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Las amistades peligrosas
Las amistades peligrosas

LAS AMISTADES PELIGROSAS

Por Begoña Ameztoy
lunes 22 de junio de 2020, 17:00h
No te voy a contar la milonga de “Les liasons dangereuses” de Choderlos de Laclos, porque sé que has visto la peli de la Pfeiffer y el Malkovich. Pero te aseguro que esas amistades erotizantes eran mucho más inofensivas y banales que las que yo te propongo ahora.

Hay otros mundos pero están en este. Abre tu mente. La desgracia es que nos hemos creído todo lo que nos han contado, y si además hay pasiones, amoríos y cuernos por medio, mejor. Somos muy pardillos. Pues desde ahora te digo que la edad límite para dejar de ser pardillo son los diez años. Ni uno más, tío. Hay un tiempo para todo. Para creer en cuentos de hadas, en amores apasionados, en que puedes conseguir las cosas por tu propio esfuerzo, en las encuestas del CIS o en la amistad desinteresada.

He dicho amistad desinteresada y estoy dispuesta a profundizar en el concepto. En principio la prueba más palmaria de que “amistad desinteresada” es un contrasentido y una falacia, se evidencia en ese aforismo universal que reza “Quien tiene un amigo tiene un tesoro” ¿Entonces a qué estamos, a uvas o a peras? ¿Buscas amigos o buscas tesoros? Hay que joderse. Y luego viene la falacia. ¿Qué amigo te ha regalado a ti un tesoro?. Ni a ti ni a nadie que yo conozca. Bueno, algún jeque árabe quizás, un rey saudita, un yate por aquí, un Ferrari Testarrosa por allá, una comisioncilla de nada, en fin, calderilla. Pero supongo que no estamos hablando de eso, ni tampoco te imagino de comisionista de alto nivel. Hablamos de la amistad pura y dura (más dura que pura) considerada una de las piedras angulares de la epopeya humana. Hay miles de frases lapidarias de sabios, pensadores y filósofos glosando las maravillas de la amistad. Todo mentira, colega. Qué burla y qué paradoja. Ya ves con qué ligereza insoportable se crean y se transmiten las inexactitudes, los bulos y las “fakes”.

Por supuesto que no creo en la amistad. Pero no pienses que mi alegato lo inspira la venganza o el rencor por la traición de algún amigo desalmado. Para nada. Si fuera así, te lo diría. Otra cosa es que sospeches que lo que realmente pretendo es cargarme los fundamentos idealistas y utópicos de la civilización occidental. Pues sí, en este caso no te equivocas y tengo que darte la razón. Yo he venido a este mundo a derribar mitos y a desmontar todas las incoherencias y contradicciones que te han contado desde que berreabas en la cuna. Y si vas a decir que soy una mosca cojonera u otra ordinariez de ese calado, prefiero que me llames “tábano socrático” que es lo mismo, pero en lenguaje culto. Además, sería un honor para mí. “Tábano socrático” era como los atenienses llamaban a Sócrates, que según dicen también debía ser muy tocapelotas.

Lo cierto e indubitable es que no hay sabiduría ni conocimiento sin cuestionamiento. Por eso te propongo otra visión, otra mirada, otras perspectivas. Como el acierto y la eficacia de BASAR LAS AMISTADES EXCLUSIVAMENTE EN EL INTERÉS. Peligrosas o no, es lo de menos, seguro que nunca te van a decepcionar y son las más fieles. En la Roma clásica decían “do ut des” “Te doy para que me des” (o mal dicho, “quid pro quo”).

No busques más y no te engañes a ti mismo. Este ha sido y será el principio fundacional de cualquier sociedad humana que aspire a sobrevivir y a perpetuarse. Llámalo partido político, club de fútbol, asociación recreativa, religiosa, secta, matrimonio, pareja. Todo es lo mismo. Y si no lo es, debería serlo. Todos somos mafiosos. Todo es una mafia. Lo que ocurre es que utilizamos el término “mafia” en una acepción inexacta y tendenciosa.

Lo único que sabemos de la mafia nos lo ha contado Marlon Brando con los carrillos llenos de servilletas de papel, como si fuera un hámster insaciable y sanguinario. Solo hasta que le hicieron la prótesis para la mandíbula. Por cierto, lo que tuvo que currarse Coppola para convencerle de que se la pusiera. Sangre, sudor y lágrimas, Churchill “dixit”. Aprovecho para mencionar a Churchill, porque con esto de las manifas antirracistas está muy de moda. Los justicieros indignados quieren vengarse del pasado imperialista británico y de la madre que los parió. Te juro que me dan ganas de potar. Espérate que salga yo a la calle a sacudir estopa.

Mafia es un acrónimo y un apócope de “Mia Famiglia”. “Ama la familia que te ha tocado en suerte”, decía Epícteto. O sea, “Quien bien te quiere, te hará llorar” . Qué listo era Epícteto.

Espero haber aportado una visión algo más heterodoxa a esa geometría fractal, caótica, poliédrica y compleja del conocimiento humano.

¿Qué es mafia? Dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul.

¿Qué es mafia? ¡Oh darling! ¿Y tú me lo preguntas…?

Begoña Ameztoy

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