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Iñaki Ezquerra
Iñaki Ezquerra (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Entrevista a Iñaki Ezkerra: “Vivimos en una época barojiana en cuanto al populismo y al arribismo de nuestros políticos”

Autor de “La voz de la intemperie”

Por Javier Velasco Oliaga
sábado 13 de abril de 2019, 19:46h

Conocí a Iñaki Ezkerra en los años en que era presidente del Foro de Ermua, desde entonces he seguido con atención su carrera, tanto como escritor de ensayos como de crítico literario, afición que ambos compartimos, como el amor al País Vasco, que el tanto conoce y sobre el que ha escrito numerosos artículos en prensa. Ahora, acaba de publicar de la mano de Ipso Ediciones un breve pero jugoso ensayo sobre la figura de Pío Baroja titulado “La voz de la intemperie”.

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Iñaki Ezkerra
Iñaki Ezkerra (Foto: Javier Velasco Oliaga)

La colección en la que está publicado se denomina “Baroja (& Yo)", en ella 26 autores rememoran los recuerdos que tienen sobre la literatura del escritor de Itzea. La serie la comenzó Soledad Puértolas y han seguido ensayos notorios como los de Ascensión Rivas Hernández o Mariano Zabia, entre otros. Los dos último títulos publicado son de Juan Pedro Quiñonero y Javier Goñí. El título de Iñaki Ezkerra hace el decimonoveno, por lo que queda poco para poner punto y final a esta colección que dirige sabiamente el editor navarro Joaquín Ciáurriz.

Nada más comenzar nuestra charla, Iñaki Ezkerra me dice que “vivimos en una época barojiana, en cuanto al populismo y al arribismo de nuestros políticos. Los discursos que hacen todos son demagógicos y están demasiados enfrentados, lo que nos conduce a las elecciones más frikies y más vacuas de nuestra democracia”. No hace falta tener dos dedos de frente para darle la razón a este analista de la política nacional y vasca.

Volveremos sobre el tema de la política pero, lo que ahora nos interesa es la figura de Pío Baroja, y su presunta actualidad. “A Baroja se le ha acusado de misógino, anticlerical y antivasco, todo falso, nada más hay que leer sus libros para darse cuenta que es un gran conocedor de las mujeres, a las que siempre trata con consideración, y un vasco que ama su tierra, pero que también aprecia los escenarios de un Madrid de comienzos del siglo pasado”, explica mientras fuma un sinfín de cigarrillos en una terraza de la Plaza de Oriente.

“En la actualidad, hay un desconocimiento muy grande de la obra de Pío Baroja”, apunta con decisión y añade “el autor vasco siempre contaba la verdad y no se casaba con nadie”. Como podemos comprobar al leer sus novelas o sus memorias. Algunas muy reveladoras como la serie que escribió sobre nuestra guerra civil. “No escribe nunca en nombre de ninguna ideología, habla de sí mismo, de lo que piensa y de los que siente. Lo que es una antítesis del populismo ideológico que vivimos en estos momentos.

Baroja, como he apuntado más arriba, era un gran conocedor de las mujeres. “Él intentaba, en su conversaciones, despertar el instinto maternal de ellas. No halagaba a las mujeres, siempre las describía de manera muy realista. Le gustaban las mujeres como eran, sin estilizarlas y lo mismo ocurría con sus opiniones sobre el País Vasco. Sus páginas transmiten el amor a su tierra, algo que no he visto en ninguna de las páginas de Sabino Arana, que transmitía un odio hacia unos enemigos imaginarios -los españoles-. Baroja disfrutaba de la tierra vasca como demostró en su conocida seria sobre su tierra”, desgrana con claridad el escritor bilbaíno.

Ezquera reconoce que a Baroja “le gustaban las comodidades burguesas, pero no sus valores. Por supuesto, que no le atraían las revoluciones ni las soflamas. Hay que reconocer que era un gran pesimista y sentía una gran compasión por la condición humana, era una persona individualista pero solidaria”, define la personalidad del autor más prolífico de la generación del 98.

El título de su libro “La voz de la intemperie”, hace mención al gusto de Baroja por los espacios libres y las estampas que tanto le gustaba describir. Lo mismo le da el campo que la ciudad. “En Baroja hay tres intemperies: la social, la ambiental que se divide en lo urbano y en la naturaleza vasca, y una tercera que es la intelectual donde cabe la ética y la ideología”, expone razonadamente el escritor vasco.

“El País Vasco se está convirtiendo en el país de Rocadragón”

“Hay demasiadas mixtificaciones en el País Vasco que están cambiando su paisaje para convertirlo en el país de Rocadragón, que parece que está en San Juan de Gaztelugatxe, en Bermeo (Vizcaya)”, afirma tajante y añade “parece que se quiere llevar el paisaje vasco a una Arcadia imaginada por la mente calenturienta de los políticos para buscar rasgos de diferenciación que no son tales. A los levantadores de piedra se les quiere identificar con el mito de Sísifo o de Perurena”.

Sin embargo, los personajes de describe Baroja son muy reales, “los deja respirar, nunca están encorsetados. Lo mismo hace Zuloaga con los rostros que pinta en sus cuadros o Benito Lertxundi con su música, algo muy real y no ese país que están inventando algunos vascos, que encuentra su sublimación en las obras de Oteiza o en la nueva arquitectura. ¿Cuándo se había visto un frontón con techo de polivinilo?”, apunta con cierto sarcasmo. “Si Baroja se muestra muy actual es porque supo describir tanto los ambientes como los personajes”, sentencia el autor de "La voz de la intemperie".

Pío Baroja siempre contaba la verdad y no se casaba con nadie

No podíamos terminar nuestra conversación sin hablar de la política actual. “Baroja achacaba su fracaso personal con el gremio femenino por culpa de su presunto desdén y su falta de barba negra. Algo que ha sabido explotar Santiago Abascal. Me pareció fatal que celebrasen su congreso un 23-F y me parece vil usar a tantos generales en sus listas electorales, al igual que explotar el síndrome del alcalde de Móstoles: la patria está en peligro”, evalúa el escritor.

“Los que han sido unos verdaderos héroes en el País Vasco han sido los concejales del PSOE y del PP durante los años del plomo, que han resistido tantos años de manera muy valiente. El padre de Abascal fue uno de ellos, un auténtico héroe que no supo venderse bien en su partido”, desgrana Iñaki Ezkerra con lucidez.

En cuanto a la situación política del País Vasco se muestra tajante cuando dice que “se está imitando a la Cataluña de Pujol. Hay una falsa moderación, pero no debemos olvidar que el nacionalismo es una ideología totalitaria. Se está creando un monstruo”. En cuanto a Cataluña, “sucede lo mismo que en los tiempos del carlismo, cuando el pretendiente estaba en otro país”, señala con donaire vasco.

En este país, falta la visión y la moderación que Pío Baroja ejerció durante su vida. Amaba tanto su tierra vasca como a Madrid, y como decía Unamuno: “Yo soy vasco y, por eso; doblemente español”, Baroja ejercía de lo mismo. Falta diálogo, falta moderación, falta inteligencia y prudencia. Leer a Baroja nos puede ayudar a limar esas diferencia, su lectura es absolutamente actual.

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