PLAZA DE GUIPUZCOA
No es lo mismo ser disciplinada que obsesiva, ordenada que maniática o rigurosa que implacable. Reconócelo, todas tenemos TOCs, manías y fobias. Escribo en femenino y en primera persona porque estoy dispuesta a rasgarme las vestiduras y abrirme en canal.
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Nunca estamos contentos con nada. Llevamos un noviembre de lujo, algo aleatorio y caótico, es verdad. Tienes que llevar en el bolso paraguas y gafas de sol, pero oye, las terrazas a tope y la gente en la calle. Da igual Halloween que una manifa por una causa justa (o injusta, es lo de menos).
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Creyentes, agnósticos y ateos, nacemos predestinados. Así se explica que desde la infancia prefieras los chicles de menta o de fresa. No creas que es un tema menor, quién dice menta o fresa, dice ser gordo o flaco, rubio o moreno, alta o baja cuna.
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Un tonto tira una piedra al mar y 100 sabios no pueden sacarla. Había entrado en bucle con este proverbio, refrán, o lo que sea. Pero le he dado tantas vueltas que ahora creo que lo entiendo.
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Ha muerto Robert Redford. Se nos están muriendo los mitos. Buen momento para precisar qué significa ser un mito y qué virguerías tienes que hacer para pasar a la posteridad. Está claro que no hablamos de lumbreras de las bellas artes, la literatura o la física cuántica.
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Cotillear el anillo que Cristiano le ha regalado a Georgina, no es fácil si quieres decir algo ingenioso. El pedrusco de 45 kilates y 10 millones, es publicidad encubierta y merchandising puro y duro. Por cierto, creación de una saga de joyeros bilbaínos (Cualquiera aguanta ahora a los del Botxo, tío).
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No me voy a poner estupenda hablando de honor, dignidad o respeto. Ni de coña, tío. Es verano y con la que está cayendo, nadie se lo creería. Hablo de escotes y todas las mujeres sabemos lo que es un escote “palabra de honor”.
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Qué hábil y sutil es la hipocresía humana. Llamamos emociones a las pasiones del alma, hablamos de amor cuando queremos decir sexo y vendemos la moto del lenguaje no verbal, sin atrevernos a descifrar el poder de la mirada. Esto para empezar.
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Seguro que te ha pasado alguna vez. Vas a fregar los platos y previamente quitas los residuos. Es fascinante observar la atracción fatal que el desagüe del fregadero ejerce sobre ese trocito de cebolla kamikaze. La persigues desesperadamente para impedir que se cuele a través del filtro, pero es inútil.
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Los Medios de este país dejan mucho que desear. Nos machacan con revanchas y venganzas, pero no sabemos si Rociito Carrasco fue a Moncloa a desayunar. Lo cierto es que el presidente la llamó y ella cogió el teléfono. A su hija no se lo coge, pero a Moncloa, perdiendo el culo, tío.
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La vida te sorprende. Nunca pensé que hablaría de fútbol. Soy atrevida, pero no tanto. Una cosa es valorar un penalti y otra investigar si Lamine Yamal ha cambiado de novia.
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No te fíes de lo que te cuentan. Si no son bulos, son bolas. El artículo 47 de la Constitución garantiza el derecho a una vivienda digna y adecuada. “Adecuada” es un término ambiguo. Adecuada ¿Para qué? ¿Para quién?
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El momentazo Preysler en “El Hormiguero” reunió casi 5 millones de abrazafarolas (incluida yo) escuchando las simplezas de la reina emérita del papel cuché.
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El libro de memorias de Isabel Preysler se titula “Mi verdadera historia”. Igual que la autobiografía de Juan José Millás. No sé si Preysler va de intelectual o se ha estrujado poco las neuronas.
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Alguien tiene que tener la culpa de lo que está pasando. Este pifostio en el que chapoteamos frívolamente, sobrepasa la política, la judicatura y a la madre que parió las ideologías.
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Ya estamos otra vez dando la brasa con el emérito. Vuelve la burra al trigo. Y si solo fuera la burra, tío. Vuelve Ana Obregón a la portada del Hola con sus posados de verano. Antes, con sus bikinis excitantes, ahora, con su nieta retozando en la playa.
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Bárbara Rey ha tirado de la manta y ha contado lo más grande. Pero a estas alturas del thriller nacional ¿A quién le importan los cuernos, las putas, los tríos o los trans? Estamos exorcizados, tío. Lo más escandaloso ha sido la última revelación de la vedette “Juan Carlos era muy tacaño. Me regaló una medalla y no pude venderla porque era mala”.
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No sé si hemos entrado en un bucle o en un agujero negro, pero la metáfora del día de la marmota no nos sirve. Está amortizada, tío.
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Aunque me pedía el cuerpo meter caña (no hay que darle al cuerpo todo lo que te pide) he esperado que pasen los efectos terroríficos de la noche de Jalogüin, para decir lo que pienso de esta “celebración” cutre y absurda.
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Vaticiné un 2020 apestoso y catastrófico, bisiesto y capicúa al revés. No me extraña que la pandemia se oficializara con los Idus de Marzo. Todo lo que tenga que ver con los números me da yuyu, tío. La aritmética es la ciencia sagrada y Pitágoras su profeta. Con estas cosas del esoterismo soy muy cuidadosa y selectiva. No te vas a creer a cualquier chamán, iluminado, gurú, epidemiólogo o “experto” que te quiera vender la moto.
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