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Enrique Vila-Matas presenta su última novela, “Mac y su contratiempo”

Enrique Vila-Matas (Foto: Javier Oliaga).

“No hay progreso ni cambio en la literatura”

Javier Velasco Oliaga | Lunes 13 de febrero de 2017

Cree Enrique Vila-Matas que su libro “Mac y su contratiempo” (Seix Barral) no se puede resumir en pocas palabras. “Hay que leerlo. Se puede contar de muchas maneras el libro, y quizás de ninguna, porque en el fondo no es posible sintetizarlo”, dijo en la presentación de su libro a los medios de comunicación en un conocido hotel madrileño. Sin embargo, la novela, aunque puede parecer extraño, es fácil de leer. “Si lo es, es porque he trabajado muchísimo en él. Creo que será entendido por muchísimas personas, no es un libro raro, es sencillamente distinto”, afirmó el escritor barcelonés.



Enrique Vila-Matas es un rara avis dentro del panorama literario español. Siempre busca la originalidad en sus propuestas literarias, ya que opina que no se está haciendo nada nuevo. “No hay progreso ni cambio en la literatura. Seguimos repitiendo los esquemas del pasado. Todo es repetición de ideas ajenas desde el origen de los tiempos”, opina de manera razonada y añade “no hay copias porque no conocemos nada original”.

“El recuerdo y la repetición son el mismo movimiento, el primero para atrás y el segundo para delante”, razona el escritor. Su novela tiene ambas características ya que parte de una novela que escribió hace treinta años y que toma como espejo. “Esta novela ha supuesto el mayor reto que he emprendido, sobre todo la segunda parte del libro”, expone con su característica forma pausada de hablar. Se puede considerar el libro una novela pero, también, un ensayo y un dietario. Sin olvidar que podemos calificarlo de libro de cuentos por los que incluye en él.

El autor catalán se vale de un narrador, Mac, para contar su historia. Éste se propone reescribir y mejorar en secreto la novela que el más famoso de sus vecinos del barrio publicara hace treinta años. Tomando como referencia la novela 53 días –la novela póstuma e inacabada de Georges Perec-, trabaja 54 jornadas para falsificar, a través de su diario, un inédito que pueda parecer póstumo e inacabado. “Ahora está muy de moda las novelas póstumas e inacabadas, yo he querido dar una vuelta de tuerca a esta moda”, apunta con ironía.

Destruye con estos recursos el mito de la necesidad de una voz propia mientras reelabora la tradición, para demostrar que es dueño de una de las voces más personales del panorama literario contemporáneo. Aborda en profundidad la creación literaria sin renunciar al humor. “Yo nunca creí que tenía gracia. Hace unos días me encontré en la calle con un compañero de colegio y me dijo: sigues con el mismo sentido del humor que de joven. Me quedé sorprendido de que tuviese esa percepción de mí”, detalla.

Cree Vila-Matas que su novela es una parodia de estilos literarios. “Hay veinte escritores parodiados en ella y todos son cuentistas. Lo que ha hecho que el libro sea también de cuentos con una gran multitud de voces”, puntualiza. Y va más allá, ya que siempre ha querido “escribir ficción desde un espacio que suelen ocupar los ensayistas y los poetas” y lo hace con una voz que mantiene en todos sus libros pero que va cambiando de manera sinuosa. “Cada libro es distinto pero hago esa repetición y diferenciación de la que he hablado antes”, apostilla.

“Me gusta reflexionar sobre el hecho literario. Me divierte muchísimo escribir sobre el defecto que tienen las novelas en su origen. La imposibilidad que tiene la novela de reflejar la realidad, de ahí el juego que hago con la obra de Perec que queda interrumpida al final”, elucubra Enrique Vila-Matas.

Otra de las características fundamentales de la novela es el escenario. El barrio del Coyote, llamado así porque en uno de sus inmuebles vivió el escritor José Mallorquí, quien escribió las cerca de doscientas novelas de la serie El Coyote en el barrio que se extiende por debajo de la plaza de Francesc Macià, “antes de Calvo Sotelo, y durante la guerra Civil, plaza Hermanos Badía. He utilizado un escenario similar al que utiliza Juan Marsé, Guinardó que es real pero tiene mucho de ficticio y creación”, puntualiza.

Enrique Vila-Matas nació en Barcelona en 1948. De su obra narrativa destacan Marienbad eléctrico, Historia abreviada de la literatura portátil, Suicidios ejemplares, Hijos sin hijos, Bartleby y compañía, El mal de Montano (Seix Barral, 2012), Doctor Pasavento, Exploradores del abismo, Dietario voluble, Dublinesca (Seix Barral, 2010), Chet Baker piensa en su arte y Aire de Dylan (Seix Barral, 2012). Entre sus libros de ensayos literarios encontramos Para acabar con los números redondos, Desde la ciudad nerviosa, Aunque no entendamos nada, El viento ligero en Parma, Perder teorías (Seix Barral, 2010) y El viajero más lento. El arte de no terminar nada (Seix Barral, 2011). Traducido a 32 idiomas, ha obtenido un amplio reconocimiento internacional y ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de la Crítica, el de la Real Academia Española, el Ciutat de Barcelona, el Herralde de Novela, el Fundación Lara, el Leteo, el Argital, el del Círculo de Críticos de Chile, el Meilleur Livre Étranger, el Fernando Aguirre-Libralire, el Médicis- Roman Étranger, el Jean Carrière, el Ennio Flaiano, el Elsa Morante o el Mondello.


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