PLAZA DE GUIPUZCOA
No es lo mismo ser disciplinada que obsesiva, ordenada que maniática o rigurosa que implacable. Reconócelo, todas tenemos TOCs, manías y fobias. Escribo en femenino y en primera persona porque estoy dispuesta a rasgarme las vestiduras y abrirme en canal.
En 2019, el presidente mejicano, André Manuel López Obrador (AMLO), remitió una carta a Felipe VI, en la que le exigía que pidiera perdón por la conquista de Méjico y por los abusos cometidos durante la colonización del país. El Rey no contestó a tan extravagante e impertinente misiva y el Gobierno español respondió con un comunicado en el que lamentaba que la carta se hubiera hecho pública, rechazaba con toda firmeza su contenido y afirmaba que “la llegada hace 500 años de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas. Nuestros pueblos hermanos han sabido siempre leer nuestro pasado compartido sin ira y con una perspectiva constructiva, como pueblos libres con una herencia común de una proyección extraordinaria”. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comentó -por una vez con razón- que la colonización de Méjico no podía juzgarse desde una perspectiva moderna.
Publicamos un nuevo artículo del escritor mexicano Manuel Lopezneria Fernández, seguidor de nuestro adalid de las letras Miguel de Cervantes Saavedra.
Editorial ALDERABÁN. AÑO-2024
En este presente libro-biográfico (nº 9) me acerco a la figura regia de un monarca del Reyno de León, que tuvo muy graves problemas desde su nacencia, muy complicada y difícil, hasta su muerte en plena juventud.
La luz de noviembre es una llama temblona en medio del Big Bang. Es delgada y recogida como una vela encendida en la oscuridad frente al rostro de los muertos que se anclan a la inmortalidad de las fotos. El pasado se cree bello en el presente a través del espejo de una foto. La luz de noviembre es una melancolía alargada y reposada frente al hedonismo y la aceleración de la sociedad. Se corta a sí misma el costado con un celaje afilado, como un dulce suicidio, para que se desangren los fotones frente al espectáculo bullicioso de las flores y los vivos en los cementerios. Los padres descansan en paz. Las madres descansan en paz. Los hijos descansan en paz, pero con un sueño perpetuo en la boca.
Forasmuch as capitalism by far isn't a philosophy nor a science (1), that is, a system that must needs have stony epistemological grounds, sound signaled trodden methods, the precisest colourful expressions, and ever-guiding north-aster ideas, it shall be considered an up-for-grabs faltering ideology, or, in my outraged sight, an all-hemlocking mixture of horse-sense notions, hazy sticky-tricky terms, old-lore-based personages, easy-to-be-gotten plots, and gospelling ready-made phrases.
A estar por presunciones suficientemente fundadas, El matadero, texto canónico de la narrativa argentina, fue escrito por Esteban Echeverría entre los años 1838 y 1840; las numerosas referencias epocales en el interior del relato no desmienten esta hipótesis cronológica. Articulando el paso del costumbrismo (restringido en sus límites temáticos) al realismo (de raigambre más universal), comienza como un artículo de costumbres y evoluciona hacia las formas del texto realista, apropiándose del gran hallazgo de Mariano José de Larra (que lo desarrolló en un sinnúmero de sus célebres Artículos): el maridaje entre las pasiones literaria y política (en la acepción más dilatada del término: la ideología).
FIRMA INVITADA
Por Eva Losada Casanova
Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.
|
Una pregunta que los periodistas siempre me formulan en las entrevistas se refiere a los móviles. No, no se asusten; no estamos hablando de los móviles en sentido penal —aunque, vistos los libros que circulan en el mercado en los últimos años, su autoría quizá podría, e incluso debería, incardinarse en algún tipo punitivo más o menos evidente —. Me refiero a las motivaciones, a las razones, a veces conscientes, a veces no tanto, que conducen a un autor a dar vida a una nueva obra.
Dicen las crónicas que el Caballero andante murió, y que lo hizo como Alonso Quijano, para quien sus amigos y convecinos desearon al final una vida sin tanto agitamiento como el ya habido en su flaco cuerpo, pero es verdad también que, a tal propuesta de sosiego respondió el Caballero: “tened por cierto que, ahora sea Caballero andante o pastor por andar, no dejaré siempre de acudir a lo que hubiéredes menester, como lo veréis por la obra”.
Porque es muy evidente que la disfruta, eso no cabe negarlo. Creo que fue Vizcaíno Casas, allá por el 78, nuestro gran año constitucional, el primero que lo vio venir. Me refiero a lo de que a Franco todavía le quedaba mucha cuerda; suficiente para ahorcarnos a todos durante cincuenta años más. Suficiente como para vender muchos libros, cientos de miles de libros, en un país de seres doctrinos, humillados y ofendidos durante decenios infaustos y grises.
Dejamos a un lado los muy probables vínculos del padre de Santa Teresa con Málaga, donde obtuvo una casa en los repartimientos de la ciudad tras su conquista a los nazaríes por los Reyes Católicos en 1487*.
«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
«Muchos chismes que se venían oyendo se podían convertir en novelas. La leyenda se transmuta en un aspecto esencial de la operación literaria de novelar. De aquí que pudiera decir con orgullo “yo soy el primero que he novelado en lengua castellana”», de Santiago Muñoz Machado, Director de la Real Academia Española
El meritorio historiador Francisco Javier Escudero Buendía, de la Universidad de la Castilla-La Mancha, y autor de los excelentes libros, sirva de ejemplo, «Personas y personajes del Quijote. Personajes históricos en La Mancha» (Almud Ediciones, 2021); «La iglesia de Santa Catalina de La Solana, siglos XII-XV (2003, Tomelloso); «Francisco de Mendoza “El Indio”, 1524-1563» (Guadalajara, 2006); y «El palacio de la encomienda del virrey Mendoza en Socuéllamos» (Albacete, 2013); publica el nuevo libro intitulado: «Cervantes del envés: personajes en busca de su autor en las Novelas ejemplares» (2025), que se basa en los doce capítulos, una bibliografía y fuentes documentales.
El estudio del Periyapuranam con la biografía de sesenta y tres santos shivaitas ha servido para que años más tarde en 2005 se publicara en inglés por parte de V. Ganesan sobrino nieto de Sri. Ramana Maharshi una obra que puede considerarse un clásico en el mejor sentido de la palabra. Ramana Periya Puranam. Un viaje interior de 75 antiguos devotos de Sri. Ramana Maharshi. Su autor nació en 1936 y hasta la edad de 14 años convivió con Sri. Ramana Maharshi. Con la iniciativa del estudioso Pedro Soto Adrados autor de Arunachala y su Pradakshina y del traductor y periodista Ignacio Tineo se ha traducido al castellano siendo una obra publicada en el año 2005.
DESDE MI SILLÓN OREJERO
Desde mi sillón orejero preparo mi próximo viaje a Bruselas y Brujas, dos B de Brillante pasado y presente. Y me refiero a ellas con su arquitectura e historia llena de vida que leo a través de dos excelentes libros que recomiendo indispensables para abrir boca, como se suele decir.
FIRMA INVITADA
Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"
A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.
|