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POETA [PERDIDO] EN NUEVA YORK

Poeta [perdido] en Nueva York

Un poeta, una palabra, un silencio

Alberto Morate | Domingo 19 de octubre de 2025

Un poeta, una palabra, un silencio. Me despojo de vanidad y engreimiento, no pongo límites al sentimiento, intento mirar más allá de mí mismo y de mi ombligo, requiero del verso para ello. Ese verso suelto que me abofetea, a veces, que me deja desnudo y en cueros, que me hace un quiebro y, entonces, me quedo en silencio en mi rincón de los poemas tímidos, en las palabras agazapadas sin movimiento y, sin nada externo, grito mis palabras al viento, al aire de tu nombre, al cristal que me devuelve el vaho de mi triste aliento.



Poeta en Nueva York. Poeta [perdido] en Nueva York, con texto, dirección e interpretación de Jesús Torres. Simplemente, magnífica puesta en escena de este poemario de Federico García Lorca, que debió escribir desde sus más profundas entrañas, en una perfecta arquitectura surrealista, descarnado y desnudo.

Siempre he puesto como ejemplo para explicar la poesía que esta no es tan importante que se entienda, sino que se sienta, que llegue, que remueva, que produzca un revulsivo para la conciencia, que haga agitarse la mansedumbre la placidez, que genere, incluso, cierta violencia, que sepulte otros sentimientos, que llene un vacío existencial, que no sea únicamente un discurso.

Puede no entenderse, pero es ¡tan sublime la forma de expresarlo! Poeta en Nueva York acaricia la oscuridad de un tiempo de soledad y de descubrimiento al mismo tiempo, que hace resplandecer a las palabras con todo el horror, o la pasión, o el desorden, el silencio, la muerte, los marginados, que nos desvela los fuegos de artificio de una sociedad deshumanizada, “no duerme nadie”, Lorca en estado puro.

Poeta en Nueva York es una joya preciosa. Es un milagro, una gota de agua, la auténtica luna de plata del poeta, la fragilidad compacta de las palabras, el libro imprescindible, la emoción con mayúsculas.

Y Jesús Torres le ha sacado todo el jugo, toda la esencia, todo el espíritu. Es la incertidumbre del poeta y el descubrimiento del hombre. Ha entrelazado sus versos, sus cartas, sus conferencias, sus pareceres con una mirada limpia y dramática, la que necesitaba, por otra parte, sin salir de la ingenuidad de un poeta joven que viaja a un mundo totalmente nuevo para él, que lo arrastra en ráfagas de dolor y placer a escribir lo que siente sin ambages, dejándose la piel, transformándose en una inquietud de robustos sentimientos.

Sí, Poeta en Nueva York es un Poeta [perdido] en Nueva York, y nombra al mundo desde su habitación de la Universidad de Columbia con toda la erosión que ve en el capitalismo, en la industrialización, en la discriminación, en la deshumanización y en la podrida sociedad egocentrista.

Los recursos que utiliza el actor en la puesta en escena, siendo esquemáticos y simbólicos, resultan altamente explícitos, con una interpretación muy memorable con una línea argumental que mantiene al espectador en tensión, emocionado, sensiblemente dispuesto a sentir las palabras de Federico García Lorca, aunque no se entiendan del todo que, en este caso, no es el caso.

FICHA ARTÍSTICA

POETA [PERDIDO] EN NUEVA YORK

Texto, Dirección e Interpretación: Jesús Torres

Escenografía y Vestuario: Juanjo González Ferrero

Espacio Sonoro: Alberto Granados Reguilón

Videoescena: Leonardo Lapeña

Coreografía: Mercé Grané

Produce El Aedo Teatro

Teatro Fernán Gómez – Sala Jardiel Poncela

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