Sin encontrar otra salida, Yocandra se lanza al mar en una balsa. Pese a haber arriesgado su vida para llegar a las costas de Florida, y estar dispuesta a sacrificarse como un paso ineludible en el camino hacia la libertad, Yocandra constata que ese lugar tiene una cara imprevista que la defrauda. No le costará mucho decidir lo que será su próximo destino: París, ciudad que ya conoce; ciudad de las artes, de las letras; y sobre todo, ciudad bien alejada de la cubanía imperante. Así pues, consigue llegar a París, a un edificio de apartamentos donde viven, mejor dicho, donde se concentran músicos, oportunistas, pintores y artistas de nacionalidad cubana, como ella.
La protagonista es un personaje que se enriquece con el exilio, pues además de la realidad cubana, que sufre y vive, percibe de forma cercana otros exilios del comunismo como el ruso o el polaco. El personaje de Yocandra, en su apartamento en el Marais, tendrá como vecinos a un sinfín de variopintos personajes con los que vivirá situaciones de lo más delirantes.
A su vez, llama la atención, como hizo notar la autora en la presentación de la novela, La nada cotidiana arrancaba con el parto de Yocandra, mientras que la novela actual lo hace a la inversa: Yocandra tiene que sacar ahora a su madre de Cuba y llevarla a París y, una vez allí, le tiene que enseñar todo. Con esta novela se cierra el círculo haciéndonos notar que el mundo no es tan perfecto.
Yocandra es capaz de dar, por lo que llamamos amor, lo que el amor se merece, llegando a pactar en unas condiciones muy poco favorables, sin darse cuenta de dónde se esconde el engaño, la falta de escrúpulos y la traición. En definitiva, es una mujer dispuesta a reconciliarse con la vida a pesar de las circunstancias. Se mantiene de su mundo interior que no es sólo una ayuda en momentos de inquietud ante la inseguridad y la soledad, sino que ella lo trae consigo convirtiendo los recuerdos en su más valioso refugio.
En definitiva, Zoe Valdés ha retomado el personaje de Yocandra, que la convirtió hace quince años en una escritora universal con "La nada cotidiana", y la ha situado en un rincón cubano del París actual en este nuevo texto, una novela coral en la que se mezclan humor y dolor para formar una nueva gran obra.
Crítica literaria
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