Primera toma de contacto: se va a formar un grupo de teatro o, más bien, un grupo de terapia teatral, gente de la calle, como tú y como y yo y como usted que, de repente, sienten la necesidad de ¿expresarse?, ¿de conocer a gente?, ¿de liberar tensiones?, ¿de no aburrirse?
¡Cualquiera sabe! Cada uno y una, llegará con sus motivaciones diferentes y, lo bueno del teatro, es que todas son válidas. El teatro, el hecho teatral, el arte escénico, no rechaza nada.
Segunda prueba: el director, el profesor, el que tenga más experiencia en acontecimientos teatrales previos, el que asuma el mando, en definitiva, (aunque el teatro sea democrático, necesita un guía), verá las posibilidades de cada cual y, al mismo tiempo, casi por inercia, irán surgiendo las cuestiones personales, (ser o no ser, esa es la cuestión), el conocimiento íntimo y privado, las relaciones que se establecen entre unos y otras.
Siguiente fase: empiezan a sentir la necesidad de mostrar al público lo que hacen. Descubren textos, descubren personajes, se descubren a sí mismos. Y entienden, y saben que el teatro les sirve mucho más que cualquier psicólogo y empiezan a disfrutar y comienzan a querer. A quererse entre ellos, a querer hacerlo bien, a querer sorprender, a querer salir de su insignificancia anónima y anodina.
Última prueba: Por fin, deciden poner un texto en pie. Representar, mostrarlo al público, triunfar. Y siempre, siempre, lo consiguen. Aunque la obra no guste, aunque no hayan hecho la mejor interpretación de su vida, aunque su público sean familiares, amigos y gente que los quiere bien. La satisfacción se habrá impuesto por encima de todos los sinsabores, reveses, dificultades y problemas técnicos.
Así es el teatro.
Pero, vamos, que me voy por las ramas. El caso es que tenemos, en esta ocasión, a L’Om Imprebís, con una trayectoria ya de 40 años en las tablas, solvencia probada y éxito seguro tan solo con oírlos nombrar, que se nos presentan para crear un nuevo grupo de teatro, una nueva aventura teatral donde, nada más y nada menos, van a intentar poner en escena Hamlet, aparte de otros grandes textos de la dramaturgia universal como Casa de muñecas, con los que, y aquí está la maravilla, dos actores, dos, Carles Castillo y Carles Montoliu, darán vida, esencia, presencia, legitimidad, experiencia, a 12 personajes no en busca de un autor, sino en busca de su indecisión, de su atractivo, de su humanidad, de sus debilidades, en un estado de gracia y virtud, que demostrará que el teatro, como hemos indicado anteriormente, es beneficioso para quien lo hace, pero también para los que asistimos como espectadores.
Hoy no estrenamos. Claro que no, porque es una puesta en escena constante, es su viejo territorio del dominio de la interpretación, improvisada y altamente preparada, es el resultado de tantos años de experiencia, de entrega, de pasión, que perdura en el tiempo, aunque Carles Castillo ya se jubile, no para siempre, seguro, y que sus compañeros de compañía y amistad, Santiago Sánchez, como director y Víctor Lucas que se acopla como guante a mano que toca, acaricia y habla.
Con Hoy no estrenamos, dicen, se despide. Pero no terminan los sueños. Vemos a tantos y tantos personajes de nuestra memoria, que podríamos ser nosotros mismos.
Casi hubiera preferido no decir nada. Vayan a verlo, hubiera sido la crónica más corta de la historia: Hoy no estrenamos, vayan a verlo. Precisamente por eso, porque no estrenan, porque se hacen cotidianos, desnudez de la transparencia interpretativa, explosión de la comedia nueva.
Siéntanse libres de pertenecer a este nuevo grupo de teatro que se crea, después de más de 40 años de trayectoria.
HOY NO ESTRENAMOS
Carles Castillo y Carles Montoliu, encarnan a 12 personajes a ritmo de vértigo cambiando solo un objeto. Junto a ellos, el joven talento de Víctor Lucas, bajo la dirección de dos maestros: Michel López -creador de la Liga de Improvisación Francesa- y uno de los directores españoles más premiados y reconocidos, Santiago Sánchez.
PREMIO MEJOR ESPECTÁCULO. XVI FERIA DE TEATRO CIUDAD RODRIGO.
Espacio: Teatro Infanta Isabel