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María Fortea y Félix J. Palma
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María Fortea y Félix J. Palma (Foto: Ivy Clementine (@Ivy_clementine))

Entrevista a Félix J. Palma y María Fortea, autores de “El amor no es nada del otro mundo”

“Para escribir a cuatro manos con alguien debes estar muy en sintonía con esa persona”

Por Javier Velasco Oliaga
lunes 30 de mayo de 2016, 08:09h

Félix J. Palma y María Fortea han unido sus fuerzas en "El amor no es nada del otro mundo" para escribir una interesantísima novela sobre los universos paralelos, donde los protagonistas viven un increíble triángulo amoroso rodeados de personajes que nos harán reflexionar con mucho humor sobre la idealización del amor y la felicidad en los tiempos de Facebook.

  • Félix J. Palma y María Fortea en las dos realidades

    Félix J. Palma y María Fortea en las dos realidades
    Autora: Ivy Clementine (@Ivy_clementine)

Ambos, pareja en la vida real, se han prestado a una entrevista a cuatro manos para explicar cómo ven ellos el amor del futuro que gracias a las redes sociales, y en especial a Facebook, ya está aquí y está para quedarse. En la entrevistas nos explican todos los recovecos de esta futurista novela.

¿De quién partió la idea de escribir “El amor no es nada del otro mundo”?
F: La idea de escribir juntos surgió de ambos, de una forma natural. Cuando nos conocimos, yo estaba enfrascado en la trilogía victoriana, preparando la segunda parte, y María, aunque nunca había publicado nada, llevaba mucho tiempo buscando el momento de escribir su primera novela. Justo por aquellas fechas había decidido tomarse un año sabático y dar el paso…

M: Hasta entonces ninguna de las novelas que había comenzado había llegado a buen puerto, supongo que por falta de seguridad en mí misma y, sobre todo, de criterio. Comenzar una relación personal con Félix supuso para mí tener un taller literario en casa, las 24 horas del día. Por otro lado, comencé a ayudar a Félix con la ingente documentación que tenía que manejar por aquella época sobre universos paralelos y la teoría cuántica. El hecho de hablar a todas horas de literatura y realidades alternativas, dio como resultado que nos apeteciera mucho escribir algo juntos sobre ese tema. Pero queríamos que fuera una novela mucho más ligera que los mapas, en clave de comedia, que colocara al multiverso en un plano mucho más íntimo, cotidiano… como un elemento fantástico que, de pronto, dejara de serlo e irrumpiera en el día a día de los protagonistas, poniendo sus vidas patas arriba. Y en ese búsqueda común, la premisa concreta de El amor no es nada del otro mundo se me ocurrió a mí. Pensé que sería genial que Facebook, de pronto, nos permitiera conectar con otros mundos paralelos. Que a través de algo tan simple como tener un perfil en una red social, pudiéramos pedir amistad a nuestros yos alternativos de otros mundos paralelos, y ver cómo nos fue allí al haber tomado otras decisiones… Y a partir de ahí, no pudimos dejar de pensar en las infinitas posibilidades narrativas que ofrecía una idea así.

¿Es complicado escribir a cuatro manos cuando se es pareja?
F: No puedo comparar esta experiencia con la de escribir a cuatro manos con alguien que no sea tu pareja porque nunca he llegado a hacerlo con nadie. A lo largo de mi trayectoria hubo algunos amagos de intentarlo con algún amigo, pero nunca cuajaron porque creo que para escribir a cuatro manos con alguien debes estar muy en sintonía con esa persona, y yo no sentí eso hasta que conocí a María. Enseguida supe que su sentido del humor, tan parecido al mío, su imaginación y su sensibilidad artística la hacían la compañera perfecta para emprender con ella una aventura, en el fondo tan laboriosa, como la de escribir una novela juntos. Y tengo que decir que no ha sido en absoluto complicada, si no una experiencia agradable, divertida y muy enriquecedora. De vez en cuando, surgían inevitablemente discusiones creativas, pero hacíamos todo lo posible para que no trascendieran al plano doméstico.

¿Cómo es vuestro proceso de creación y escritura? ¿Lleva alguien la voz cantante?
F: Hay dos tipos de escritores, los de plano y los de brújula, y yo, debido al tipo de historias que escribo, llenas de giros y finales sorpresa, siempre he necesitado planificarlas de antemano. Con más razón si son dos personas escribiendo juntas y repartiéndose el trabajo: por fuerza necesitas un plano que sirva de guía. Y eso hicimos: construimos la trama entre los dos de un modo bastante detallado, y cuando la tuvimos lista, empezamos a escribir repartiéndonos los capítulos según el que le apetecía escribir a cada cual. Luego nos lo intercambiábamos y corregíamos el del otro, descartando o aportando cosas, haciendo sugerencias, etc, y cada cierto tiempo, hacíamos una reunión para tomarle el pulso a la novela y comprobar si estaba cogiendo el rumbo que queríamos.

Siempre hemos oído que el trabajo de escritor es muy solitario. ¿Alivia escribir los dos juntos?
F: Sí, cuando escribes solo eres el único responsable de tu novela, eres quien toma las decisiones, quien acierta o se equivoca, y eso es una gran presión. Al escribir a cuatro manos, se diluyen responsabilidades, y eso supone siempre un alivio. Pero, además, se te ocurren mejores ideas, ya que son dos mentes inspirándose mutuamente.

A Félix ya le conocemos hace tiempo y sabemos sus referencias literarias pero ¿cuáles son las de María Fortea?
M: Soy una lectora voraz y, sobre todo, caótica. Mis referencias literarias son bastante inclasificables, se podría decir que no tengo un género favorito, como Félix, cuya querencia por el fantástico y la ciencia ficción es algo predominante en sus gustos, tanto literarios como cinéfilos. En mis estanterías puedes encontrar de todo. Algunos de los autores que me han marcado, ya sea con una sola novela, o con su obra entera, y a los que siempre vuelvo una y otra vez, son: Terry Prachett, Daniel Pennac, Cortázar, García Márquez, Pearl. S. Buck, A.J. Cronin, Gerald Durrell, Susanne Clark, Jane Austen, Delibes, Pierre Lemaitre, Richard Llewellyn, Richard Yates, Neil Gaiman, Steinbeck, Eduardo Mendoza, Stephen King… Y me dejo un montón en el tintero!

La obsesión por el tiempo y por H. G. Wells está presente en la obra de Félix, aquí también. ¿De qué género consideran que es la novela?
F: Esa es la pregunta del millón. No podemos calificarla de novela romántica porque es más que eso, ni de novela de ciencia ficción porque el elemento fantástico, aunque determinante para el argumento, permanece siempre en un segundo plano. Creo que habría que crear un género nuevo para etiquetarla. Tal vez ¿comedia romántico cuántica?

¿Se podría decir que es ciencia ficción o el futuro que cuentan ya está aquí?
M: Se sabe que Facebook está invirtiendo una gran cantidad de dinero en inteligencia artificial y realidad virtual… ¿Te imaginas el cambio que eso supondrá en las relaciones sociales? Y ya venimos de otro cambio brutal, que ha sucedido en una sola década. La sociedad mundial se ha convertido en una comunidad virtual, un concepto inimaginable hace tan solo unos pocos años. Los cambios son cada vez más grandes y más rápidos. Quién sabe, tal vez el momento en el que podamos conectar con otros mundos esté más cerca de lo que creemos.

¿Qué tal se desenvuelven fuera de la época victoriana? ¿Ha sido María la que ha influido para que sea en el presente?
F: Jajaja… No, no tiene tanto poder sobre mí. En realidad, tras seis años escribiendo la “trilogía victoriana” yo estaba deseando un cambio, escribir una novela para la que no tuviera que manejar tanta documentación, y que pudiera escribir usando una prosa más informal y fresca, liberándome del yugo que había supuesto la voz del peculiar narrador de los mapas, así que cuando a María se le ocurrió la idea germinal de El amor no es nada del otro mundo, vi el cielo abierto. Era justo lo que buscaba.

¿Qué futuro le auguran a las redes sociales? ¿Es Facebook la red social por excelencia?
M: Nosotros le tenemos un gran cariño a Facebook pues es la red a través de la cual nos conocimos, pero es cierto que tal vez haya perdido algo de supremacía últimamente frente a otras redes más inmediatas, ágiles o visuales, como Twitter o Instagram… Aunque, quién sabe, ¡todo cambia tan rápido! Como hemos dicho antes, se está invirtiendo e investigando continuamente en nuevas formas de comunicación. Creemos que está a punto de suceder una nueva revolución, no sabemos si será un Facebook Multiversal, como en nuestra novela, pero, desde luego, la Humanidad está preparada para dar otro paso. Las fronteras se le quedan cada vez más pequeñas. Y ahí fuera hay muchos genios pensando en cómo ampliarlas.

¿Es Facebook un desahogo para las personas que no les gusta su trabajo?
F:Más bien que no les gustan sus vidas. O mejor dicho, que no le gustan ciertas partes de sus vidas: esa parte aburrida, vulgar o triste que ocupa el 90 % de una vida, y que gracias a esa sala de montaje que es el Facebook, puede ser desechada para potenciar el 10 % restante. De ese modo, cualquier vida se vuelve sublime, divertida, emocionante. Las redes sociales era uno de los temas sobre los que queríamos reflexionar. Ambos las vemos como universos en sí mismos, lugares o dimensiones alternativas a la realidad donde nuestros gemelos, nuestros perfiles, deslían una historia paralela a la nuestra. Así que, si hubiera una conexión con otro mundo, lo lógico sería pensar que la brecha se abriera a través de ellas.

¿Pueden existir dos personas iguales en el multiverso que plantean?
F: Nuestros yos existen replicados en los infinitos mundos, pero no son iguales. Nosotros nos imaginamos el multiverso como un pentagrama infinito. En el mundo colindante seremos casi iguales, pero habrá detalles que nos diferencien de nuestros gemelos, y esos detalles irán aumentando a medida que nos alejemos en ese pentagrama ficticio, de modo que nos iremos volviendo cada vez más irreconocibles para nosotros mismos.

Mandy y Amy son la misma persona pero se comportan de modo diferente. ¿Por qué plantean esta cuestión?
M: Porque queríamos reflexionar sobre la importancia que tienen las vivencias de la persona en su propia esencia. Uno llega al mundo con unas prestaciones de serie, por así decirlo, pero, después, las decisiones que va tomando le llevarán por un camino concreto en la vida, y cada experiencia que se encuentre en ese camino irá dejando su huella. Es lógico pensar que un gemelo que tomó otro camino, y que, por lo tanto, vivió otras experiencias, haya adquirido diferentes “acabados” sobre el modelo original. Tal vez tenga más seguridad en sí mismo, o quizá sea más desconfiado, según las cosas que le hayan sucedido. Pero también queríamos reflexionar sobre cuán superficiales serían esas diferencias… ¿Es la esencia del individuo más fuerte que las influencias de su entorno? Al final, ¿las diferencias con nuestros gemelos serían puramente aparentes? Al fin y al cabo, Amy y Mandy acaban por descubrir que son más parecidas de lo que ellas creían…

¿Ayuda Facebook a relacionarse a las personas tímidas o al contrario?
F: Sin duda. Y yo mismo puedo ponerme de ejemplo. Abordé a María por Facebook en cuanto la vi, algo que jamás habría hecho si me la hubiera encontrado en un bar.

M: En el bar le habría abordado yo, sin duda.

¿Podrá existir en un futuro más o menos cercano un Mundo 1 o varios mundos diferentes en distintas dimensiones o todo es producto de la fantasía?
F: Yo creo que sí. La teoría del multiverso ha sido considerada desde su nacimiento, allá por los años 50, poco más que un cuento de ciencia ficción, pero según los últimos descubrimientos científicos en el campo de la física cuántica, parece que la existencia de un multiverso cobra cada vez más fuerza. Hace un par de años, justo cuando estaba en plena promoción de El mapa del caos, apareció una noticia que explicaba que científicos de la universidad de California y de la universidad Griffith (Australia), habían expuesto una nueva y radical teoría sobre la existencia de los universos paralelos. Aseguraban que no solo el universo en el que vivimos es uno más de un número gigantesco de mundos (unos casi idénticos al nuestro, otros muy diferentes), si no que todos estos mundos interactúan entre sí.

¿Llegaremos a vivir en un domingo infinito?
M: Un domingo jamás podría ser infinito. Por definición, siempre es demasiado corto. La creación de un domingo infinito es, quizá, la parte más fantasiosa de nuestra novela.

¿Cómo serán los recuerdos de esas personas que se muevan en ambos mundos?
F: Nuestra mente está preparada para adaptarse a una realidad múltiple. Lo ha demostrado con creces en este nuevo mundo de las redes sociales. Hoy en día uno lleva tantas vidas como redes posee, y en cada una piensa, se expresa y se relaciona de forma diferente. Y lo hacemos manteniendo razonablemente la cordura. Podríamos saltar a otro universo, intercambiarnos con nuestro gemelo de allí, y seguir siendo tan infelices como en este lado sin problemas. Estamos preparados para ello.

Definitivamente, ¿el amor es o no es del otro mundo?
M: Los que hayan leído la novela, o hayan estado atentos a esta entrevista, ya sabrán del doble sentido del título. Otro de los temas que queríamos tratar en nuestra historia era la idealización del amor, esa búsqueda eterna del ideal romántico que nos venden en el cine y en la literatura, y que muchas veces provoca que no nos demos cuenta de que el amor… no es nada del otro mundo. Defendemos que no hay mejor oda al amor que aquella que lo desmitifique. El amor no ha de servir para completarnos como personas, para hacernos la vida más fácil, para entregarnos la llave de la felicidad o hacernos volar por encima de las nubes. Si algo tiene el amor de maravilloso, es que no tiene ninguna utilidad concreta. Esa es su magia.

Ahora que han probado a escribir juntos, ¿van a continuar haciéndolo?
F: Definitivamente, sí. Mientras tramábamos esta historia nos quedaron muchas otras en el tintero, y la experiencia ha sido tan divertida, que ya estamos deseando repetir.

M: Quizá en otros mundos ya llevamos un par de trilogías juntos…

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