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Isabel San Sebastián
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Entrevista a Isabel San Sebastián, autora de “La mujer del diplomático”

"Deberíamos aprender mucho de crisis de los misiles de Cuba y la forma en que fue resuelta"

jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

"La mujer del diplomático" (Plaza y Janés, 2014) es la novela más personal y ambiciosa hasta el momento de la escritora y periodista Isabel San Sebastián. Este libro se adentra en el glamuroso mundo diplomático de mediados del siglo pasado: las intrigas políticas, las calles de París, Estocolmo, La Habana o Cuzco, el lujo, los bailes, las cenas y los escarceos amorosos de las altas esferas.

Entrevista a Isabel San Sebastián, autora de “La mujer del diplomático”

En esta entrevista con su autora hemos hablado acerca de diversos temas relacionados con la novela, como el mundo diplomático del siglo pasado, la tensión provocada por la crisis de los misiles de Cuba o el mundo editorial. También del periodismo actual.

¿Qué le llevó a escribir "La mujer del diplomático"?
Una idea, un deseo… sentía la necesidad de quitarme el disfraz histórico y mostrar con más claridad lo que hay en mi interior. También de abrir algunas esclusas emocionales y honrar la memoria de mis seres más queridos, a quienes añoro todavía con mucho dolor.

¿Cuánto hay de real en los personajes de la novela?
Mucho. No tanto en sus vivencias como en su personalidad y emociones. También en sus rasgos físicos. Esta novela está tejida con muchas puntadas de recuerdos.

¿Con cuál de ellos se identifica más?
Con Lucía, aunque también hay rasgos míos en Paola y en María. Ahí están mis contradicciones, las que todos arrastramos por más que nos esforcemos en superarlas.

En este libro usted nos relata la historia de dos mujeres que transcurren con 49 años de diferencia. ¿Cuál diría que es el cambio más revolucionario que se ha producido en la mujer entre ambas épocas?
La libertad, con su secuela inevitable de soledad. Las mujeres de la generación de mi madre vivieron en un mundo de certezas y dependencia. Las de mi generación tuvimos la opción (seguramente la obligación) de ser libres y asumir la responsabilidad correspondiente.

¿Cómo describiría la tensión provocada por la crisis de los misiles de Cuba?
Fue un momento aterrador para cualquiera que estuviera en el detalle de lo que se estaba cocinando en los despachos de Kennedy y Kruschev. El mundo estuvo a un paso de la guerra nuclear, que habría sido devastadora. Nos salvaron la firmeza de esos grandes líderes (en especial el norteamericano) y el hecho providencial de que ambos hubieran vivido en sus propias carnes la Segunda Guerra Mundial y fueran por ello muy conscientes de lo que se estaban jugando.

¿Cree, al igual que algunos de sus personajes, que se hizo todo lo posible para evitar otra guerra?
Sí, se hizo todo lo posible y se evitó, salvando la cara de los dos protagonistas de la contienda. La diplomacia, la defensa de los principios y el buen hacer político prevalecieron sobre la tentación de rendirse a los hechos consumados (consentir la instalación de misiles nucleares en Cuba) o desencadenar unas hostilidades que habrían terminado probablemente en holocausto nuclear. Deberíamos aprender mucho de esa crisis y la forma en que fue resuelta.

¿Cómo se consiguió hacer frente y vencer a los que se mostraban favorables a un enfrentamiento armado en ambos bandos?
Por parte de Kennedy, convenciendo al agresor (la URSS, que había desplegado armas atómicas a 90 millas de los Estados Unidos) de que no podría salirse con la suya y tendría que pagar un precio demasiado alto por mantener esa apuesta. Por parte de Kruschev, convenciendo a Washington de que Moscú no toleraría una invasión más o menos encubierta de Cuba como la que se había intentado en Bahía Cochinos. Al final, el pacto político logró mantener el “estatus quo” anterior a la crisis. Los detalles, minuto a minuto, están en la novela.

¿Por qué hasta ahora ha escrito sólo novelas históricas?
Bueno, me apasiona la Historia y me parece una excelente urdimbre sobre la cual tejer relatos. En mis novelas los personajes, de ficción, transitan sobre escenarios históricos. Me parece una forma interesante y placentera de entretener al lector a la vez que le descubro aspectos del pasado que yo misma no conocía antes de ponerme a investigar.

¿Por qué, como comenta en "La mujer del diplomático", no interesa publicar libros sobre ETA?
Porque ETA y lo que representa constituye un capítulo vergonzoso de nuestra historia reciente que muchos prefieren olvidar en lugar de tenerlo bien presente en la memoria para aprender la lección y evitar repetirla. Un capítulo que se ha cerrado en falso, sin dignidad ni justicia.

¿Es el español cobarde cuando mira al pasado? Y, ¿al futuro?
Hay de todo. Gente cobarde y héroes indiscutibles. Sin los segundos no habríamos llegado a ser lo que somos: un país occidental, libre y democrático (a pesar de todos los fallos que presenta el sistema). Los primeros, lamentablemente, suelen arreglárselas para alcanzar puestos de mucho poder a costa del sacrificio de los héroes.

¿Cómo cree que se podría hacer más por las víctimas?
Concediéndoles lo que con todo merecimiento piden: Memoria (para que su sacrificio no sea olvidado), dignidad y justicia. Esta última es incompatible con la impunidad de los asesinos y la consecución de sus fines políticos.

¿En qué situación se encuentra el periodismo?
Atraviesa una crisis sin precedentes, al menos en el tiempo de mi vida. Crisis de independencia, de profesionalidad, de libertad y de principios. Crisis motivada por la penuria económica que padece el sector y también por la depreciación de un oficio que resulta ser mucho más duro, exigente y sacrificado de lo que algunos parecen creer. Pero esta respuesta daría para una tesis doctoral… Intentaremos honrar a nuestros maestros y mantener viva la llama de lo que nos enseñaron: Informar con rigor, analizar con honestidad, opinar con independencia.

¿Tiene futuro tal y como lo conocemos?
¡Esperemos que sí! Cambiarán los formatos y soportes pero yo confío en que perviva el espíritu. Porque si sucumbe, si muere el periodismo independiente y crítico, con él morirá la democracia.

¿Hacia dónde cree que tiene que evolucionar?
Hay que recuperar el rigor, tanto como la valentía. Investigar, denunciar, rechazar la propaganda y distinguirla de la información. Los periodistas tenemos ese deber, pero la sociedad en su conjunto está obligada a respaldarnos comprando periódicos, invirtiendo en publicidad, proporcionándonos los medios para que hagamos nuestro trabajo, que es la garantía de su libertad.

Una vez que ha escrito una novela actual, ¿seguirá por ese camino o volverá a la novela histórica?
¡No tengo ni idea! Soy muy mayor para decir “de esta agua no beberé”. Veremos por dónde me llevan las musas, jajaja.

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