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Salvador Gutiérrez Solís
Salvador Gutiérrez Solís

Entrevista a Salvador Gutiérrez Solís: “Me gusta jugar y plantear retos a mis lectores, entendiéndolos como elementos activos de la lectura”

Autor de "El lenguaje de las mareas"
Por Javier Velasco Oliaga
jueves 10 de septiembre de 2020, 15:00h
El lenguaje de las mareas” es la nueva novela del escritor cordobés Salvador Gutiérrez Solís. La segunda salida de la ex inspectora Carmen Puerto. Bueno, la segunda novela como protagonista porque salir, no sale de su casa. Tras tres años casi sin escribir, el escritor nos presenta una obra muy trabajada y elaborada que requiere que el lector esté atento a las intrincadas tramas que tiene la novela.
El lenguaje de las mareas
El lenguaje de las mareas

Entre el thriller y la novela policiaca, “El lenguaje de las mareas” se desenvuelve como si de un puzle se tratase. Son varias las tramas que Gutiérrez Solís maneja al mismo tiempo en un crescendo vertiginoso que nos deparara un final sorprendente. El secuestro de jóvenes y las tan de actualidad “manadas” que perpetran crímenes sexuales son los temas principales de una obra tan compleja como explosiva. En la entrevista, el autor andaluz, amante de la tierra donde se desarrolla la novela, nos desvela sus motivaciones para escribir la obra y algún que otro secreto.

Han pasado más de tres años desde que publicase su novela anterior “Los amantes anónimos”. ¿Quiere eso decir que “El lenguaje de las mareas” es la más elaborada de las que ha escrito?

Es la más elaborada, pero no solo por el tiempo empleado. Tras la publicación de Los amantes anónimos, con todo lo que sucedió (la editorial que la publicó quebró prácticamente cuando empezaba a llegar a las librerías), estuve casi tres años sin escribir. En primer lugar, por desanimo, me costó asimilar el duro golpe y en segundo porque no me llegaba esa idea o chispazo con la que arrancar una nueva novela. Hasta que Carmen Puerto, una buena mañana, me plantó un capuchino frente a los ojos y me dijo: ya la tienes.

¿Cómo surgió ese título tan sugerente de la novela?

Tengo muchas manías “literarias”, y una de ellas es no comenzar una novela hasta no tener claro su título. Eso también me ha sucedido con El lenguaje de las mareas, salvo por una diferencia: el título original no se corresponde con el que todos conocemos. Hasta la última revisión, y aconsejado por mi agencia y mi editor, Javier Ortega, no lo tuve claro. Y creo que ha sido para bien el cambio.

¿Ha tenido mucho que ver el pasar los veranos en Ayamonte?

Ayamonte, además de un espacio de una belleza descomunal, con unos atardeceres que te hipnotizan, cuenta con todos los ingredientes para ser el escenario perfecto para una novela. Cuenta con un pasado muy atractivo, repleto de leyendas; sus marismas son un abrupto y salvaje laberinto; es la frontera entre dos países, idiomas, culturas, y también entre dos continentes y, además, cuenta con una personalidad muy definida, plagada de palabras propias, acento, gastronomía, etc. Es decir, tiene mucho que contar y mostrar.

La población onubense está siendo últimamente protagonista de muchos sucesos dramáticos que se han reflejado en algún libro y película. ¿Le ha inspirado tanto drama para su novela?

No he tomado ningún suceso acaecido o personaje de Ayamonte para construir esta novela. Sí reflejo el origen de Punta del Moral, una de las historias más alucinantes que han tenido lugar en Andalucía en los últimos siglos. Un éxodo de familias enteras de marineros del levante andaluz, de Cabo de Gata y de Carboneras, especialmente, para recorrer el litoral en busca de la sardina y el atún. Aquellas familias se instalaron en la costa onubense, en Punta Umbría, Punta del Caimán y Punta del Moral, fundamentalmente. Por entonces, lugares salvajes que colonizaron. Hablamos de principios del Siglo XIX.

¿Y ha reflejado algún hecho real como el de la Manada?

Es la novela en la que más tomo de la realidad, y no lo oculto. Los casos de Asunta Basterrra, Diana Quer, Marta del Castillo, La Manada o de Laura Luelmo están en las entrañas de El lenguaje de las mareas. Casos que me sobrecogieron y que coinciden en un punto muy concreto: en las situaciones más adversas, hablamos de delitos con violencia, las mujeres padecen mucho más que los hombres. La desigualdad que contemplamos en la sociedad, en estos delitos se mantiene o amplifica. Y situaciones que no suelen ser peligrosas para los hombres, pueden llegar a ser dramáticamente peligrosas, cuando no mortales, para las mujeres.

El lenguaje de las mareas” es la segunda novela de la inspectora Carmen Puerto. ¿Le ha cogido cariño a tan extravagante personaje?

Es algo más que cariño. Nunca hasta ahora un personaje se me ha agarrado tan fuerte. A lo largo de mi trayectoria, ya ha concebido un buen número de personajes, y reconozco que de algunos me ha costado mucho despedirme, muchísimo, tras tantos meses de diaria convivencia. El día que comencé a preparar la maleta de Carmen Puerto intuí que no la iba a dejar subir al tren.

¿Va a continuar como protagonista de una saga?

Ya he comenzado a tomar los primeros apuntes -tormenta de ideas, como dicen los expertos en coaching-, de la que será mi nueva novela y tercera protagonizada por la inspectora Carmen Puerto. Tal y como sucede con las dos anteriores, será diferente en cuanto a estructura, planteamiento y demás. Quiero que todas las entregas de Carmen Puerto sean diferentes, que cuenten con su propia personalidad. Hasta que llegue esta nueva novela, puede que Carmen Puerto nos depare alguna sorpresa...

En esta ocasión, el inspector Jaime Cuesta ha cogido más protagonismo, incluso parece que quiere ser más independiente de Carmen Puerto aunque sigue respetándola. ¿Ha querido llevar más la acción a la calle que al espacio cerrado donde habita Carmen?

Sí, ese es uno de los motivos, y agradezco que lo hayáis percibido, y otro que quería mostrar a Carmen Puerto más humana, menos todopoderosa, incluso débil, en ocasiones. Algo que nos sucede a todos, por otra parte. Igualmente, he introducido más personajes, Nicolás, Miguel, Lola Vallejo o Barri, que trasmiten sensación de equipo, además de ampliar el mosaico de la novela. Creo que todos ellos han enriquecido la novela.

El lenguaje de las mareas tiene una estructura de muñeca rusa

En la novela utiliza varias tramas, las dos principales las soportan Cuesta y Puerto. ¿Es el contrapunto ideal para dar más misterio y emoción a la trama?

El lenguaje de las mareas tiene una estructura de muñeca rusa. Hay una línea argumental muy clara, la desaparición de Ana y Sandra, pero luego cuenta con diferentes subtramas y temas: el origen de Punta del Moral, las marismas, las fake news, el uso abusivo de las redes sociales, el narcotráfico, la corrupción política, la avalancha de información, la adopción, etc. Todas ellas, de un modo u otro, logran ofrecer un discurso narrativo muy cohesionado.

También realiza varios flash-backs del pasado de ciertos personajes de la novela, algunos dan ciertas pistas a la trama. ¿Es algo característico de su narrativa?

Los lectores, para mí, son elementos activos de mis obras. Siempre pretendo estar conectado con ellos, de cierta manera, ofreciéndoles una lectura en la que ellos también tomen parte. Pretendo que en mi narrativa haya siempre mucho de juego y de complicidad con los lectores. Los flash-backs nos ofrecen la posibilidad de desarrollar con mayor precisión y profundidad a los personajes, además de abrir nuevas puertas a la trama principal. Puertas que, por supuesto, no siempre conducen al lugar deseado…

Cómo también lo son las referencias a Dylan Thomas y a la música de rock alternativo...

Joyce o Montalbán nos enseñaron que podemos conocer a los personajes de una novela, nos son más visibles, por lo que comen. Carmen Puerto mantiene que examinado su frigorífico, se puede saber mucho de una persona, de sus hábitos, de sus necesidades y pretensiones. En este sentido, tengo claro que nuestro consumo cultural nos define, y por eso me gusta mostrar el de mis personajes, porque entiendo que les confiere mucha visibilidad. Y Carmen Puerto es una devoradora cultural, especialmente de música y libros, donde Dylan Thomas es como una especie de gurú poético.

¿Le gusta abrir muchos caminos en la investigación para despistar al lector?

Más que despistar, como antes señalaba me gusta jugar y plantear retos a mis lectores, entendiéndolos como elementos activos de la lectura. Y mucho más en una novela como El lenguaje de las mareas, en la que la intriga debe ser un elemento que se mantenga hasta el final. Me encanta que los lectores vayan construyendo su propia novela en la cabeza.

"Me gusta llevar al lector de la mano. Si hay algo que detesto profundamente es esa narrativa confusa, en la que te cuesta familiarizarte con los personajes y la trama"

¿Tienen que ser sus lectores muy atentos para seguir la investigación que plantea?

Sí y no, o eso es lo que intento. A mí me gusta llevar al lector de la mano. Si hay algo que detesto profundamente es esa narrativa confusa, en la que te cuesta familiarizarte con los personajes y la trama. Si después de leer 50 páginas, no tengo claro quiénes son los personajes, qué relación mantienen entre ellos y qué peso ocupan, suelo dejarla. La primera regla que debería asumir todo escritor es el de la claridad. Por eso trato de ser lo más pedagógico posible y no ofrecer puntos ciegos, salvo que se trate de algún elemento narrativo premeditado.

En esta ocasión trata sobre un supuesto secuestro. ¿Suelen ser los culpables muy cercanos a las víctimas?

La estadística señala que en los delitos que padecen los menores, en más de un 70% los responsables son familiares de las víctimas. Hablamos de un tanto por ciento muy elevado. Desde un plano meramente criminal, el secuestro es el delito más complicado de llevar a cabo con éxito, ya que su duración en el tiempo le exige de un permanente control, mientras que hay delitos que apenas duran un segundo.

Los delitos sexuales están muy presentes en su novela. ¿Son unos de las grandes lacras de la sociedad actual?

Son una evidencia más de la desigualdad que existe en nuestra sociedad, y que también se traslada al ámbito criminal. Actividades o situaciones que no suelen suponer un peligro para los hombres: practicar deporte en determinados horarios o lugares, trasnochar, abusar del alcohol o demás sustancias, o subirte a un coche con desconocidos, para las mujeres, y muy especialmente para las más jóvenes, pueden llegar a ser muy peligrosas, incluso mortales, si tenemos en cuenta algunos de los casos que hemos comentado anteriormente. Esta desigualdad violenta es una lacra que deberíamos extirpar de nuestra sociedad lo antes posible.

Carmen Puerto sigue encerrada y su ventana al mundo son las redes sociales. ¿Estamos dando demasiada importancia a las mismas?

En cierto modo, hay quien ha cambiado el minuto televisivo de gloria, por tener muchos retuits o likes, y no se dan cuenta que eso sucede a diario miles de veces, por lo que no significa nada. La gloria de las redes es la más fugaz e insignificante de cuantas existen. Y tal vez deba serlo así, ya que se premia el instante, el momento, sin ánimo de perdurar. Quien no tenga claro esto y apueste toda su reputación a ellas, es que no las conoce y no forma parte de la realidad.

¿Rompen la soledad o contribuyen a acentuarlas?

Las redes sociales son y serán lo que nosotros queramos que sean. Pueden ser una ventana al mundo, lugares de encuentro de personas con inquietudes similares (y que de otra manera no se encontrarían nunca), espacio de intercambio y de conocimiento, fuentes de información, pero también pueden ser campos de batalla, escuela de censores o, directamente, estercoleros. Yo he conocido a personas fantásticas, increíbles, en las redes sociales, algunos de las cuales son ahora mis amigos. Pero también he conocido a gente despreciable, de la que huido a toda velocidad.

En la novela, se muestra crítico con ellas y con ciertos periodistas que las utilizan. ¿Nos estamos banalizando con tantas redes?

Creo que hay un uso abusivo de las redes sociales en determinados sectores poblacionales, me refiero a los más jóvenes, que unido a un desconocimiento absoluto de su manejo y sus consecuencias pueden llegar a deparar resultados catastróficos. Y lo mismo sucede con el periodismo, hay quien lo ejerce desde la profesionalidad y el rigor, conocedor del oficio, o quien lo hace buscando un titular, una audiencia rápida y másiva, a costa de no respetar la veracidad. En El lenguaje de las mareas ofrezco una panorámica de los diferentes “periodismos” que hoy nos encontramos. Hay basura, claro, pero también oro, y de muchos quilates.

Para concluir, usted que sabe manejarse muy bien en las redes sociales. ¿Qué futuro les depara?

Como antes señalaba, su futuro será el que nosotros queramos darle. O tendrá varios futuros: yo no convivo con los talibanes, censores y violentos que hoy inundan las redes, y pretendo que siga siendo así. Y como yo, mucha gente, que sí creemos en las redes como un elemento positivo. Un espacio de sociabilidad, que es posible, si se quiere.

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