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"La victoria perdida", de David Sañudo

Edhasa Editorial. 2021
Por José María Manuel García-Osuna Rodríguez
viernes 10 de junio de 2022, 17:00h
La victoria perdida
La victoria perdida

Para alguien, como un servidor, que es riguroso historiador leonés y leonesista, observa con afecto e interés esta obra, que narra los hechos históricos que rodean a la batalla más importante de la Reconquista medieval hispana, no así contemplada por la, a veces, mediocre historiografía medieval hispana; me refiero a la de Simancas, en la que el Magnus Basileus del Regnum Imperium Legionensis Ramiro II “el Grande” de León, el número uno de la primera mitad del siglo X en Europa fue el protagonista. En dicha conflagración bélica el monarca imperial legionense aplastó al todopoderoso y prepotente khalifa omeya cordobés Abd Al-Rahman III Al-Nasir.

Corre el siglo X en la península ibérica. Son tiempos de deslealtades y guerras en los reinos cristianos, dedicados a su vez a la reconquista contra los árabes, cuyos dominios parecen cada vez más poderosos. Y la supervivencia del reino de León se ve amenazada por el poderoso califato de Qurtuba de Abderramán III. Ante la evidente inferioridad militar de sus ejércitos, el rey Ramiro II pone sus esperanzas en un objeto legendario citado en antiguos documentos; solo eso le podría otorgar el poder de la victoria. Serán el monje Julián y Alvar Laínez, hijo del conde de Aquilare, los encargados de encontrarlo. Para ello deberán recorrer todas las tierras hispanas, y en sus viajes descubrirán la amistad e incluso el amor; pero serán acosados, traicionados y coaccionados, pues son muchos los que, también en la propia corte del rey, no ven con buenos ojos su misión. La muerte los persigue con insistencia… y su objetivo principal será sobrevivir

Algunos necesarios añadidos historiográficos, que aparecen en la NOTA DEL AUTOR, página-351: En ninguna circunstancia se puede aceptar lo del calificativo de ‘siglos obscuros’ para la Edad Media, este calificativo, que hoy continúa en algunos indoctos, se alumbró en la prepotencia del Renacimiento. En el territorio de las Españas la riqueza de la Edad Media, Alta, Plena y Baja, es indubitable, con aquella riqueza que se llamó Prerrománico, Románico y Gótico; unido todo ello a la indudable y necesaria Reconquista que dejó en su sitio a los invasores mahometanos, quienes habían arruinado expansivamente al Reino-Imperio de los Godos-Visigodos de Toledo. No existe un feudalismo obvio en las Españas, como sí existe en el resto de la Europa germánica, por mor de la ley de la presura de los reyes-emperadores de León. El emirato independiente omeya cordobés se rearma moral, social y políticamente y, a partir de ello, nace el khalifato de Córdoba que tantas luces y sombras tuvo, sensu stricto.

El reino de Asturias es una errónea simplificación, ya que la titulación es la de ASTURORUM REGNUM o Reino de los Ástures, desde Cangas de Onís hasta Oviedo, en ese momento ya es el OVETAO REGNUM; y a partir del rey ORDOÑO I la titulación obvia es REGNUM IMPERIUM LEGIONENSIS o REGNUM LEGIONIS, que se continuará con la capitalidad legionense en Zamora; aunque sí es verdad que el Rey García I, año-910, ya se intitula como REX LEGIONIS o REY DE LEÓN, capital imperial procedente del ancestral castro de la Legión VII Gémina Pía Félix. Equivocado está el autor cuando habla de un anhistórico Condado de Castilla, ya que hasta Sancho Fernández (luego Rey Sancho II de León), el global, siempre dependiente de León, es el de varios condados y nada de Castilla, es decir: Saldaña, Monzón, Cervera, Carrión, Burgos, etc…En la zona oriental peninsular nace el Reino de los Vascones, primero como REINO DE PAMPLONA Y DE NÁJERA, para a continuación ser nominado como REINO DE NAVARRA, ya con el gran monarca Sancho VI “el Sabio”. A continuación nacerán, los Reinos de Aragón, el Reino de Portugal y el Reino de Castilla. Esta novela narra una época magnífica para el eximio, conspicuo y paradigmático que es el Reino de León, con su grandioso monarca Ramiro II Ordóñez. Me entusiasma la descripción que realiza, el autor, relativo a la estructura del real de Ramiro II en Simancas.

En medio de esa insania, en el centro del real, protegido por las murallas de Simancas, ciudad antigua reconquistada hace cuarenta años por don Alfonso, permanece alzada la gran tienda carmesí de su nieto, el hoy rey don Ramiro, señor de León, Galicia y las Asturias. Allí ha reunido al más grande contingente cristiano que se recuerda para enfrentarse al ejército musulmán, comandado por el mismísimo califa, pero el prodigio ha desbaratado sus planes y también los de los ismaelitas, pues, al parecer, en su almofalla ha cundido igualmente el pánico. Por eso, del pabellón principal salen ahora los aliados del leonés, entre ellos su primo, el joven rey de Pamplona, varios condes y obispos gallegos, asturianos, leoneses y navarros, e incluso unos cuantos señores moros de la frontera, como el gobernador de Shantarin, huido del sur después de que Abderramán lo despojara del gobierno de la cora y a su hermano de la cabeza”.

Ya era hora, ¡no faltaba más!, de que hubiera una estupenda novela histórica, como esta, para dejar bien claro que es SIMANCAS y no LAS NAVAS DE TOLOSA, la batalla cumbre de la Reconquista; y el autor lo deja claro, con un léxico rico y de una hermosa forma de exponer. Los personajes ficticios están extraordinariamente incardinados en la trama narrativa. Inclusive aparece, en la ágil narración, el nombre del heredero, el infante Ordoño Ramírez, Rey Ordoño III de León. La descripción final de la muerte del MAGNUS BASILEUS ofrece un ritmo y una calidad fuera de toda duda, y define como fue aquella época que marco norma en el devenir vivencial del Estado medieval puntero en Europa, el gran Reino de León.

A medio galope, para que el caballo vaya cogiendo calor, se dirige hacia las primeras luces del nuevo día dejando a sus espaldas las murallas de León. Sólo entonces Alvar se da cuenta de que únicamente hay una explicación para que el nuevo monarca haya incumplido esa noche las órdenes expresas de su padre: el rey don Ramiro ha muerto”. Por consiguiente, recomiendo vivamente esta novela histórica sobre mi tierra, hoy País Leonés (Lleón, Bierzu, Zamora y Salamanca)+las Galicias+las Asturias+las Castillas+las Extremaduras, etc. En la obra se han mantenido los nombres originales musulmanes, hecho muy loable, lo que aparece en un estupendo capítulo sobre toponimia. Junto a ello se dedica otro capítulo, más que esclarecedor, a toda la nómina de protagonistas. En suma ¡SOBRESALIENTE! «Corcillum est quod homines facit, cetera quisquilia omnia».

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9788435063463
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