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“La sangre Música”, de Antonio Daganzo

Publicado por RIL Editores, Chile, Enero 2021
Por María Ángeles Lonardi
domingo 02 de mayo de 2021, 23:00h
La sangre Müsica
La sangre Müsica

La sangre Música lleva la portada roja como la sangre y una fotografía de un niño frente a la inmensidad, que bien podría ser el poeta ante la vida. Pero no es bueno suponer, es mejor leer. El libro es toda una composición musical, compuesta por un Preludio y cinco Cantos. Un recorrido vital y necesario para conocer al artista que se esconde en cada canto. Antonio Daganzo nos habla de un viaje en pos del lenguaje más sabio, el de la música. Lleva una frase inicial de Pablo Neruda que dice: “Y mis redes de música son anchas como el cielo.”

Desde el principio, el poeta tiene una comunicación muy cercana y fluida con el lector y nos habla de la tentación del poeta por definir la música, la tentación de nombrar la derrota y callarla luego: “Escuchad con la sangre/este idioma que todo lo interpreta/ y lo trasciende/ y nos devuelve el alma que perdimos.// Comprendemos por fin: /se llama Música”.

Y nos decimos con la música desde el silencio y el recogimiento. El poeta escribe que la tentación nos hace sucumbir, al árbol, a la naturaleza, a un abrazo de sangres que no manchan… Hay miedos, el primer amor, una sonrisa… Mientras tanto la infancia, como única patria que permanece invulnerable “esclarece el misterio de vivir”.

Continúa la comunicación con el lector y escribe: “Pero no hay que callar”, que la respuesta nunca sea el silencio y sin embargo, bien sabemos de la importancia de los silencios en la Música, tanto como en la vida. El poeta nos pide escuchar en el silencio el grito de la sangre y envueltos en azules y esperanza, nos pide que sea la música, ese idioma que todo lo interpreta y que todo lo trasciende, que viaja por nuestras venas y nos rescata, nos humaniza, nos une, nos manifiesta tal y como somos. Y nos trae Daganzo los Cantos como propuestas de vida y salvación.

Antonio Daganzo hace un viaje, indica el camino, recorre la vida. Hace un análisis exhaustivo de su formación, de lo que lo hace humano y cómo es como ser humano. Podemos advertir un antes y un después de la poesía en el autor. Porque la vida es poesía, es saber vivir haciendo de la vida poesía: “La poesía es algo cotidiano, que anda a nuestro lado” decía Federico García Lorca.

Es un libro sin tropiezos para leerlo varias veces. Es medido en esencia. No le sobra ni le falta. Y en cuanto al título, la sangre es considerada alimento, como torrente total con identidad en la expresión y fundamento esencial de vida.

La desesperación de su enfermedad en la infancia, le hizo buscar en el aire la salvación a través de la poesía, huyendo de las limitaciones. Hablar de los meses, las estaciones, los galanes, las calles, las ciudades y escucharse con la sangre, originando ese lenguaje en las venas, el lenguaje del verso, el lenguaje que nos trasciende, nos identifica y nos hace testigos de su palabra. Un libro que nos hace repensar como lectores y escritores de nuestra propia vida. Escuchemos la sangre, “La sangre música”.

Sabemos que hay alguien al otro lado y es nuestra misión ser transmisores, debemos construir puentes entre lector y escritor. “Todo está trascendido” pero hay que hacer que siga trascendiendo. Daganzo lo sabe y lo manifiesta en este libro. Tiene alma de viajero y con la palabra va uniendo las culturas, los continentes, las orillas, los unos y los otros.

Este libro, en palabras del autor, “es una rotunda celebración de la memoria”. A partir de una reconstrucción vital, desde sus orígenes hasta la actualidad, es una especie de autobiografía lírica. El temperamento de la obra es musical porque es la música la que trasciende y al ponerlo en palabras, en poesía, el poeta es y existe.

Es una pulsión de vida sublimada en verso, porque en estos versos la sangre late al compás de la vida, de la música de la propia existencia. Y es el torrente de la sangre que llega con fuerza, desde los celtas, desde los ancestros, que trae a Galicia, a Madrid, a Chile, de la mano, para abrirse en canal y toda la sangre fluyendo como un rio de verdad y poesía que confluye en el mar y es a la vez océano fraternal.

Leed y os sorprenderá. Como ejemplo, los magníficos versos finales del libro, reconociendo el viaje y dándole sentido a lo vivido:

“Y al fin nos lo decimos con todas nuestras noches: /sobre el alma galopa/ fuego de sangre sabia. / Toda la sangre Música.”

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Antonio Daganzo
Antonio Daganzo (Foto: Archivo)
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