ESCENARIOS

EL CUENTO DEL TOMATE FRITO: Hacerlo todo bien

El cuento del tomate frito
Alberto Morate | Sábado 13 de mayo de 2023

"Cuéntame un cuento y verás qué contento me voy a la cama y tengo lindos sueños", dice la canción de Celtas Cortos.



O León Felipe que escribió: "yo no sé muchas cosas, es verdad. Pero me han dormido con todos los cuentos y sé todos los cuentos".

Cuando se es niño a uno le gustan los cuentos. Los cuentos ejemplifican, simbolizan, casi diría que nos describen. Algo de esto debe saber Marta Guerras que firma la dramaturgia de El cuento del tomate frito. Pero podría ser El cuento de la tortilla de patatas, o el Cuento de la niña que lo hacía todo bien o el niño que todo lo hacía mal.

Porque aquí, en esta comedia ágil y divertida, con canciones y existencialismo, con corsés familiares y terapias alternativas, con dudas, fracasos y éxitos, soledades e incomprensiones, con la verdad a medias y la mentira que solo es ocultación, se dirimen varias historias de cuentos cotidianos, de cambios de sentido, de lo que no se puede hablar y de lo que se siente, de ti conmigo y de mí con vosotros, de sinceridad y sencillez, del vuelo de la imaginación, de la madurez, de la comunicación, de ir a remolque unos con otros, de necesitarse, de imposibles y de cambios de actitud, de lo que sucedió y no sabíamos, de lo que pasará a partir de ahora.

Imbuidos como estamos en las actividades de cada cual, a veces decimos no puedo, o no cuentes conmigo, o necesito una terapia y realizar un taller, siempre aprendiendo, quizás para evadirse del miedo, para creer en sueños, para no dormirse en los laureles.

Dirige este Cuento de hacerlo todo bien, pero que todo salga mal, la propia Marta Guerras junto con Egoitz Sánchez y se dejan querer y quieren a los personajes, y hacen que nosotros, espectadores, los queramos a todos.

Con Mónica Miranda, Alejandro Pau y Cristina Bernal, en una perfecta sincronización de encuentros y desencuentros, nos van contando este cuento que no tiene moraleja, que desestructura de algún modo a sus miembros, que los hace estar a la altura de sus deseos.

Es curioso, estos personajes no buscan exactamente el éxito. Quieren ser queridos, quieren sentirse, avanzar, dar un paso al frente, dar pasos firmes, mantenerse unidos, aunque hasta ahora se hayan comunicado poco.

Los cuentos que nos cuentan son buen ejemplo, como antaño, como cuando éramos niños. Echen mano de su bagaje de cuentos contados, leídos o inventados y verán, como Jorge Bucay, que esos cuentos sirven para entender la vida, para comunicarse y reconocer valores y culpas, para entender la apreciación de las cosas desde diferentes puntos de vista. En definitiva, para intentar vivir en paz con uno mismo, conocerte mejor y hallar la felicidad que se encuentra en los momentos y sitios más anodinos. O en el teatro, que es un sitio divino.

FICHA ARTÍSTICA

Dramaturgia: Marta Guerras

Dirección: Marta Guerras y Egoitz Sánchez

Elenco: Mónica Miranda, Alejandro Pau y Cristina Bernal

Música: Mariano Estudillo y Cristina Bernal

Producción: Doña Perfectita en colaboración con La Comunidad Imagine

Espacio: Teatro Infanta Isabel

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