Antecedentes de las elecciones y actuación de los partidos
En las elecciones autonómicas de 2023, se produjo un empate técnico entre el PSOE y el PP al obtener cada uno de ellos 28 diputados, pero éste logró el apoyo de Vox para la investidura de su candidata María Guardiola, si bien este partido quedó a extramuros del Gobierno. En 2025, los dos partidos negociaron la adopción de los presupuestos generales, pero Guardiola no aceptó las leoninas condiciones exigidas por Vox y, dando muestras de talante democrático, ante la imposibilidad de gobernar por la ausencia de presupuestos, hizo lo contrario de lo que viene haciendo Pedro Sánchez, y disolvió el Parlamento y convocó elecciones anticipadas para dar voz al pueblo extremeño a fin de que se pronunciara sobre el conflicto.
1.-Partido Popular
El PP presentó como candidata a Guardiola, que decidió hacer una campaña de exclusivo sentido regionalista, distanciándose a conciencia de los avatares de la política nacional, por lo que el PP nacional ha tenido escaso protagonismo en la misma con una mínima participación de Alberto Núñez Feijóo -respetuoso con la autonomía de las Comunidades- y la ausencia de varones populares. Guardiola tenía el viento de cola y jugó fuerte, al salir del confort gubernamental y adelantar las elecciones con el fin de obtener una mayoría absoluta y no depender de los chantajes de Vox. Contaba además con el bagaje de una acertada gestión y con el desprestigio total del PSOE -por los numerosos casos de corrupción y de acoso sexual de muchos de sus dirigentes- y de su candidato, Miguel Ángel Gallardo, expresidente de la Diputación Provincial de Badajoz, procesado por prevaricación y tráfico de influencias, por haber creado un puesto a la medida del hermano de Sánchez, el músico David Azagra -pendiente de juicio en el mes de mayo- y autor de un rocambolesco intento de aforamiento mediante su acceso por la puerta trasera al Parlamento extremeño. A nivel regional, disponía de la baza de su apoyo incondicional a la prolongación del funcionamiento de la central nuclear de Almaraz, la empresa de mayor incidencia económica en la vida de la Comunidad, frente a la decisión del Gobierno de la nación de cerrarla definitivamente, de conformidad con un fundamentalismo ecológico de dudosa justificación técnica.
La estrategia electoral de Guardiola ha dejado mucho que desear, pues ha sido timorata, elusiva y contradictoria. Por miedo a dar un paso en falso que pusiera en peligro su acreditada ventaja, ha pecado más por omisión que por acción, con el visto bueno de la dirección nacional del partido. No sé qué influencia maléfica se cierne sobre la sede Génova, que da la impresión de que los asesores electorales son submarinos infiltrados de los partidos a los que tiene que hacer frente. La candidata del PP ha cometido en la última semana de campaña una serie de pifias, tales como a) reducir al mínimo sus declaraciones a los medios de comunicación regionales, ignorar totalmente a los nacionales, y concentrar sus intervenciones en las redes digitales; b) negarse a participar en el único debate en TVE entre los candidatos, ignorando la máxima de que “los ausentes siempre se equivocan”, perdiendo una magnífica ocasión por el poner de manifiesto las flaquezas del PSOE y la sobreactuación de Vox, y dando cancha a un desconocido candidato de Vox, totalmente eclipsado por el exhibicionismo de Abascal; y c) explotar de manera irresponsable el incidente del robo por delincuentes comunes producido en la oficina de Correos de Fuente de Cantos, con la destrucción de 124 votos, insinuando que se trataba de una maniobra del Gobierno para interferir en las elecciones y robar al pueblo extremeño su derecho a decidir. Estas meteduras de pata dieron oxígeno al decaído PSOE, minó su crédito y provocó una pérdida de apoyos.
2. Partido Socialista Obrero Español
Las elecciones pillaron al PSOE a contrapié en su momento de mayor desprestigio por la infinidad de corruptelas, abusos y crímenes en los que se encuentra envuelto. Por si fuera poco, escogió a una persona que -según Maite Rico- no era un candidato, sino insulto para los extremeños, “una humillación excesiva incluso para los votantes socialistas acostumbrados a comulgar con ruedas de molino”. El Gobierno y el partido tratan de lavarse las manos en relación con la catástrofe en un feudo hasta hora baluarte del socialismo y echaron de antemano la culpa al candidato, pero ¿quién lo escogió y por qué? A Sánchez le daba igual su partido y los extremeños, y su único objetivo era incidir en el proceso judicial que se sigue contra su hermano y contra Gallardo, y optó por este candidato -rechazado por su propio partido-, debido a su sumisión incondicional. El presidente le ha prestado su apoyo, aunque sin excesiva convicción, y participado en los momentos clave de la campaña -apertura, acto central y cierre-, en los que pronunció discursos para convencer a los convencidos y en los que no creía, pero dejando claro que quien se jugaba las perras era Gallardo y no él, y que el Gobierno no se vería afectado por una previsible derrota en los comicios.
Gallardo estaba totalmente desacreditado ante sus propias mesnadas por su desvergonzada actuación tras ser imputado por la creación “fake” en la Diputación que presidía de un puesto para el “hermanísimo”. Obligó a los militantes que estaban por delante de él en la lista de candidatos al Parlamento y acceder a él para conseguir el aforamiento y ser juzgado por el Tribunal Superior de Justicia en vez de por la Audiencia Provincial de Badajoz, maniobra que fue neutralizada por la citada Audiencia al considerar fraudulenta su actuación. Ahora, tras los comicios, ha logrado acceder legalmente al Parlamento y conseguido el correspondiente aforamiento.
3.-Vox
Vox ha sido responsable del adelanto de las elecciones por su negativa a apoyar los presupuestos de la Comunidad y jugado fuerte en una campaña personalizada por Abascal, como si fuera el candidato a las elecciones extremeñas. El líder ha vivido casi un mes en Extremadura, participando en una extensa e intensa precampaña y campaña, en la que ha pateado casi todos los pueblos de la región, acompañado, en calidad de monaguillo, por el candidato oficial de su partido, un tal Óscar Fernández, que solo se dio a conocer en el debate en TVE. Abascal se dejó arrastrar por el populismo y centró su actuación, no tanto en criticar al PSOE, cuanto, en desacreditar al PP, al que ponía al mismo nivel que a los socialistas, hermanados en las nefastas políticas del bipartidismo. Se ha ensañado con Guardiola, a la que ha calificado de “Irene Montero de Extremadura” y de “feminazi”, y ha exigido la retirada de la presidenta como condición por que Vox respalde un Gobierno del PP.
4.-Unidas por Extremadura
Se trata de una coalición de Podemos y de Izquierda Unida, liderada por Irene de Miguel, de la que se ha excluido a Sumar. Situada a la izquierda del PSOE, se ha caracterizado por su crítica a éste, al que no considera como un partido de izquierdas. Calificó a Gallardo de “candidato de hojalata” y lo puso en evidencia durante el debate televisivo. Ha mantenido su coherencia ideológica y solo aceptó que participaran en la campaña las dirigentes nacionales de Podemos, Yone Belarra e Irene Montero. Yolanda Díaz -que ni estuvo ni se la esperaba- ha quedado muy debilitada ante la imposibilidad de presentar en Extremadura una candidatura propia o en coalición con Unidas, que ha demostrado que hay una izquierda a la izquierda del PSOE sin necesidad de Sumar.
Resultados de las elecciones
Cabe señalar el descenso en la participación ciudadana en las urnas, que ha bajado al 62,7%, 7,66 puntos menos que en las elecciones de 2023. Esta alta abstención del 37,3% ha reflejado el desencanto de la izquierda moderada votante del PSOE, que no está de acuerdo con el proceder del partido, pero que no ha decidido votar por otras siglas. El PSOE ha perdido 108.000 votos de los 244.277 que obtuvo en 2023, buena parte de los cuales se han sumado a la abstención, una parte a Unidas por Extremadura -que ha subido más de 4 puntos y ganado 3 escaños- y otra más pequeña al PP y a Vox.
Las expectativas las carga el diablo y el PP había alentado -como ya hizo en 2023- unas elevadas expectativas, al convocar Guardiola elecciones anticipadas con el objetivo de alcanzar una mayoría de 33 diputados, para librarse de la presión de Vox, y -como solo ha ganado un escaño-, la izquierda y los medios de comunicación afines han destacado el fracaso del PP, que se ha quedado como estaba. Esto es una gran falacia porque los populares no solo no han perdido las elecciones por no ver satisfechas sus expectativas, sino que han sido los ganadores absolutos. Ha perdido unos 14.000 votos -debido al descenso en la participación-, pero ha ganado 4,33 puntos y conseguido el 43,1% de los votos, aunque solo haya logrado un diputado más. Su clara victoria se pone de manifiesto cuando se comparan sus resultados con los obtenidos por el PSOE, partido que ha sido hegemónico en Extremadura durante la mayor parte de su existencia como Comunidad Autónoma. Los socialistas solo han conseguido 18 diputados, 10 menos que en 2023, cuando ganaron las elecciones con el 38,9% de los votos frente al 38,8% del PP. Ahora se ha quedado en el 25,7%, la cifra más baja en su historia. El PP supera al PSOE en 11 escaños y tiene 4 más que todas las izquierdas juntas.
Otro ganador, aunque en mucha menor medida, ha sido Vox, que ha subido del 8,10 al 16,96% de los votos, pasando de 5 a 11 diputados. Resulta descorazonador el éxito de un partido antisistema, que elude la responsabilidad de gobernar, carece de programa definido y se dedica a la crítica destructiva y a actuaciones populistas. Tampoco son ciertas las alegaciones de que el PP está ahora peor que antes de las elecciones por tener mayor dependencia de Vox, ya que -mientras que en 2023 necesitó su voto a favor para la investidura de Guardiola-, ahora le basta para ello con su abstención, por lo que, aunque tenga mayor número de diputados, su influencia es menor que hace 2 años. Vox cuenta con 18 diputados menos que el PP. Cuestión distinta es que, al no tener mayoría, esté a merced de Vox para poder tomar decisiones importantes, como la adopción de los presupuestos generales, pero en la misma situación se encontraba en 2023.
Un último ganador -aunque en proporciones aun menores- ha sido Unidas por Extremadura, que ha ganado 3 diputados, y pasando de 4 a 7, pero su triunfo ha sido más bien de carácter moral y se mantiene en el ámbito de la extrema izquierda, puesto que se ha impuesto sin paliativos sobre su hermano separado de Sumar, que ha desaparecido como partido del panorama extremeño y ahora clama por la unidad de acción de las izquierdas. Si se comparan los bloques, las derechas han implantado su hegemonía en una tierra que ha sido durante años patrimonio exclusivo de la izquierda, pues ha obtenido el 60% de los votos frente al 35% de la izquierda.
Carlos Alsina ha resumido así -con concisión, precisión y acierto- los resultados de las elecciones extremeñas: El PP ha goleado al PSOE, pero ha perdido frente a Vox, y Unidas por Extremadura ha ganado al PSOE y a Sumar. Según ha observado Maite Rico en “El Mundo”, la victoria del PP ha estado más propiciada por el suicidio del rival, que por el arrastre de la candidata popular. Guardiola se disfrazó de Evita, mantuvo lejos a Feijoo y, con lenguaje inclusivo y cierta dosis de demagogia, entró al trapo de Vox. Aspiraba a pescar en el caladero socialista, pero el trasvase se ha repartido entre la abstención, Podemos y el propio Vox. “Para aspirar a tanto perfil propio, quizás convenga tener más consistencia”.
Reacciones tras las elecciones
Todos los medios de comunicación han destacado el triunfo del PP y de Vox, y el desastre del PSOE, aunque con distintos matices según su línea editorial: a) “ABC”: “El PP sube, pero queda muy lejos de la mayoría absoluta. El PSOE sufre una humillación sin precedentes al perder casi la mitad de sus votos, mientras Vox logra un resultado extraordinario”; b) “El Mundo’: “Sánchez lleva al PSOE al colapso y el PP gana sin liberarse de Vox. Guardiola suma más que toda la izquierda junta, pero no logra mayoría absoluta para gobernar sin pactos. Los socialistas sufren un castigo inaudito del que Moncloa intenta desligarse: el Gobierno no va a caer. Vox se dispara con el doble de escaños y advierte ya que defenderá cada voto con uñas y dientes”; c) “El País”: “El PP gana, pero necesitará a un Vox disparado y el PSOE se hunde. Guardiola logra un escaño más, pero dependerá de la ultraderecha para gobernar. Los socialistas registran el peor resultado en su historia en la Comunidad al perder casi la mitad de sus votos”; d) “La Razón”: “Sánchez sufre una derrota histórica en Extremadura. Guardiola gana las elecciones, sube un escaño y suma más diputados que la izquierda. La fuerte subida de Vox sitúa al centroderecha en el 60% de los votos”; e) “La Vanguardia”: “El PP dependerá de Vox en Extremadura y el PSOE se hunde. Guardiola no logra la mayoría absoluta que pretendía y deberá pactar con la ultraderecha, que duplica sus resultados. El socialista Gallardo sufre un batacazo histórico y Unidas por Extremadura aumenta representación”; f) “Diario.es”: Extremadura vapulea a Sánchez. La abstención de Vox bastaría para que gobernara el PP. Repetir las elecciones sería un error histórico”.
Han sido notables las declaraciones y los silencios.
1.-Partido Socialista Obrero Español
Sánchez no ha hecho comentario alguno sobre las elecciones, como si fuera un extraterrestre al que no le afectaran, y sigue con su mantra de que agotará la legislatura. El partido trata de encapsular a su líder y echa las culpas de la debacle al candidato por él designado, y ha mantenido que -al tratarse de elecciones autonómicas- sus resultados no afectan al Gobierno. Para la secretaria de Organización, Rebeca Torró, los resultados han sido malos para el PSOE porque no ha conseguido movilizar a su electorado, y lo achacó a una campaña electoral de acoso y derribo de ultras y derecha extrema. Gallardo también ha reconocido que los resultados han sido muy malos, porque ha ganado la ultraderecha, pero ha considerado que el PP ha salido peor parado y tenido un estrepitoso fracaso, al conseguir los mismos resultados y quedarse lejos de la mayoría a la que aspiraba, y solo ha logrado que engorde la ultraderecha. El que no se consuela es porque no quiere. Ha dimitido como secretario general del PSOE extremeño, pero mantiene su escaño en el Parlamento para conservar el aforamiento.
2.-Partido Popular
Guardiola ha perdido su órdago y no ha dicho nada sobre su fiasco. Ha afirmado que Extremadura seguirá en marcha y que el PP no va a defraudar a los extremeños. Ha pedido responsabilidad y una lectura sensata del mandato de las urnas. Feijóo ha calificado los resultados de “victoria incontestable” del PP, que marca el inicio de un tiempo nuevo en la política española, pues tendrá un efecto dominó, que continuará en futuras citas electorales. Ha advertido a Abascal que no se confunda de adversario. El pueblo extremeño ha expresado con claridad su deseo de que gobierne el PP, pero teniendo en cuenta a Vox. Hay que guardar la “proporcionalidad”, lo que significa que habrá que negociar con Abascal, aunque sea tan desagradable como ir al dentista. Vox ha venido para quedarse por voluntad de los ciudadanos y es un “fact of life” que no se puede ignorar. Los elementos aún sanos del socialismo extremeño -bajo el liderazgo moral de Rodríguez Ibarra- han propuesto que el PSOE se abstenga durante la investidura para que Guardiola pueda ser reelegida sin que tenga que ceder al chantaje de Vox, pero no parece que la propuesta vaya a prosperar, porque no le interesa a Sánchez, que lo que quiere es que el PP pacte con Vox para poder afirmar que la derecha y la ultraderecha son la misma cosa y sacar a pasear al fantasma del fascismo, con el fin de motivar a sus desencantado electorado y evitar el colapso de la democracia.
3.-Vox
Abascal está entusiasmado con los resultados y va a jugar las sólidas bazas con las que cuenta sin hacer concesiones. Ha declarado que va a exigir respeto a los votantes de Vox para que sus derechos no sean invisibilizados. Su candidato, Óscar Fernández, ha declarado que “vamos a defender cada uno de los votos con uñas y dientes, y -como ya dijimos- vamos s defender mañana exactamente lo mismo que defendíamos ayer”, descartando así una abstención a cambio de nada. Abascal menosprecia a Guardiola y ya dijo durante la campaña que el PP tendría que prescindir de ella si quería contar con el apoyo de Vox. La ha descalificado como negociadora porque, por su soberbia, es incapaz de lograr acuerdos, y ha afirmado que tendrá que pasar por el aro. Habrá que ver hasta donde está dispuesto a llegar con sus amenazas. Lo cierto es que, cuando los dos partidos han tenido ocasión de desalojar del poder al PSOE, han logrado a algún tipo de acuerdo. De mantener Abascal sus tesis maximalistas, no creo que se produzca una nueva convocatoria de elecciones que solo beneficiaría al PSOE, pues podría recuperar algo del terreno perdido con un candidato más presentable que Gallardo.
¿Estamos asistiendo al colapso del sanchismo?
A juicio de “ok.diario”, estamos asistiendo “al principio del fin de Sánchez”. ¿Tiene fundamento este aserto? Las señas empiezan a ser mortales. Para Juanma Lamet, el correctivo infligido a Sánchez es difícil de capear con meros achiques de agua, mientras el PP se anota el triunfo en la primera meta volante hacia La Moncloa, y -según Jorge Bustos- el PSOE se desangra en uno de sus territorios fetiche y su feudo inexpugnable “acaba de convertirse en el sumidero por donde empieza a desaguarse el sanchismo”. Extremadura es solo el principio. “Cuando acabe este ciclo, el mapa de España parecerá una inmensa dehesa de color azul con ribetes verdes, punteada por socavones rojos”. En opinión de Roberto Benito, el “gallardonazo” marca ya el camino a Sánchez. “No hay ninguna razón para pensar que no va a ocurrir lo mismo en Aragón, en Castilla y León y en Andalucía, y la hay aún menos para creer que no pasará en las elecciones generales”. Lucía Méndez ha afirmado que no parece que las urnas vayan a dar tregua al presidente del Gobierno. La cita en Aragón se presenta con pocas señales halagüeñas y seguirán la castellano-leonesa y la andaluza, igualmente poco propicias. “El Mundo” ha señalado que “el PSOE desaparece como alternativa de gobierno incluso en la región donde su dominio fue durante décadas más estructural y estuvo más consolidado”. El descalabro de Sánchez ha dejado como secuela el legado que ha dejado a su propio partido: “la quiebra de la igualdad entre españoles, con Cataluña y los partidos nacionalistas como apoyos prioritarios, y su supervivencia personal como principio innegociable”. Extremadura no es España en su conjunto, pero ha dejado lecciones valiosas. “Las próximas citas electorales dirán si, como parece, la agonía de Pedro Sánchez empujará al PSOE a suelos electorales aún más bajos”.
Luis Miller, ha estimado que, en campaña, rige una ley psicológica básica, conforme a la cual, nadie quiere asociarse a un fracaso anunciado. La debacle extremeña refuerza la idea de que votar al PSOE es inútil y empuja a sus votantes potenciales a la abstención o al trasvase hacia otros partidos. Sánchez ha reiterado su intención de agotar la legislatura, pero esa determinación condena al PSOE a la irrelevancia. “El gran cambio estructural de la política española tras el sanchismo no será la llegada de la extrema derecha, sino desaparición por incomparecencia del partido sistémico que una vez fue el PSOE”. Según Jiménez Torres, “el hundimiento de los socialistas indica además que aquellas victorias del PP, que en 2023 parecían muy coyunturales, no lo eran tanto. Más bien forman parte de un cambio de tendencia más sólido de lo que en un principio se pensó ¿Quién habría dicho, cuando Feijóo alcanzó la presidencia de su partido, que, en solo 3 años, el PP sacaría 18 puntos al PSOE en Extremadura?”. Sánchez ha tensado demasiado la cuerda con su política autista y la acumulación de traiciones, concesiones a los enemigos de España y encubrimientos de los delitos de sus familiares más íntimos y de sus hombres de confianza. ¡Puede que haya llegado el momento de que el sufrido pueblo español diga “!Basta ya!” y arroje democráticamente a Sánchez al basurero o a la papelera de la Historia. Es mi más ferviente deseo, que transmito como petición a los Reyes Magos.