HISTORIA

"La biblioteca de Stalin", de Geoffrey Roberts: Un vistazo a las lecturas que moldearon al dictador más temido del siglo XX

La biblioteca de Stalin
Álvaro Alcázar | Sábado 29 de noviembre de 2025

¿Qué llevó a un ávido lector a transformarse en el más temido y sanguinario dictador del siglo XX? ¿Qué lecturas le influyeron a Stalin para convertirse en el mayor genocida de la historia? ¿Quiénes fueron los escritores que él consideró como sus principales influencias?



“Tirano sanguinario, bestia política, figura paranoica, burócrata insensible y fanático ideológico. Hasta cierto punto, todos esos estereotipos se aplican a Stalin. Sin embargo, también fue un intelectual comprometido con la lectura, la escritura y la edición interminable… Estas actividades solitarias estaban intercaladas con reuniones y discursos. Los textos, ya fueran orales o escritos, conformaban su mundo”, escribe el historiador Geoffrey Roberts en su obra "La biblioteca de Stalin", que ha sido traducida al español por Almuzara. Con una pasión desmedida por la lectura (alrededor de quinientas páginas diarias), Stalin se destacó como un autodidacta meticuloso y fue poeta en su juventud, logrando reunir una biblioteca personal que superaba los 20.000 volúmenes.

Los libros que organizaba en sus estanterías por materiales eran subrayados con tinta roja y negra (las pometki), y en los márgenes anotaba sus impresiones, indicando si estaba de acuerdo o no con ciertas frases. Con una velocidad sorprendente, leía y también memorizaba de manera efectiva. En "La biblioteca de Stalin", el autor Roberts, experto en historia soviética y reconocido por sus obras sobre la URSS, proporciona un acceso sin precedentes a la mente del dictador a través de sus lecturas. Así, se presenta un retrato único de quien hallaba en las páginas de numerosos libros una forma de escapar de la monotonía diaria. A lo largo de los años, Stalin acumuló una extensa biblioteca, convirtiéndose en admirador de autores como Dickens, Gógol, Balzac, Shakespeare, Chéjov, Cervantes, Schiller, Heine, Victor Hugo y Thackeray, entre otros.

En la dacha de Stalin, los libros tenían un lugar destacado, “una suite de habitaciones abovedadas con una escalera de caracol que conducía al estudio de Stalin… La biblioteca estaba equipada con numerosos estantes anticuados que se llenaban de libros variados. Para todos los escritores, era fundamental enviar sus obras al líder, y generalmente añadían una dedicatoria personal”, se puede leer en un testimonio escrito que describe el espacio favorito de Stalin.

Mediante subrayados, anotaciones manuscritas y selecciones temáticas, el autor reconstruye su trayectoria intelectual, evidenciando cómo la lectura se convirtió en una herramienta para dar forma a su ideología, fortalecer su poder y perfeccionar su perspectiva del socialismo. Este análisis no busca redimirlo; más bien, se trata de un estudio matizado sobre un lector que veía los libros no solo como un refugio, sino también como instrumentos de control, reflexión y autoridad.

Las lecturas de este líder nos revelan contradicciones internas, su conexión con diversas ideas y su visión del poder. La relación entre la palabra escrita y el terror político se entrelaza de manera compleja. En estas páginas, se destaca una faceta intelectual sorprendente del líder soviético, lo que nos lleva a reflexionar sobre el vínculo —tan inquietante como cautivador— que existe entre la lectura, la ideología y la dominación. ¿De qué manera un ávido lector logró transformarse en uno de los dictadores más temidos del siglo XX?

Geoffrey Roberts es profesor emérito de Historia en el University College Cork (Irlanda) y miembro de la Real Academia Irlandesa. Reconocido internacionalmente como uno de los principales especialistas en historia soviética, ha dedicado gran parte de su trayectoria al estudio de la Unión Soviética, la Segunda Guerra Mundial y la figura de Stalin.

Destaca entre su obra la biografía premiada "Zhukov: El general de Stalin", la cual recibió el Distinguished Book Award de la Society for Military History en Estados Unidos. De igual manera, su libro "Las guerras de Stalin: de la Primera Guerra Mundial a la Guerra Fría" fue objeto de amplios elogios por parte de la crítica internacional, ha sido traducido a varios idiomas y es considerado una obra fundamental para entender la política exterior soviética.

La narrativa accesible de Roberts, combinada con su rigor académico, ha facilitado que tanto lectores generales interesados en la historia del poder, la guerra y las ideologías del siglo XX como públicos especializados se sientan atraídos por sus obras. En "La biblioteca de Stalin", el autor presenta nuevamente una obra original y esclarecedora que revela un aspecto poco investigado del dictador soviético, reafirmando así su posición como una de las voces más autorizadas en su ámbito.

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