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La editorial Líneas Paralelas rescata "Un romance siciliano" de Ann Radcliffe

sábado 07 de noviembre de 2015, 22:26h
Un romance siciliano
Un romance siciliano

Ann Radcliffe, la autora que inspiró a Edgar Allan Poe o a Jane Austen, y una de las primeras creadoras de la literatura gótica, presenta en "Un romance siciliano" el tormento sufrido por una damisela de la corte italiana llamada Julia, cuyo padre déspota desea casarla con un sanguinario conde para aprovecharse económicamente de la unión.

Julia solo tiene el consuelo de sus hermanos y de una doncella, los cuales planifican la fuga de la joven, aún sabiendo que el castigo del hidalgo puede ser terrible. En la huida, tanto Julia como su amante se encontrarán con decenas de peligros provocados por bandidos y frailes traicioneros, o por las inclemencias del tiempo, mientras los hombres del padre recorren las montañas y los bosques oscuros, intentando alcanzar a la pareja.

Por si fuera poco, el progenitor de Julia guarda un terrible secreto relacionado con su familia en los calabozos de la parte sur de su castillo, bajo unas torres en ruinas y supuestamente habitadas por fantasmas.

En Un romance siciliano podemos encontrar la base de la literatura gótica que luego caracterizará a la obra de Ann Radcliffe, y la calidad que hará que la autora sea descrita como “la Shakespeare del terror”.

De no existir la obra, tampoco lo habría hecho el trabajo de por ejemplo las hermanas Brontë. La sensibilidad femenina de Radacliffe está presente en todas las situaciones terroríficas de la historia, en la cual hay esposas encerradas para siempre en un calabozo , o niñas a las que no se les ha permitido disfrutar de la vida más allá de los muros que son su hogar. Estas mujeres están rodeadas de caballeros que expresan su amor luchando por ellas en batallas a caballo, a la par que otras pérfidas madrastras echan mano de la ponzoña y de las mentiras para lograr sus propósitos.

Un romance siciliano fluye gracias a la prosa repetitiva pero bellamente engalonada de Ann Radcliffe, la cual no duda en incluir fragmentos de su célebre poesía, donde demuestra su maestría con el uso del inglés arcaico.

Un romance siciliano no será solamente disfrutable por las lectoras enamoradas de Jane Eyre, sino también por ese género masculino tal vez más reacio a las desventuras amorosas de corte dulce y sentimental y fans del género de terror gótico.

Ann Radcliffe, nacida Ann Ward en Holborn, el 9 de julio de 1764, es una de las pioneras de la literatura gótica, cuya influencia salpicó a la obra de autores del género tan importantes como Edgar Allan Poe o Jane Austen. Comenzó a escribir para matar el aburrimiento, tras casarse con un editor llamado William Radcliffe. Su primer trabajo pasó desapercibido, pero pronto dio en el clavo a la hora de crear situaciones siniestras en las que jóvenes damiselas eran atosigadas por caballeros de alta alcurnia. Así formó un estilo propio con novelas como Un romance siciliano (1790) o The Romance of the Forest (1791), con relatos que fueron devorados por personajes femeninos de la alta sociedad de la época. Sus obras más célebres son sin duda Los misterios de Udolfo (1794) y El italiano (1796), en las que resume esas descripciones decadentes, apuntaladas por la presencia de castillos en ruinas y tormentas oscuras, todo alrededor de romances imposibles. Ann Radcliffe murió el 7 de febrero de 1823 debido a los problemas provocados por una neumonía, pero su legado ha seguido siendo imitado hasta la saciedad en diferentes plasmaciones artísticas.

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