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“Lejos de Kakania”, de Carlos Pardo

Por Javier Velasco Oliaga
jueves 07 de mayo de 2020, 20:00h
Carlos Pardo
Carlos Pardo

Encuadrar la literatura de Carlos Pardo en un solo género es harto difícil por no decir imposible. En “Lejos de Kakania” lo vuelve a demostrar, una obra híbrida que salta de uno a otro género con pluma diestra y clara, que sabe desenvolverse por igual tanto en la novela como en el ensayo o la poesía. Toda una lección de literatura que trasciende géneros y tiempos con muy pocos desaciertos.

Sí algo podemos asegurar es que estamos ante una de las mejores novelas españolas de los últimos cinco años. “Lejos de Kakania” es una novela testimonial con similar estilo al de escritores de la talla de Thomas Bernhard, Marcel Proust o Jean-Jaques Rousseau. El escritor madrileño, aunque con fuertes raíces cordobesas que proceden del filósofo Séneca, ha querido escribir la autobiografía de los peores años de su vida, casi parece el título de aquella obra maestra de William Wyler, sólo que al revés.

No es que sea masoquista Carlos Pardo es que quiere reflejar que el proceso de creación literaria pasa por momentos altos y bajos. Sus años de juventud estuvieron llenos de sinsabores y tenía la sensación de que estaba un poco perdido en un mundo del que recibió muy poca ayuda. Trabajos ocasionales, al igual que amores, que le dejaban amarguras en el bolsillo y en el corazón. Aunque reconoce que su trabajo como librero le trajo un bienestar que no había experimentado hasta ese momento.

Son dos las cuestiones fundamentales de la novela: la poesía y la amistad. La poesía ha formado parte de su vida, comenzó a publicar desde muy joven, y su amistad con el poeta extremeño Virgilio López marcaría esa parte de su vida. Sus encuentros y desencuentros, sus afinidades y disparidades, le forjarían como escritor y persona. A él le dedica algunos de los mejores pasajes de su novela, que está muy alejada de esa autoficción nórdica que impera en el gélido mundo editorial.

La novela está dividida en cinco cuerpos y un interludio, tres de ellos fundamentales. Comienza con el prólogo La extremada bondad de los poetas y termina con un epílogo con el mismo título. Las tres partes fundamentales están compuestas de las narraciones, Celibato y Una generación perdida, que componen la primera parte, la siguiente está compuesta por Oficinistas y Glosas a un poema, donde cuenta la relación con sus padres, separados, mientras él vivía con su encantadora madre, el padre le daría trabajo en su empresa lo que le ayudaría económicamente para poder subsistir.

La tercera parte y leit motiv de la novela es el largo poema narrativo Kakania. Un libro que habla sobre poesía no podía dejar de incluir un poema que es en sí mismo otro libro. El término Kakania fue glosado por primera vez por el escritor austriaco Robert Musil y alude a los términos kaiserlich und königlich (imperial y real). El poema es un largo viaje a esa Europa imperial buscando la esencia poética y las formas del arte, que se disolvería después de la Primera Guerra Mundial.

Los aciertos más notables de “Lejos de Kakania” son: la estructura original y novedosa, con un juego de capítulos envolventes y recurrentes; el humor y honestidad que se desprenden de sus recuerdos; un estilo claro y conciso que sólo se pierde en contadas ocasiones y el saber concitar diferentes estilos literarios en una misma obra. Como único punto negativo tenemos a ese rosario de letraheridos quejicas que deambulan por la novela y que cansan un poco. No todo puede ser perfecto, pero su novela se acerca mucho a ello. ¿Con qué nos sorprenderá Carlos Pardo en su próximo libro?

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