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"Ausencia levemente prolongada", de Ana María Reyes Cano

Huerga y Fierro, 2017

Por Francisco J. Castañón
domingo 07 de abril de 2019, 19:28h
Ausencia levemente prolongada
Ausencia levemente prolongada
En el último tramo del pasado año 2017, vio la luz el primer poemario de la profesora y filóloga Ana María Reyes Cano. Cincuenta y seis poemas reunidos bajo el sugerente título "Ausencia levemente prolongada" (Huerga y Fierro Editores). Con este libro, Reyes Cano, que ya había publicado sus poemas en prestigiosas revistas literarias como Cuadernos del Matemático y en antologías como Aldea poética, da continuidad y significado a su obra en poesía.

"Ausencia levemente prolongada" es una magnífica carta de presentación, donde la poeta nos habla de ausencia, como no podía ser de otra forma, también de presencia, de recuerdos, olvidos, desencantos, del paso del tiempo, del amor, de soledades y sueños. Nos habla, en definitiva, de todos aquellos elementos con los que la autora ha ido componiendo el universo poético que entrega ahora a los lectores en su opera prima.

Como queda reflejado en el título, la 'ausencia' tiene en el poemario un protagonismo explícito, siendo el tema principal de una decena de poemas. Así sucede, por ejemplo, en Los encajes de tu ausencia, Ausencia vulnerada, Los pasos de tu ausencia o El caligrama de tu ausencia. En otros poemas la 'ausencia' surge en los versos como parte esencial del discurso poético. Todo ello es un claro exponente de hasta qué punto la 'ausencia' como tema es el eje sobre el que gira este libro. La 'ausencia' abre el poemario y Una ausencia transparente y muda pone punto y final al mismo.

La 'ausencia' es motivo de versos elaborados con esmero y de imágenes llenas de intensidad que sorprenden a quien se acerca a las páginas de Ausencia levemente prolongada:

'Tu voz,
revuelo de gaviotas en mis arrecifes desiertos
bailando silencios como adioses en mi garganta;
y yo me quedaré desnuda,
sólo vestida con los encajes de tu ausencia'.

La 'ausencia' es leve y en ocasiones 'vulnerada', cuando -escribe la autora- 'Tu voz sale de su retrato / rompiendo los marcos de la ausencia', porque la 'voz' en segunda persona del singular es un elemento que aparece de manera constante a lo largo del poemario. Es una voz que acaricia, que 'asoma como piel de mil palmeras', una voz 'de algas' que seduce, 'Esa voz articulada de espejos fríos / y silenciosos / cráteres fueron sin embargo un día', que se escurre entre los dedos y finalmente se hace 'eco lejano'. Es, en definitiva, la voz de esa presencia que la poeta reclama en el poema Tu presencia. Parece lógico, pues para componer el canto a la 'ausencia' que es este poemario, antes ha debido haber una presencia: '¡Tu presencia! / ¡Solo quiero tu presencia!', exclama la poeta casi con vehemencia en el último poema citado.

En los versos de Reyes Cano podemos atisbar otro aspecto muy relevante para esta autora: el mar. Un mar de fondo, por decir así, que encontramos ya en el primer poema, Te acercas a mí, y de una u otra forma permanece a lo largo del libro. Mar que es aquí 'espuma blanca / de universos salados' o 'Danzas entre olas / lunas de espuma / y cabellos de agua'. Para esta poeta, el destino no es sino 'una ola salvaje' de un mar que 'me devuelve la calma de ser yo misma;', escenario donde regresar de nuevo al tema de la ausencia, como sucede al final del poemario: 'Porque tú ya no estás en mi playa / vestido de algas y de luna'.

Ausencia levemente prolongada es comienzo y continuidad a un tiempo del itinerario poético de Reyes Cano. En este libro aúna su poesía, de la que hasta ahora conocíamos pinceladas. Aquí contemplamos su ferviente y cuidado trabajo por construir un estilo personal y una voz poética propia. Versos en los que la poeta vuelca su personalidad y su sentir de la existencia, proponiendo a los lectores llamativas metáforas e imágenes, así como un sutil juego de espejos donde la autora refleja emociones, zozobras y esperanza.

Estamos ante una poesía en la que nuestra autora vierte una acentuada sensualidad, notables dosis de tristeza, de desencanto, de nostalgia,... pero también una confianza firme en el poder revitalizador y redentor de la palabra poética. Para Reyes Cano la poesía es una forma de expresión y, al tiempo, una manera de afrontar lo cotidiano y las preguntas que nos propone la existencia.

De algún modo, este libro es el eco poético de los pensamientos y reflexiones de la autora, de sus sueños y sus silencios. Sí, también nos llega el eco de su silencio. Sin duda, en estos versos hallamos esa original forma de mirar la realidad que atesora esta poeta, sello de identidad y materia germinal de los poemas que hilvana la autora en su primer poemario.

En la tercera y última parte del libro la ausencia se hace prolongada. Aquí la luna se llena de 'misterio', surgen 'paraguas de sombras', 'fisuras en el aire', 'flores de agua' y 'eclipses sin luna'. Es entonces cuando 'El silencio solloza un desfile de sombras...' Es en estos poemas donde los ojos de Reyes Cano, a través de su mirada literaria, 'abren el horizonte: / van buscando los pasos de tu ausencia / en la madrugada / mientras las aceras de la ciudad callada / respiran mis sueños'.

En cualquier caso, Reyes Cano, como se ha dicho ya, ha emprendido un camino de creación poética que pronto dará nuevos frutos. Estoy convencido, la 'ausencia' de esta poeta no será prolongada en nuestras letras. A buen seguro, no tardaremos mucho en ver publicada otra entrega de sus poemas.

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