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Kepa Murua: "Escribir me convierte en un hombre despierto"

Autor de "Lavas Remi"
viernes 22 de octubre de 2021, 22:00h

Kepa Murua nos sorprende con una novela atípica que se mueve entre la prosa y la poesía. Un texto llamativo sobre un extraño asesino a sueldo, que hará que nos interroguemos sobre los gobiernos actuales y el valor de la vida.

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Gracias a esta entrevista, sabremos cómo dio con la idea, qué quería transmitirnos sobre todo a través de esta novela moderna. Y también compartirá otras cuestiones personales, no menos importantes e interesantes, como su modo de escribir o su manera de estar en el mundo.

Cómo se te ocurrió la idea de escribir esta historia tan peculiar sobre un asesino a sueldo.

Pensé en un texto que cuestionara el valor de la vida. Los personajes se fueron perfilando mientras leía la prensa o escuchaba los sucesos que pasaban en la política de cada país.

Una cosa llamativa de esta novela es que haces avanzar la historia mediante dos géneros diferentes como son la prosa y la poesía. ¿Iba a ser todo prosa o poesía o tenías claro desde un principio que ibas a mezclar ambos géneros?

Vi que debía ser un texto moderno con dos lenguajes diferentes para explicar lo que sucede y poder perfilar los pensamientos de un asesino que sirve al gobierno. La voz narrativa se adentra en la acción y la poesía permite entrar en la mente del asesino, pues este, después de cada ejecución, vuelve a su guarida y en ella se toma una copa, escucha a Bach, y como sabe que no puede dejar huellas ni escribir de lo que hace, piensa de forma ensimismada para saber lo que ha pasado y podría pasar. Esa voz, ensimismada, pero clara, es la de la poesía.

Me parece que el título es el nombre del protagonista y esconde varios secretos y curiosidades, cuéntanos.

Lavas Remi es un alias, un nombre que no existe, pero al que se le llama para matar jueces incómodos, periodistas críticos, líderes de la oposición, personas que alguien del gobierno decide que han de morir porque tienen una información que no se debe saber. Es un acróstico que contiene su forma de ser y de actuar.

¿Calificarías esta novela de experimental?

Es una novela moderna con una voz narrativa clara para retratar el mal frente al bien o para hablar de un profesional de la muerte frente al ciudadano normal que duerme plácidamente sin querer saber que estas cosas pasan. El posible experimento es pensar que el lector tomará partido. Otro experimento es que el doble silencio entre el asesino que piensa y el ciudadano que muestra sus dificultades para llegar a fin de mes, son dos silencios que se acompañan.

¿Cómo está recibiendo tanto el público como la crítica esta novedosa propuesta literaria?

Los lectores me dicen que les ha servido para pensar en lo que sucede y no se dice que pasa; otros hablaron de sus sentimientos: agobios, opresión, preguntas sobre la vida que llevamos o los gobiernos que tenemos… Pero parece ser que su lectura les cautiva porque la narración tiene un buen ritmo.

No es la primera vez que innovas en un género. ¿Eso te acarrea más críticas de lo normal? ¿Cómo las gestionas?

Me hace gracia, la crítica no sabe cómo tratarme ni dónde ubicarme. Como escritor he recibido buenas y malas críticas, incluso alguna muy mala, escrita, además sin educación; sospecho que el crítico no leyó la novela; estuve tentado de responderle, pero en estas cuestiones es preferible quedarse callado y pensar que ni las buenas son eso que dicen y que ni las malas son eso que critican. En fin, yo creo que la crítica literaria en España no existe, en realidad solo se habla de si un libro gusta o no, de si tal autor escribe lo que se esperaba que escribiese y, de paso, se menciona el argumento de una novela o se cuentan algunas anécdotas que se pueden destacar del libro. La crítica en España es parte de la promoción, responde a los intereses de los medios en que se publican las reseñas. Sin embargo, he de reconocer que a mí me han dado caña.

Has cuidado mucho sobre todo la construcción del personaje principal, ¿te has inspirado en alguien en particular o en alguna historia que hayas leído o escuchado?

Quería acercarme a este mundo de los servicios secretos, pero todo está ahí, es igual a lo que sucedía hace unos siglos, solo que ahora el paisaje de las ciudades cambia y como las armas son más eficaces hay más muertes.

El libro contiene una fuerte carga de crítica política y social, por qué has querido que fuera así.

Leo lo que pasa en países de Latinoamérica, por ejemplo, en Colombia, y me encuentro con los sicarios y los paramilitares cercanos al gobierno, analizo lo que sucede en países como Rusia o EEUU y aparecen casos de ejecuciones o castigos ejemplares. En Europa pasa otro tanto, también en España. Cuando conoces a uno de estos hombres que han asesinado, porque es parte de su trabajo, llama la atención que no sientan culpa y que a los asesinatos los definan como simples ejecuciones al servicio de la patria o a la defensa de una idea determinada. Como escritor antepongo mi capacidad de asombro y de duda, y como ciudadano, mi humilde rebeldía para reivindicar el valor de la vida. Quiero pensar que los impuestos que pagamos no deben ir a este tipo de servicios que con el paso del tiempo se ve que no solo son ilegales, no son tan válidos como se cree e, incluso, son antidemocráticos.

Tienes una creatividad alucinante, de dónde dirías que te viene tantísima inspiración.

Es una manera de vivir y una forma de rebelarse ante lo que se exige que sea la vida o el trabajo. Escribir me convierte en un hombre despierto. Voy a mi bola, escribo los libros que debo escribir y que quiero para poder ser feliz.

Comparte un párrafo, por favor, de esta interesante y sorprendente novela.

¿CASQUILLOS EN EL SUELO?

En un segundo se acaba la vida de una persona. He matado, lo confieso sin pudor alguno, es mi trabajo, pero no somos asesinos a sueldo. Nos entrenan para acciones de máximo riesgo y respondemos con profesionalidad. En este oficio hay que saber escuchar y callar; nunca se pregunta más de lo debido, solo aquello que está relacionado con el objetivo. Al principio, también hay que recordarlo o decirlo, se siente miedo, pero es un trabajo como otro cualquiera, que engancha. El profesional no conoce el perdón, se conoce a sí mismo y planifica la acción, nunca dispara una bala de más. Un ejemplo: no taladramos de balas el coche, trazamos un dibujo que va de la puerta al pecho de la víctima. El abogado recibió seis balas de 9 mm, a su hija ni la rozaron los disparos. Los casquillos en el suelo pocas veces nos delatan. Las marcas han sido borradas, las armas son distintas en cada ocasión, fueron manipuladas previamente.

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