José Rodríguez Chaves es un escritor de fondo, su universo creativo abarca novela, ensayo y poesía. Pero es un la poesía donde con mayor contundencia nos hace entrar en su partitura literaria. Para el autor “barro sublimado” es la “elevación de lo primario. El grado posterior al estado básico del ser”. Y en esta búsqueda la poesía se convierte en el medio entre el barro y lo sublime. Qué mejor combinación que palabra y belleza para convertir el barrio en energía.
“Barro sublimado” es un compendio de estampas sobre lo humano. Cada pieza del libro tiene la particularidad de hablarnos de un trozo importante de la humanidad. Como si pretendiera dibujar una visión del cosmos, los poemas ante el libro son el uno en el todo. “En otro sentido que el santo, / el poeta es barro sublimado. / Al santo lo sublima la vivencia del Evangelio; / la inspiración, al poeta. / Al santo, su acercamiento a Dios, / al poeta, el sentimiento. / Singular barro sublimado aquél, / en quien el santo y el poeta se den…/ Poeta es sólo el que lo es; / mas santo todos lo podemos ser/”, dice el poeta en el texto que le da título al libro. La variedad de la obra alcanza sucesos sublimes y dramáticos del día a día, como “Muertes en el mar”, una radiografía contundente de la situación de los inmigrantes (o expatriados de su madre tierra) que pierden la vida por llegar a Europa en patera. El drama de unos es la noticia de otros; la poesía atraviesa el lado superficial de la rutina. No hay posibilidad de ser espectador cuando la poesía nos transforma en actores de la tragedia. Las piezas de “Barro sublimado” integran una misma sinfonía que enfrenta al lector con su mundo personal y con el que proyecta hacia afuera. Y al cerrar el libro pensamos en música o poemas como “Les corre mucha prisa”, “Tristeza de otoño en Gijón”, o “A Cervantes”, en el que el poeta dialoga con el creador del Quijote para celebrarle que “entre otras muchas cosas, la plasmación de tu genial descubrimiento: los dos tipos o categorías en que, esencialmente, está desde siempre dividida la Humanidad: el idealista y el materialista a ras de tierra…”
Sin duda, hay poesía después de las noticias.
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