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El escritor y premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa participó en el encuentro literario “París, Flaubert y el Escribidor” organizado por el Institut français de Madrid

Mario Vargas Llosa y Marie-Madeleine Rigopoulos (Foto: Cortesía del Institut français de Madrid).
Redacción | Viernes 16 de diciembre de 2022

El Excmo. Sr. Jean-Michel Casa, Embajador de Francia en España, abrió el acto, “Tenemos el placer de recibir a Mario Vargas Llosa en el Institut français de Madrid, casí un año tras su elección como miembro de la Académie Française en primera votación para el sillón 18, vacante por el fallecimiento de Michel Serres”.



Prosiguió: “Su presencia nos honra. [ ] Usted ha sido el primer receptor del premio nobel en la Académie Française desde François Mauriac, y el primer escritor extranjero publicado en vida en la prestigiosa biblioteca de la Pléiade. Ha recibido los mayores premios de las letras hispánicas internacionales, premio Nobel por supuesto, premio Princesa de Asturias, Premio Cervantes, Premio André Malraux, por citar algunos, sin olvidar su pertenencia a la RAE. Se ha convertido, con su originalidad propia, en uno de los novelistas del boom latinoamericano que ha permitido dar a este continente su merecido reconocimiento. Es un autor plural, como lo define la Académie Française.” “Le debe mucho a otros grandes escritores, de Cervantes a Camus, que le han hecho descubrir las reglas y las artes del oficio, pero también el alma humana, su grandeza y sus abismos. Dos escritores parecen constituir modelos literarios fundamentales: Faulkner, por su enfoque multi perspectivo y su polifonía, y por supuesto Flaubert que nos reúne hoy por su concepción del realismo y la estructuración de la narración.” terminó.

Marie-Madeleine Rigopoulos fue la encargada de conducir la conversación con Mario Vargas Llosa. Le preguntó lo que le une a Francia y a la literatura y a ese territorio universal. “Nadie mejor que usted se ha merecido el título de ciudadano del mundo. Usted es un escritor francés por alianza. Me gustaría remontar en el tiempo, antes de que viniera a instalarse con 22 años a París. ¿Cuándo usted se dio cuenta del poder de la literatura, del poder de la lectura? Siendo muy joven, tuvo este flechazo interior, este enamoramiento con el poder de la literatura: ¿Cuándo se dio cuenta de que la literatura iba a cambiar el curso de su vida?”

Mario Vargas Llosa explicó que “Era peruano. En aquel entonces, Perú era un país pequeño, no había editoriales. Había librerías, pero pocas, y por otra parte, nos preguntábamos ¿por qué convertirse en un escritor en un país como Perú? Era difícil. Tenía mucha ilusión con mi vocación literaria, pero el país no estimulaba esas ideas. Entonces, tenían muchas dudas, pero lo que sabía es que iba a ser diferente en París. Tuve una beca para hacer un doctorado en Madrid, pero al terminar el año, fui directamente a París. El mismo día que llegué, al Quartier Latin, me encontré una librería abierta hasta media noche que se llamaba La joie de lire (la alegría de leer) y compré un ejemplar de Madame Bovary. Lo leí y me quedé completamente trastornado. Descubrí, a través de Flaubert, la gran literatura, la revolución literaria, y pasé de la noche leyendo este libre excepcional que, para mí, tuvo un efecto extraordinario. Me convenció de que la literatura era el oficio ideal para un joven como yo era en la época y que a través de la literatura se podía cambiar la vida. El descubrimiento de Flaubert fue extraordinario. Me convenció de que la literatura era un oficio responsable, lo que descubrí luego, es que Flaubert no tuvo muchas facilidades con su familia; su padre no creía que podría dedicarse totalmente a la literatura. No le gustaba esa idea”.

“La literatura es un acto de rebelión” afirmó Marie-Madeleine. “A sus padres tampoco les gustó la idea de que se interesara por la poesía. Lo veían como una actividad que no era sana. Pero fue cuando usted estuvo en la academia militar cuando desarrolló la escritura, el gusto por la transgresión.”

“Flaubert se inventó que tenía una enfermedad para poner a su padre en una situación límite y hacer que no tuviera otra opción que ayudarle” continuó Mario Vargas Llosa. “Hay un debate abierto entre los médicos y los críticos literarios sobre la enfermedad de Flaubert. Yo creo que se la inventó. Es una enfermedad misteriosa, estaba en el campo, solo, y de repente se desmayó. Y vio como montañas de fuego, y se despertó de pronto y las montañas de fuego todavía estaban allí. Tuvo mucho miedo y fue hacia su padre. Su pade, que era médico, pensó que estaba loco, y decidió que una profesión liberal no era para su hijo. Dejó a su hijo en su casa de campo y durante 5 años, Flaubert trabajó 12 horas al día escribiendo Madame Bovary. Es el libro que cambió la literatura, no sólo en Francia sino también en Europa y en el mundo entero. Y eso no es sólo por la escritura muy pulida, muy exacta, que no se encontraba en la literatura de la época, sino también porque inventó un narrador. Creo que es el gran invento de Flaubert. Descubrió que el narrador podía ser invisible, desaparecer y estar como una visión con ojos que miraban una escena y que no ejercía ninguna coacción sobre el personaje. Sencillamente miraba al personaje de una forma libre. El narrador, en estas condiciones, es la primera vez que aparece en la literatura.”

“Yo estaba muy confuso sobre mi vocación” recalcó. “Siendo peruano, sabía que mis libros no podían alcanzar el mismo público que un escritor francés, o inglés, pero leyendo a Madame Bovary, me convencí de que la literatura era la mejor vocación del mundo y que se podía cambiar la sociedad escribiendo novelas”.

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