Guerra interior sigue la tradición de los libros de la vida de los místicos. Tras Una costilla sobre la mesa (La uÑa RoTa, 2018) y Dicen que Nevers es más triste (La uÑa RoTa, 2019), la autora regresa con una obra escrita al dictado de lo intempestivo y de la locura de Dios para subvertir todos los límites. Guerra interior se convierte así en un libro abrasivo, escrito en contra y a la contra, que ahonda en un misticismo salvaje, en estado de guerra, que persiste en el cometido de acorralar la vanidad y la seducción que hay en las palabras cuando se escriben y se pronuncian, excoriando el relato para dejarlo en carne viva, sobrecogida, puñal y misterio.
"Aquí os dejo pues este libro. Nunca diré palabras procedentes de mí misma, ni por mí misma, sino que El Otro, El Amado, El Inefable, El Constructor y El Destructor, El Compasivo y El Vengador, lo ha escrito y lo ha hecho todo por mí. Crear es en lo primordial afirmar la voluntad de Dios: sumisión", nos dice la autora de Figueres.
En ell libro, que está disponible en librerías desde el pasado 19 de octubre, Angélica Liddell hace gala de un estilo visceral e íntimo, en el que lo sagrado seduce y envuelve hasta la consumación de un relato sobrecogedor.
"La paz interior no existe. Es la guerra interior lo que nos enriquece y depura".
Una costilla sobre la mesa agota las entradas
En sus espectáculos Una costilla sobre la mesa: madre y Una costilla sobre la mesa: padre, ambas basadas en el libro homónimo, Liddell sube al escenario al duelo, a la culpa, al amor y al sufrimiento en dos espectáculos que la posicionan como una de las creadoras más irreverentes e inclasificables del panorama actual nacional e internacional.
A pesar de haber agotado las entradas para ambas representaciones, Una costilla sobre la mesa: Padre ha tenido que cancelarse. Frente a esta situación, no solo se mantiene Una costilla sobre la mesa: Madre, sino que continúa, ampliándose además las sesiones para que todo el que lo desee pueda disfrutar del espectáculo.
La escritora, actriz y directora de escena Angélica Liddell (Figueres, 1966) ha recibido numerosos premios entre los que destaca el Premio Nacional de Literatura Dramática por La casa de la fuerza (La uÑa RoTa, 2011), el León de Plata de la Bienal de Venecia en 2012 «por su capacidad de transformar su poesía en un texto que agita el mundo» y el Premio Leteo 2016. En 2017 fue nombrada Chevalier de l'ordre des Arts et des Lettres por el ministerio de Cultura de la República Francesa.
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