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El Gran Wyoming presenta su libro de historia "No estamos locos"

Gran Wyoming
Javier Velasco Oliaga | Jueves 23 de octubre de 2014

"No estamos locos" es el título del último libro del artista polifacético y por mal nombre conocido como El Gran Wyoming, cuyo nombre real es José Miguel Monzón. "Este es un libro que no está escrito desde el rencor, ya que vengo del bando de los vencedores, mi padre ganó la guerra. Pero nos están contando una historia que nada tiene que ver con la realidad", sentenció el presentador televisivo.



Como si de un político se tratase, El Gran Wyoming convocó a la prensa para la pegada de carteles de su nuevo libro. En una fría mañana otoñal, este escritor y presentador televisivo, entre otras muchas cosas, dio un repaso a los últimos años de nuestra historia, desde la guerra civil hasta la actualidad, para deshacer entuertos y contar la historia como se debe contar o como él mismo señaló: "yo cuento lo que otros no quieren contar".

Escogió para el acto la popular plaza del Dos de Mayo. No podía ser otro sitio menos castizo, ya que él es castizo por los cuatro costados, ¡hasta nació un 15 de mayo, bajo la advocación de San Isidro! Sus padres no tuvieron la osadía de llamarle como el santo patrono. ¡Una lástima! Y le llamaron José Miguel. Pero él se rebeló, no le gustaba ese nombre y se fue a buscar otro más acorde con sus gustos y expectativas.

En aquellos años sesenta, jovencito él, se ponía en TVE, "durante dos años se concedió a la televisión estatal el premio de mejor informativo del mundo, por delante de la BBC y la CNN, justo antes de gobernar Rajoy. Ahora ya se los han cargado y debemos estar por el último lugar. Ya nadie ve esos informativos". En la serie Bonanza, un bonito rancho a las orillas del río Medicine Bow, el rancho de los Cartwright, estaba en el estado de Wyoming y como quería estudiar medicina, ese le pareció un buen nombre para volverse a bautizar y como era alto y fuerte, añadió el Gran. Con El Gran Wyoming se quedó y hay que reconocer que le viene al pelo. Por cierto, la capital de Wyoming se llama Cheyenne y a él siempre le ha gustado hacer un poco el indio.

Una vez bautizado con su nuevo nombre, dividía su tiempo entre estudiar y cantar en la banda de su hermano Seju Monzón, Paracelso. Eran tan madrileños ellos, que en el año 1978 decidieron presentarse al Primer Concurso Rock Villa de Madrid. Para entonces cambiaron el nombre por El Gran Wyoming y Paracelso y, lo que son las cosas, ganaron esa edición y la siguiente y hasta llegaron a grabar un disco con una canción que decía más o menos así: saca la china y líate un peta.

Con tanto triunfo rockero, la carrera de médico fue avanzando a poca velocidad, pero él, que es inteligente, terminó sus estudios y se marchó contento en un autobús de la Continental hasta la población serrana de Buitrago del Lozoya. Allí le conocí, cuando era el médico cantante y los ancianos de la residencia le animaban a cantar un par de rock and rolles en la fiesta del pueblo. Sería un 15 de agosto cuando cogió el micrófono y dejó estupefactos a propios y extraños, "cantaba mejor que curaba, al día siguiente los ancianitos que me habían visto cantar, porque muchos con el sonotone no apreciaban el sonido, me regalaron tres botellas de brandy y otras tres de anís", recuerda en la presentación. Las de anís El Mono serían para que se acompañase con un tenedor en las canciones...

Lo que no recordó, el entonces cantante, es que una semana después volvió a subirse en el escenario de las fiestas de Villavieja del Lozoya. Pero yo sí que lo recuerdo, como recuerdo la cara estupefacta de todos los habitantes de la villa de mis tíos. Eran pocos los habitantes de allí, no llegaban a los cien en invierno, pero en verano se multiplicaba por cinco, y todos iban religiosamente al baile en la plaza. ¡Que recuerdos! No nos perdíamos ninguna fiesta y ahora debo ser el único que ha sobrevivido a sus cuidados médicos, -siempre consultando el vademécum en la mesa-, y a su terrible versión del Rock de la cárcel.

Yo fui testigo de su época de médico, como él ha sido testigo de una época que no se quiere recordar. "No nos gusta recordar nuestra historia. En los colegios no se va a contar lo que yo cuento aquí, como que la Virgen de la Macarena, durante años se la ha paseado con el fajín del general Queipo de Llano, aquel que en sus locuciones desde Sevilla instaba a los soldados nacionales a violar a las mujeres republicanas porque los milicianos eran maricones", evocó El Gran Wyoming en tono decidido pero sin perder la sonrisa de los labios.

"Los políticos junto con los jueces ocupan el último lugar en la consideración de la población española", dijo. En su opinión, los partidos están profesionalizados y sólo tienen un objetivo: mantenerse en el poder. "Se han institucionalizado y eso es lo peor que puede hacer un partido porque ya no defienden los intereses de las personas, sino los de ellos", señaló y puso como ejemplo de mal político y deshonesto a Mariano Rajoy, actual presidente del gobierno, "ahora nos dice que no ha podido hacer la política que le hubiese gustado hacer por culpa de la crisis, pues si no puede hacer su política lo mejor es que dimita. Es una falta de honradez total", calificó este notario de la actualidad.

No estamos locos es un libro para agitar la memoria histórica. "Es fruto de una reflexión probablemente poco reflexiva y es un libro de un gran testigo. Que soy yo porque me siento testigo y, por supuesto, no es un acto de venganza. Pero sí es un libro subjetivo, porque para mí la objetividad no existe. Vamos, quien diga que Losantos es objetivo porque da palos a todo el mundo, no sabe lo que está diciendo", opina.

No tiene vocación política, porque "podría corromperme y es mejor no tener ocasión".Y lo que él siempre quiso es ser artista. "Yo hago muy bien mal muchas cosas. Soy el mejor que hace peor las cosas". Es claramente, un maestrillo de todo y como dice: "por no querer trabajar he hecho un gran oficio", apuntó, lo mismo que decía Díaz-Cañabate en su tiempo.

Pero lo que sí hace bien es denunciar algunas cuestiones que se están obviando en "este país tan especial". "Teníamos la mejor sanidad pública del mundo y el Partido Popular se la ha cargado. Están privatizando la sanidad y está cayendo en manos de los políticos que llevaban la consejería de Sanidad en la Comunidad de Madrid. Quieren desprestigiarla, destrozarla y cobrar por los servicios. De ahí que hayan jubilado a catedráticos con 65 años, había que quitar de en medio a los buenos", afirmó tajante y añadió "están creando una mediocridad como referente y no sólo en la sanidad, sino en la educación, en los medios de comunicación, etc".

Este No estamos locos va a levantar muchas ampollas, porque a los políticos no les gusta escuchar las opiniones de la gente y los medios de comunicación sólo publican lo que les ordenan. Pero siempre hay un Robinson Crusoe que sobrevive a todas las adversidades y el nuestro lleva nombre de estado americano. Mientras, el país continúa anestesiado y con encefalograma plano.

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