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Entrevista a Alexandra Lapierre, autora de "Serás reina del mundo"

"En el tiempo de los conquistadores se decía que las mujeres en las naves daban mala suerte"

jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

Serás reina del mundo, el libro más reciente de Alexandra Lapierre, es una apasionante novela que narra la vida y las aventuras de Isabel Barreto, la primera mujer que se atrevió a ponerse al mando de un barco y partir a la conquista del mundo. Un personaje real y poco conocido de nuestra historia. Una mujer que se convirtió en leyenda.

Estamos ante una novela histórica de gran rigor construida como resultado de tres años de viajes por distintos continentes, largas horas de búsqueda en archivos de medio mundo para reconstruir la vida de la única Almiranta de la Armada española.

¿Qué le llevó a escribir Serás reina del mundo?

He encontrado en los archivos las palabras "la primera y única almirante del tiempo de los conquistadores" y he pensado: ¡no es posible! Una mujer en el siglo XVI que está en un mundo tan machista como es el de los conquistadores y los navegadores, que además decían que las mujeres en las naves daban mala suerte. Entonces me fui a leer quién es y la persona que he encontrado me dio una visión de fuerza, un personaje genial, una gran heroína española a la que la historia ha olvidado totalmente, pero que ha hecho cosas increíbles como ser Capitana de cuatro galeones. Entonces empecé a investigar si lo que había leído acerca de este personaje tan interesante era real y lo que he encontrado me transmitió el deseo de cambiar mi vida para buscar las pruebas de lo que aconteció en su vida, por lo que vine a Madrid, a la biblioteca nacional, dejando parís y trasladando todo lo que tengo aquí. A lo largo de dos años he buscado el testamento de Isabel, todas las cosas sobre ella y las personas cercanas de ella, que compartieron su mundo.

¿Por qué cree que un personaje histórico tan importante ha quedado en el olvido? Yo no sabía nada acerca de ella.

Pienso que es por dos principales razones. La primera es que era una mujer y el testimonio de una mujer en esa época no contaba para nada, ya que las mujeres iban, en sentido estricto, atadas siempre a un hombre: al padre, al marido, al hermano... y lo que ella cuenta no se escucha, lo que es un problema para la transmisión del saber. La otra razón es que su mayor enemigo, Quirós, que también es su capitán y piloto, siempre ha querido su puesto y fue a Madrid para contar la historia pero adjudicándose él todos los méritos. Como resultado de esto, Quirós aparece en el museo naval de Madrid, al igual que el marido de Isabel, Álvaro de Mendaña; pero no aparecen los viajes de Isabel. Además, todos estos viajes en esa época eran un secreto total y si alguien contaba sus descubrimientos, esto era pena de muerte, ya que dichos descubrimientos sólo podían ser conocidos por el rey y su consejo para evitar que otras naciones como Inglaterra conocieran las rutas marítimas y ocuparán los territorios a los que habían llegado los españoles. Así, nadie quería que se supiera dónde estaban las islas salomón, las islas marquesas o Australia, por lo que su localización se encontraba guardada en Sevilla en un cofre y poco a poco se fue olvidando.

¿Dejó Isabel algún escrito realizado por ella misma que usted haya podido consultar?

Ella dejó en sus papeles el documento que envió al rey para solicitar su autorización para realizar una segunda expedición. Además, cuando ella llegó a Manila, las autoridades de Filipinas hicieron interrogatorios a todos los supervivientes, ya que salieron 400 y llegaron cuarenta, para saber qué ocurrió. Entonces tenemos también sus respuestas a los interrogatorios realizados por los oficiales de Manila. A su vez, tenemos el testimonio de Quirós, ya que en el registro de su segunda expedición con todo lo acontecido en la primera expedición de Isabel (aunque omitiéndola a ella). Este documento fue publicado en España en el siglo XIX y posteriormente en Francia e Inglaterra y me ha servido mucho para orientar a mi investigación para saber si este personaje era lo que realmente dijo ser o no y lo que encontré fueron testimonios de sus marineros en los que le tachaban de loco.

¿Ha sido muy difícil escribir un libro en el que todos los personajes son reales?

He intentado que mi historia fuera lo más real posible. Si te pones a imaginar otras cosas acerca de lo que pudo haber pasado, el resultado puede ser muy interesante, pero ése no era mi objetivo, ya que yo quería devolverle la vida a esta mujer para contar su historia de un modo que también resultara atractivo e interesante para todos aquellos que no están interesados en la era de los descubrimientos desde un punto de vista únicamente histórico e intentar conmover a los lectores. De este modo, he intentado transmitir una realidad que es mucho más fuerte que la ficción. Por eso, he utilizado por una escritura evocativa y poética, más que descriptiva.

¿Hay alguna parte acerca de la cual no ha encontrado ningún documento y ha tenido que inventar?

La parte de la travesía, que es la principal de la novela, está muy bien documentada porque todo estaba registrado oficialmente de forma muy precisa. Los hechos de la juventud de Isabel estaban peor documentados, pero la fortuna hizo que Isabel tuviera diez hermanos y de todos ellos se conservan documentos en los que hay datos algo difusos de esta época de su vida, por lo que tenemos muchos datos paralelos que permiten en cierto modo reconstruir la historia de Isabel durante los primeros años de su vida. Y estos datos sueltos son los que me han permitido construir el personaje de Isabel.

¿Cómo descubrió Álvaro de Mendaña, primer marido de Isabel, las islas Salomón?

Él pensaba que esa parte de la tierra que quedaba por descubrir debía tener un contrapeso con el resto de los continentes, pero ¿dónde? Ésta es una idea loca, pese a que tenía razón.

¿Cómo surgió el amor de Isabel por la navegación?

Este tema es muy interesante. Isabel perteneció a la primera generación de criollos, por lo que es una hija de sangre de la conquista y la idea de continuar y llegar más lejos es algo que lleva en sus genes. ¿Y hacia dónde podía ir? Al Pacífico, el único lugar al que se podía avanzar hacia tierras desconocidas desde Perú, ya que para los conquistadores era todavía un lugar vacío. Por lo que la idea de conquistar el "quinto continente" para ellos era un sueño. El caso de Isabel: ella estaba casada con un navegante que ya había llegado a las Islas Salomón, que pensaban que estaban llenas de oro, y el ayudar a su marido a poner esta expedición en pie le permitió cumplir los sueños de su infancia ya que se encargó personalmente junto con Álvaro de Mendaña de organizarla, porque ésta no fue organizada por el rey, sino que él únicamente dio los permisos y ellos debían encargarse de financiarla y montarla. Y además de organizar todo, lo acompañó a su marido en el viaje, algo que no se había visto en las grandes expediciones anteriores.

¿Por qué decidió empezar una novela por el final de la vida de Isabel Barreto?

Porque lo más importante de la novela es contar su juventud, ya que en esta época ella comienza, al contrario que otras heroínas de la ficción, siendo libre para terminar castigándose recluida en un convento. Además, el hecho de estar con su hermana, que pueden contar su juventud juntas, me daba un modo de contar la riqueza del personaje y sus paradojas.

¿Cuántos viajes ha tenido que hacer para escribir esta novela?

Mi primer viaje fue el traslado a Madrid desde parís, porque para mí era muy importante poder trabajar en la biblioteca nacional, en Sevilla, en Galicia... Tuve que dejar mi casa y vivir trabajando todo el día, obsesionada con un personaje olvidado. Después de éste, todos los viajes son a los lugares que visitaron Isabel y sus dos maridos, entre otros personajes, ya que todos ellos tienen un pasado o una familia que es muy importante para reconstruir su personalidad. Pero en la mitad de la búsqueda, encontré que Isabel había nacido en Galicia. Error. Catástrofe. Ya que ella había nacido en Lima. Así que tuve que viajar a Lima y al resto de lugares que visitó para poder entender la grandeza de su trabajo como Manila o el convento de Santa Clara. En total han sido tres años de trabajo.

¿Al final, quien colonizó las islas Salomón?

Los trabajos de Isabel no sirvieron de nada para la expansión española porque los testimonios de una mujer no tenían ningún valor en esta época. Pero más adelante, el rey Luis XVI de Francia, dos siglos y medio después cuando iba camino de ser decapitado, preguntó a sus verdugos si tenían noticias de la expedición que él había mandado en el Pacífico. Por tanto, no fue hasta el siglo XVIII cuando se volvieron a encontrar las islas Marquesas y las islas Salomón.

¿Está pensando en algún nuevo libro?

De momento, me gustaría quedarme en España y estoy pensando en escribir acerca de otro personaje español, pero todavía estoy reflexionando porque es muy importante no equivocarme sobre este tema.

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