La daga de la ceguera comienza pocos días después de la batalla de Garriston con el hecho de que Gavin Guile pensaba disponer de cinco años más de existencia como Prisma, y ahora resulta que le queda menos de uno. Con cincuenta mil refugiados a su cargo, por no hablar de un hijo ilegítimo que hay que formar en las artes mágicas y una ex novia que bien podría haber descubierto su más oscuro secreto, le llueven los problemas.
De repente, la magia en todo el mundo está fuera de control, y este caos amenaza con acabar con las Siete Satrapías. Peor aún, los dioses antiguos están a punto de renacer, y sus ejércitos parecen imparables. Tal vez el único camino para la salvación sea arrojar luz sobre la mentira que rige la vida de Gavin desde hace dieciséis años.
La daga de la ceguera se ha revelado como una excelente continuación que recoge la trama prácticamente donde acaba el primer libro, sin ningún salto temporal, lo que da lugar a una mayor continuidad de la acción y contribuye a dar a la trama una incrementada solidez, rasgos con los que ya contaba El Prisma negro, la primera novela de esta saga.
Por otro lado, Brent Weeks amplía todavía más las fronteras de la magia que fluye por la Siete Satrapías añadiendo algunos personajes como la Vidente, la Refractadora y el Espejo que, pese a que no sean personajes principales, dan un interesante toque de intriga a la novela y lanzan la acción por derroteros que no hubiéramos imaginado con lo que nos fue relatado acerca de la magia de la luxina en el primer libro.
En cuanto al tema de los personajes, el Prisma Gavin atraviesa momentos de gran dificultad. Atrás quedaron los tiempos en los que su poder nunca era discutido y él contaba con una confianza en sí mismo del tamaño de Asia: en los inicios de esta novela pierde el poder de trazar la magia del azul, por lo que se ve muy limitado a la hora de trazar y pasa a encontrarse en serios aprietos en situaciones que anteriormente hubiera resuelto sin problemas.
En el extremo contrario tenemos a Kip, quien poco a poco deja de ser ese muchacho apocado y con un poco de sobrepeso para ir desarrollando poco a poco un poder mayor del que hubiera imaginado nunca. Nos encontraríamos con un caso que podríamos definir como el opuesto al de Gavin, ya que su magia cada vez va ampliándose más mientras va dándose cuenta de todo el potencial que tiene, el cual le fue limitado en la primera novela como protección.
Para finalizar, me gustaría comentar que el título de la novela hace referencia a la daga que Kip recibe de su madre en la primera novela antes de la muerte de ésta y juega un papel esencial, ya que todo el mundo la desea, pero no conocemos cuáles son sus poderes ni qué es capaz de hacer para que figuras poderosas de la trama quieran hacerse con ella.
En definitiva, en su nueva novela La daga de la ceguera, Brent Weeks nos sumerge otra vez con gran maestría en un universo fantástico profundamente original que entusiasmará tanto a los seguidores del autor como a todos los que se sumerjan en este mundo.
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