Políticos populistas ya se sabe. Buscan sus demonios particulares para congraciarse con los pueblos indígenas a los que han relegado al olvido desde el siglo de las independencias, llevadas a cabo, dígase de paso, por los criollos, descendientes directos de los conquistadores.
Y deben saber que Cortés, creador del Méjico actual, no conquistó solo el gran imperio amerindio, sino ayudado por miles de indios hastiados de las vejaciones de los mexica-aztecas, y que su independencia de la metrópoli hispana fue llevada a cabo por los criollos. Al señor L. Obrador habría que invitarlo al Archivo de Indias para que examinara los cientos de legajos de nuestra permanencia en su país, y se sorprenderá del influjo griego, romano, renacentista y civilizador de una nación llamada España.
La discutida cuestión ha situado en primera línea de actualidad una novela editada por Ediciones B, que apareció en las librerías hace solo unas semanas, >, firmada por Morgan Scott, escritor vinculado a la Academia Norteamericana de la Lengua Española de Nueva York. La novela, escrita con un lenguaje seductor, y con un intenso estudio de la sociedad mexica de la preconquista y de la invasión española de Méjico, resulta un documento minucioso de la caída de Tenochtitlán y de las osadas vicisitudes de Hernán Cortés de Moroy y de sus hombres.
Narra como hilo conductor la vida del príncipe mexica Ocelotl, que nos descubre la sorprendente vida y costumbres de su pueblo, con sus sacrificios, canibalismo religioso y colorista singularidad.
Desfilarán ante sus ojos los “guerreros del sol”, las sacerdotisas de la diosa Metzli, los astrónomos indios de la academia de los cielos, los zenotes o infiernos mayas, las delicias del Emporio del Lago, la corte de Carlos V, el Tesoro de las Tres Llaves del secretario imperial De los Cobos y de su esposa doña María de Mendoza, y un nutrido de personajes secundarios- mexica y españoles- que aportan vida y realce al relato.
Emergen en la novela personajes memorables, como el emperador Moctezuma, el caudillo Cuauhtémoc, La Malinche o Alvarado, sobresaliendo sobre todos, el protagonista Ocelotl y Hernán Cortés de Monroy, el Malinzínt o Señor de Malinche para los mexica, que una vez renunciado a los estudios en Salamanca, solo poseía dos caminos a seguir: alistarse en los tercios o embarcar hacia el Nuevo Mundo y hacer fortuna que le prometía un ascenso social elevándolos con sus proezas a una nobleza en España.
Si el gobierno español ha llegado tarde y mal, debido a su insultante complejo de inferioridad, no ha sido así por parte del escritor Morgan Scott, que nos ofrece una deslumbrante novela sobre la conquista, en "Los Hijos del Sol".
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