando ocurre una desgracia como la de Kiera, suele quedar la familia destrozada y rota. ¿Es difícil superar un drama como éste?

Es imposible. No hay nada que te prepare para algo así. Creo que cualquier familia que ha perdido a un hijo o hija, y nunca más a sabido de él o ella, ha sentido que ha caído en un pozo del que no podrá salir. La oscuridad te rodea, el tiempo cambia de ritmo y la vida va a un ritmo que nada tiene que ver a como era antes. Es lo más dramático que puede sucederte y ojalá ningún padre tuviese que enfrentarse a ese abismo que supone una desaparición.

Para terminar, ¿cambiará de registro o se encuentra a gusto en el thriller?

Me apasiona el thriller y es donde mejor nado. Es el género que más leo, el que más disfruto y del que más he aprendido a lo largo de mi vida como lector. Creo que aunque escribiese una distopía o una historia de terror, tendría que llevar como seña de identidad el ritmo del suspense. Está dentro de mí.

¿Ha quedado satisfecho con el resultado de ”La chica de nieve”?

Creo que es mi mejor novela, sin duda. Es un viaje emocional sin vuelta atrás, una crítica mordaz al sensacionalismo y una reivindicación de la capacidad y l tenacidad por encima de cualquier otra cosa. Soy muy perfeccionista en cuanto a estilo y trama, y creo que sin duda es una novela que, una vez comienzas a leer, te atrapa irremediablemente hasta las profundidades de Miren Triggs, el personajes más complejo que haya escrito.

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