FIRMA INVITADA

ÍDOLOS CON PIES DE BARRO

Steven Spielberg (Foto: Gage Skidmore).

PLAZA DE GUIPUZCOA

Begoña Ameztoy | Martes 14 de febrero de 2023
Me cargan mucho los héroes y los genios. Dirás que por envidia. Sí, pero no solo por eso. Creo que están todos sobrevalorados. Sí, todos. Tampoco te vas a poner a singularizar, Gandhi, sí, Vargas Llosa, no. Confucio, sí, Picasso, no. Es el tiempo del globalismo y la universalidad. Generalizando, que es gerundio: vamos a diseccionar la “genialidad” de Steven Spielberg.


Un verdadero genio debe utilizar su poder para iluminar a la gente, no para infantilizarla y aborregarla. Si ya te has forrado y estás en la cumbre, tu decisión no puede ser bajar al nivel que te exige la masa. Recuerda al marciano señalando con su dedo artrósico “Mi caasaa, mi teleéfono”. Frase lapidaria de Dostoievsky “Llegará un día en que la tolerancia será tan insoportable que se prohibirá pensar a los inteligentes para no molestar a los imbéciles”. Eso sí, hay que reconocer que Spielberg, es mazo listo.

Su última película “The Fabelmans” es un autobombo masturbatorio disfrazado de autobiografía woodyalleniana. Divorcio de sus padres, soledad, acoso escolar, carencias afectivas y traumas infantiles. Pregúntales por su infancia a los niños del terremoto turco ¿Demagogia? No, tío. Es que la ñoñez me pudre. Y el servilismo pesebrista, también. Dice el laureado cineasta que no se mete en política, pero cree que la democracia americana es fuerte y sobrevivirá. Sí, sobre todo con Joe Biden al volante ¡Uf! qué pereza me da todo.

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