EXPOSICIONES

Exposición “Realistas de Madrid”

Entrada a la exposición (Foto: José Belló Aliaga).

En el Museo Thyssen- Bornemisza

En la que participa el artista de Tomelloso, Antonio López

José Belló Aliaga | Martes 09 de febrero de 2016

En el Museo Thyssen-Bornemisza se ha presentado a los medios de comunicación "Realistas de Madrid", una exposición dedicada a un grupo histórico y generacional de pintores y escultores que han vivido y trabajado en Madrid desde la década de 1950, unidos tanto por las vinculaciones de su formación y de su trabajo como por sus relaciones personales y familiares.



Intervinieron en la rueda de prensa los comisarios Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza, y María López, hija de Antonio López, y Anunciada Fernández de Córdova, directora de la Oficina de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid.

La inauguración oficial tuvo lugar el lunes 8 de febrero.

Siete artistas
Desde el 9 de febrero al 22 de mayo de 2016, la exposición podrá ser visitada en el Museo Thyssen- Bornemisza y aunque se han incorporado a veces otros nombres, el grupo que se presenta aquí está formado por siete artistas: Antonio López García (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) -que ya contó con una muestra monográfica en el Museo en el año 2011 y que en esta ocasión muestra, entre otras, obras inéditas y de reciente creación -; su esposa, María Moreno (Madrid, 1933); los escultores Julio López Hernández (Madrid, 1930) y su hermano Francisco (Madrid, 1932); la mujer de Julio, la pintora Esperanza Parada (San Lorenzo de El Escorial, Madrid, 1928 – Madrid, 2011); la mujer de Francisco, la también pintora Isabel Quintanilla (Madrid, 1938), y Amalia Avia (Santa Cruz de la Zarza, Toledo, 1930 – Madrid, 2011), casada con el artista Lucio Muñoz. No todos son por tanto nacidos en Madrid, pero este ha sido el lugar principal de residencia y trabajo de todos ellos.

Con la colaboración de la Comunidad de Madrid
La exposición, que cuenta con la colaboración de la Comunidad de Madrid, es la primera que se les dedica en la capital en el último cuarto de siglo y supone una recuperación del grupo como tal. Incluye unas noventa piezas entre óleos, esculturas, relieves y dibujos, que se alternarán a lo largo de las salas para establecer diálogos entre los artistas y destacar los puntos que tienen en común, tanto en la elección de los temas como en la forma de abordarlos; unos nexos que se ven reforzados por esa relación tan estrecha que les une, ya sea familiar o de amistad, y por las coincidencias en su formación académica y su postura común frente al informalismo dominante en el panorama artístico español de los años cincuenta.

Destacada presencia femenina

Muchas de las obras seleccionadas no se han visto en mucho tiempo en nuestro país y han sido elegidas por los dos comisarios de la exposición, María López, hija de Antonio López, y Guillermo Solana, junto a la comisaria técnica Leticia de Cos, de las propias colecciones de los artistas, de otras colecciones particulares y de instituciones internacionales, sobre todo de España y Alemania, con relevantes préstamos también de Estados Unidos.

Además, la destacada presencia femenina en el grupo, de cuatro mujeres frente a tres hombres, tiene igualmente su reflejo en la exposición, como muestra de esa primera generación artística tras la Guerra Civil española en la que las mujeres ocupan un lugar relevante.

Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando

Tras los años iniciales de formación en la década de 1950, que muchos de ellos compartieron en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, en la madrileña calle de Alcalá, sus trayectorias vitales y profesionales han ido transcurriendo casi en paralelo, con un intenso intercambio intelectual y artístico. Su consolidación como grupo se manifiesta a través de exposiciones colectivas, tanto dentro como fuera de nuestro país, que van desde Realismo Mágico en España (Fráncfort, 1970) hasta Otra realidad. Compañeros en Madrid (Casa de las Alhajas, Madrid, 1992). En ellas se revela una poética compartida: una visión de lo cotidiano, de los objetos y los espacios familiares, que está impregnada de misterio, melancolía e intimidad, marcada por el paso del tiempo y la presencia de la muerte. Este extrañamiento ante las cosas se nutre tanto de ciertas corrientes figurativas del siglo XX (como la pintura metafísica, la “nueva objetividad” o el surrealismo), como de la gran tradición de la pintura española, con sus resonancias meditativas y alegóricas.


Autor del vídeo y de las fotografías: José Belló Aliaga

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