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"Vitral Mantra" descubre el universo del pintor Álex de Fluviá

Lunes 24 de abril de 2017

La Fábrica edita"Vitral Mantra" en la que a través de textos y ejemplos de las obras más representativas del artista catalán se profundiza en su obra y en las fuentes que uso como inspiración para la construcción de su imaginario



“Siempre me ha interesado la multiplicidad del gesto, su repetición espontánea y reiterativa. La idea del mantra interno que se repite dándome paz y focalización”, dice el artista Àlex de Fluvià.

La Fábrica edita Vital Mantra, una oportunidad única de entrar en contacto con la obra de este artista en cuyas obras abrió un diálogo entre sus profundas raíces mediterráneas y las influencias y estímulos que recibió en los países que visitó a lo largo de su vida.

Vital Mantra reúne una selección de la obra más representativa del artista abstracto. Abarca veinte años de creación de Àlex de Fluvià (1966-2015) con trabajos desde 1995 a 2015, y obras realizadas en Barcelona, Nueva York, Cairo, Tokio y Dubái. La edición cuenta además con los textos del comisario e historiador de Arte, Alex Mitrani, el arquitecto Rafael Balboa y el patrón de las artes y comentarista político, Sultan Sooud Al-Qassimi (Colección Barjeel en Sharjah Emiratos Árabes) que nos ayudan a contextualizar la obra de Àlex de Fluvià.

Àlex de Fluvià supo plasmar en sus obras las distintas observaciones culturales experimentadas durante sus extensos viajes, en contraste con sus profundas raíces mediterráneas.

En dos décadas, el artista catalán produjo un cuerpo pictórico de características singulares, explorando temas como el paso del tiempo, la acumulación de la experiencia y la dualidad. Creó un universo de elementos yuxtapuestos, cuyo resultado es un lenguaje visual extremadamente reconocible, plasmado consistentemente en su pintura, fotografía y obra sobre papel. El título de este libro—Mantra Vital— deriva precisamente de la distintiva cualidad caligráfica inherente a su obra y de la riqueza gestual del trazo reiterativo presente en sus lienzos.

La obra de Àlex de Fluvià aborda tres temas principales: el paso del tiempo - expresado como acumulación-sedimentación de la experiencia -; el ritmo vital - representado por la pincelada caligráfica como marca - ; y las dicotomías: interior-exterior, yo-otros, vacío-lleno, esperanza-sufrimiento.

En su obra la gestualidad y la repetición de la pincelada caligráfica generan ritmos, y superposiciones. Acumula elementos y fragmentos que construyen capas de collage, veladuras, transparencias y tramas. Tramas o celosías que se expanden y contraen para hablar de lo esencial: la vida, la poesía, el conocimiento y el sufrimiento.

Àlex de Fluvià estudió Historia del Arte en la Universidad de Barcelona y fotografía en la School of Visual Arts de Nueva York. A finales de los años 90 se reafirma como artista durante su estancia de siete años en Nueva York. Afincado en el barrio de Williamsburg, mantiene íntimo contacto con otros artistas catalanes, como Lluís Lleó, Antoni Muntadas y Fernando Molero. Tras seis años en su estudio de Williamsburg, se instala en Egipto fascinado por el arabesco y la cultura del Cairo moderno. Sus dibujos y pinturas durante este periodo emanan la esencia de la mashrabia (celosía), e invitan al espectador a mirar a través de un entramado pictórico para descubrir mensajes ocultos en las obras.

Su interés por la investigación gestual del trazo da lugar a una estancia en Japón en 2006, donde estudia caligrafía japonesa (Shodō) en Tokio. Sus abstracciones incorporan patrones nipones y su icónica pincelada roja. Más tarde, durante su residencia artística en Dubái, evoluciona su lenguaje visual creando obras abstractas que resaltan la belleza de las formas gráficas del lenguaje árabe escrito y eliminan su significado literal.

Desde 2011, su producción artística explora la dualidad y hace referencia a la resistencia vivencial, política y social. Sus últimas obras mezclan mensajes de esperanza y alusiones a la transformación, la incertidumbre y la desigualdad. La yuxtaposición de la fotografía en blanco y negro junto a su pintura crea superficies ricas donde el collage, las marcas y los colores fluorescentes producen tensiones en la obra para transmitir su base conceptual.

De Fluvià expuso su obra en Nueva York, Londres, Múnich, Milán, Tokio, Corea, Ciudad de México, Oporto, Sevilla, Barcelona, Madrid, Basilea, El Cairo, Dubái, Abu Dabi, Bahréin y Arabia Saudí.

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