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Jesús Maeso de la Torre
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Jesús Maeso de la Torre (Foto: Javier Oliaga)

Entrevista a Jesús Maeso de la Torre, autor de "La cúpula del mundo"

“Hemos llegado a una sociedad muy ávida, muy materialista, que se preocupa nada más por la posición, por el dinero”

Por Javier Velasco Oliaga
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h
Jesús Maeso de la Torre es un escritor jienense nacido en la población de Úbeda, cuna de grandes artistas. Joaquín Sabina fue compañero suyo de clase y el escritor Antonio Muñoz Molina también nació allí. Algo tendrá Úbeda cuando da tantos talentos a la vez.
Maeso de la Torre lleva varios años afincado en Cádiz y desde ese balcón al Atlántico donde trabaja, encuentra historias originales que contar. La última, La Cúpula del Mundo, ha ganado el Premio Caja de Granada de Novela Histórica, que ha publicado la Editorial Grijalbo y es una historia de amor sorprendente en tiempos de Alfonso X el Sabio. Los protagonistas sonla Infanta Cristina de Noruega y el médico del alma Beltrán Sina,psicólogo de aquellos tiempos. El novelista jienense nos ha brindado un ramillete de estupendas novelas históricas, entretenidas, bien documentadas y escritas de forma culta y rigurosa. Si quieren entretenerse y aprender pasajes de nuestra historia no dejen de repasar su obra. Pero aún más, el escritor está próximo a su jubilación, lo que quiere decir que tendrá más tiempo para escribir y vivir la literatura. No nos cabe la menor duda de que la obra de Maeso de la Torre seguirá creciendo de manera exponencial para ocupar el lugar que se merece dentro de la novela histórica nacional. Su trato es afable, educado y riguroso. Cree en lo que dice y transmite una sinceridad llana. Preocupado por la educación y la cultura, él pone su granito de arena para que descubramos pasajes ocultos de nuestra historia.

¿Por qué decidió presentarse al premio Caja de Granada?
Yo llevo publicadas ocho novelas y nunca había visto la oportunidad, no veía un premio de categoría, tanto en la forma crematística como en la forma de un jurado importante y serio que tuviera el respaldo de una editorial importante. Como el Planeta no se puede, porque eso es más bien para los escritores de Planeta, el segundo en categoría es el Premio Caja de Granada y yo mismo, sin mediar ningún agente literario, lo mandé en un sobre metido y luego tuve la enorme fortuna y suerte de que me lo dieran. Me va a venir muy bien, porque dentro de poco me jubilo y me va a venir de perlas para seguir haciendo lo que yo quiero.

Ya había libros como Tartessos que habían funcionado muy bien.
Sí, como El Papa Luna,Al-Gazal, el viajero de los dos orientes, ya habían funcionado muy bien y había pasado de Edhasa, que fue mi primera editorial, que es meramente histórica, a un grupo comercial que es muy bueno y que tiene una distribución maravillosa. Se han traducido mis libros a varios idiomas. Iba la cosa muy bien, y esto ha sido una guinda que no me esperaba, porque me dijeron que había muchísimas obras de Estados Unidos, de Sudamérica, y pensé que iba a ser difícil, pero esta obra tenía suficientes mimbres para ser considerada.

¿Se podría calificar esta obra como un thriller histórico?
Sí, totalmente. Yo soy muy cinéfilo. Yo me he educado, como toda la gente de mi generación en los cines de verano y aprendí del cine. Mis lectores me dicen a través de mi página web que cómo no se llevan mis novelas al cine siendo tan thriller. Todas tienen una trama negra. El Papa Luna es una novela policíaca, Tartessos es una novela de Julio Verne, de viajes. Mi última novela es un thriller porque tiene varias tramas y confluyen en un final vertiginoso.

¿De dónde partió la idea de hacer la novela?

Yo suelo en verano ir a Burgos, donde tengo familia y me dijo un familiar aquel día: oye, vamos a cambiar de sitio para comer, vamos a Covarrubias, que se come muy bien. Fuimos y cuál sería mi sorpresa que el pueblo estaba tomado por un montón de noruegos. Iban cantando por las calles y a mí eso me causó una extrañeza enorme, una sorpresa. Tanto noruego aquí, ¿por qué? Me interesé, y me enteré de que allí está enterrada la bellísima princesa Cristina de Noruega, que vino a casarse con Alfonso X de Castilla, ese rey tan admirable que tuvimos. Hice mis indagaciones y pregunté al capellán, que me dijo: lo más extraño es que cuando abrimos la lápida del sepulcro apareció en castellano un poema y una receta médica, porque un médico acompañó a la delegación castellana a Noruega y se hizo muy amigo de la princesa. Pensé que ya tenía los dos personajes. Ese es el hilo conductor de la novela: los amores imposibles de Cristina con el médico, que era un médico de almas, que era como se llamaba en la Edad Media a los psicólogos. La gran trama de la novela es la gran Cúpula del Mundo, que existió realmente, pero navegaba entre lo imaginario y lo real y no se sabe muy bien. Esa cúpula del mundo nació en un castillo cuyo llamador es ese, el de la portada del libro, era el castillo del emperador Federico II, aquel emperador que era alquimista, que era muy sabio, amigo de musulmanes y judíos. Se le ocurrió una idea, juntamente con San Francisco de Asís, el gran prior de la orden de los teutónicos, que aparece mucho en la novela, , místico religioso cristiano, porque estaban hartos del derramamiento de sangre entre las tres religiones. Ellos pensaban que por Dios no se podía matar. Entonces Federico II envió como legado suyo a El Cairo ¡en aquella época! A San Francisco de Asís, que cogió sus bártulos y se fue.

En la novela se aprecia claramente el tiempo que tardan.

Este hombre fue a hablar con Al-Kamir y dijo que le trasladaba el sentir del emperador, que ya estaba bien de sangre vertida en los Santos Lugares y se opuso el Legado Papal, que era castellano para más INRI. La idea se quedó como dormida y aparece en el horizonte político de la cristiandad nuestro Alfonso X de Castilla, que en una época en la que los reyes no sabían ni leer ni escribir - Ricardo de Cornualles que era su contrincante al imperio firmaba con una cruz – él tenía un prestigio enorme en la cristiandad, lo tachan como “stupor mundi”, el asombro del mundo. Los musulmanes creían que Alfonso era el mahdi desaparecido, que era una especie de sultán que había desaparecido un día en El Cairo y los judíos de Praga, de Roma, de Toledo le tenían un afecto sobrenatural, le consideraban una persona absolutamente inusual de aquella época. Entonces renacen las profecías en Germania de que había llegado la Edad de Oro. Entonces Alfonso se postula como emperador del Imperio Germánico, que fue el fiasco político más colosal de toda la historia porque no consiguió nada, se gastó todos los dineros que había en Castilla, concitó su persona toda la animadversión de la reina, de sus hijos, de Sancho IV que lo persiguió como si fuera una alimaña y murió en Sevilla olvidado casi de todos, cuando fue un rey excepcional.

¿Y culturalmente?

En la cuestión cultural no tiene parangón. Es un hombre que se da cuenta de que el castellano es la lengua del futuro y deja el latín y la cancillería e introduce el castellano. En aquella época inventa la globalización política, era el rey de todas las religiones, de los judíos, de los musulmanes y de los cristianos, él lo decía siempre.

En Toledo lo demostró.

Sí. Tú entrabas en el castillo de San Servando y veías sabios musulmanes, sabios judíos, dominicos, benedictinos… Yo hubiera dado un brazo por entrar en aquella época y ver aquello. Intentó la globalización.

¿Zapatero no copió a Alfonso X la ley de la alianza de civilizaciones?

Sí, la copió. En aquella época fue imposible, porque las dos religiones eran fundamentalistas, los musulmanes y los cristianos. Ahora no, ahora el cristiano no mata por Dios. Mata por el petróleo, por el dinero… pero ellos siguen matando por Dios y la alianza es imposible. Yo no tengo nada en contra de Zapatero, pero es imposible. Quizá más adelante.

En aquella época vivían perfectamente las tres religiones.

Vivían, pero no convivían.

Pero, por ejemplo, Alfonso X tenía como tesoreros a judíos y la escuela de alquimistas era musulmana.

Sí, y es curioso que el rey de Niebla, que era musulmán y muy amigo suyo y el rey de Murcia y el rey de Granada estaban en su corte durante mucho tiempo. Y el rey Muhadmad II, cuandoes proclamado rey de Granada, viene a Toledo para que lo nombre caballero y se arrodilla delante del rey Alfonso y éste le da el espaldarazo. Luego las sociedades tenían más roces. Los judíos de noche cerraban las puertas, los musulmanes tenían su barrio y los trabajos más marginales, basureros, barrenderos. Eran también los que vendían los altramuces y el agua por las calles. Pero realmente eran todos una sociedad muy tolerante y ese rey fue magnífico, de una talla sobrenatural, hasta el punto de que la NASA, cuando le quiso poner a los cráteres de la luna un nombre, había diez que eran los más grandes, y uno de ellos se llama Adelfonso Decimus Castelle. Es un alto honor para todos nosotros.

Ha habido también críticas sobre la figura de AlfonsoX que decían que no era tan sabio.

Te voy a decir una cosa. Si lo comparas con Einstein, pues no era tan sabio, pero para aquella época, un tío que era alquimista, que era el jugador de ajedrez más importante del mundo, que escribió el tratado Axedrez, dados et tablas. Decían que no había nadie que ganara en estrategia al rey. Un rey que hace la guerra y conquista todo lo que conquista. Refunda la Escuela de Traductores. Era brillantísimo. Hace una obra legisladora tremenda Las siete Partidas. También él hace Las Cantigas, personalmente. Fue un gran sabio, un gran político y un gran estratega militar. En la cuestión familiar fue un desastre.

¿Fue un error casarse con Violante de Aragón?

Violante era una mujer conspiradora.

Está muy bien retratada en el libro.

Sí, vivía para la política. Era hija de Jaime I, que ya tenía buena escuela. Puso a sus hijos en su contra. La familia y la política del imperio fue un fiasco total.

En el libro hay varias veces que escribe que lo maravilloso y lo demoníaco conviven muy cerca.

Es el espíritu de la Edad Media. Conviven Satanás y Dios, lo milagroso y lo real, lo cruel y lo civilizado.

¿Cómo consiguió esa documentación?

En realidad, siempre que escribo una novela histórica me dura el proyecto como año y medio, del cual cinco o seis meses me dedico a investigar. Vengo mucho a la biblioteca nacional. Me intereso en la universidad. Hice un viajecito y fui a una señora mayor en el campo de Gibraltar que tira las runas y me dijeron que sabía muchísimo de aquello y me dio un montón de folios de lo que ella hacía. Luego ya escribo. Imaginarme las tramas para mí es lo más fácil, porque los de mi generación no tuvimos nada y lo teníamos que imaginar todo. No había televisión, sólo radio.

Me ha llamado la atención la diplomacia castellana. ¿Hizo aguas en la Edad Media?

Hizo aguas, pero no era mala. Tuvo diplomáticos muy importantes, pero es que el papado se opuso tan frontalmente, que dividió a los que estaban por Alfonso. Mandó a su hermano Manuel a hablar con el Papa, pero había muchos intereses. Los Papas se dieron cuenta de que Alfonso era el indicado para ser emperador, pero pensaron que si lo nombraban emperador – lo coronaban ellos – sería rey de Nápoles, Sicilia, Córcega y Cerdeña, más todo el imperio, más Luxemburgo. Pensaron que iban a estar los estados pontificios atenazados por el poder de este hombre. No es que fuera mala la diplomacia, sino que los intereses que se jugaban eran muy grandes y el Papa dijo que ni hablar. Un rey tan poderoso no les convenía.

El no ir a las cruzadas Castilla, ¿no fue un poco en contra de él?

En el anterior libro mío, que fue El lazo púrpura de Jerusalén, es donde me explayo en ese tema que tú dices. Fueron muchos cruzados. Hubo una orden que era la orden de Monte Gaudio. España tuvo una orden allí de un nieto o sobrino de Alfonso VI. Estuvieron en Tierra Santa, vestían todo de blanco y eran el terror de los musulmanes. Eran casi todos castellanos, pero eran realmente muy pocos. Creo que has puesto el dedo en la llaga.: no estuvimos en las gestas europeas.

¿La diplomacia europea casi siempre ha hecho aguas? Actualmente también y en el siglo XVIII, por culpa de los Austrias.

Sí, yo creo que si no llega a morirse el príncipe Juan, primogénito de los Reyes Católicos, este país ahora mismo, me juego el pescuezo, que el oro de América se hubiera quedado todo aquí y seríamos el país más importante de Europa ahora mismo. El oro venía a Cádiz y a Sevilla y se lo llevaban a los banqueros alemanes, flamencos y demás. Aquí no paraba para nada. Es más, los reyes austrias lo que hacían era llevarse todo lo que podían para allá. Nos cogieron como inquina los europeos.

Hemos estado apartados de los centros de decisión europeos.

Nosotros nunca hemos tenido el centro del poder. Somos muy altivos, muy arrogantes, yo no sé lo que nos pasa.

Tu novela está muy bien documentada y muy bien escrita, porque los personajes se expresan como lo hacían los de esa época.

Me lo decía Humberto Eco. Una vez le pregunté: ¿cómo consigue usted que los personajes de El nombre de la Rosa parecía que estaban de verdad en el monasterio? Y me dijo que su secreto era que ¿en aquel momento era la hora monástica? Pues lo ponía, que, ¿los monjes cantaban? Pues lo ponía, para que el lector se meta. Decía: mis frailes eran auténticamente medievales.

¿Hay algún escritor de novela histórica que no le guste?

Ken Follet, por ejemplo en Los pilares de la tierra. Tiene cosas impensables, que no pueden ser en la Edad Media.

¿Cómo cree que está ahora mismo la cultura española?

El diagnóstico que hago es absolutamente demoledor. Es lamentable. Hemos llegado a una sociedad muy ávida, muy materialista, que se preocupa nada más por la posición, por el dinero, por vivir sin cultura. Por eso tienen ese exitazo los programas rosas, eso es lo que a la gente le gusta. Olvidan el placer de la lectura, el placer de visitar un museo, eso es un placer de dioses. Los poderes públicos, en lo que es la cultura, la educación – yo he sido maestro de escuela mucho tiempo – la tienen dejada de la mano de Dios. En los institutos y en las universidades han quitado casi todas las humanidades y han hecho un país de analfabetos. Para que un pueblo sea culto tiene que estar educado y como no está educado, no es culto. Lo digo con todo el dolor de mi corazón, quiero mucho a mi país, pero cuando salgo fuera y veo lo educados que son, eso es porque tienen cultura. Aquí la cultura parece que es lo último. Nuestro lenguaje, que es tan maravilloso, tan rico, se ha convertido en sincrético, en rápido, en súper guay, etc. y los chicos escriben sus mensajes que da pena y acabarán con el castellano si siguen así. Mi opinión es muy demoledora muy a mi pesar.

¿Pese a trabajar en Andalucía en estos temas? ¿Qué se puede hacer?

Yo creo que la educación es fundamental. Una educación humanística en los colegios. Que no se den esas facilidades para obtener los títulos, que los chicos no pasen de curso con dieciocho suspendidas. ¡Eso no puede ser! Hay que dar algo de latín, que es nuestro origen, la literatura no olvidarla, la riquísima historia de España, que no se puede olvidar nunca. Desgraciadamente hemos hecho una generación, la generación LOGSE, de analfabetos y lo dice un maestro que fue director de colegio.

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