Ángela Banzas nos traslada en su novela a la tierra que la vio nacer, Santiago de Compostela. Ahora emprende un nuevo camino en la editorial Planeta, dejando atrás la experiencia de otra editorial menor. “Quise participar en este certamen porque sabía que iba a tener una mayor proyección y un impulso importante para mi trayectoria profesional. Yo lo que busco es llegar a más lectores”, nos cuenta la autora que acaba de fichar por la editorial puntera de España. La autora ha revelado que su nueva novela ha estado “gestándose durante años, ya que quería transitar por un episodio personal. Eso sí, he querido tener un mensaje luminoso”, señalando que “no se trata solo de una historia ambientada en un hospital, sino de una combinación de suspense, intriga y emociones”. La autora, durante su infancia, pasó un tiempo ingresada en un hospital de la capital gallega. Vivencia que le marcó siendo niña. “Ningún niño se merece pasar por una experiencia así y tampoco los padres, que sufren muchísimo”, añade. “El contexto en el que vivimos me influye mucho”, comenta refiriéndose a las atrocidades del pasado y la necesidad de transmitir un mensaje de esperanza. La novela, según ella, se mueve entre la oscuridad y la luz, invitando a los lectores a avanzar hacia lo positivo. La historia comienza en el año 1939 y transita por una posguerra oscura donde se pasaba hambre, había odio, dolor, niños robados y vendidos, necesidades, además de los temas políticos que marcaba una sociedad que buscaba la paz. “El amor es el motor de la vida”La escritora también ha abordado el tema del amor, señalando que es un aliciente importante para invitar a la lectura. “El amor es lo que mueve el mundo”, expreso con convicción. Para ella, el sentido de la vida radica en el amor, ya que es lo que nos hace sentir vivos. Curiosamente los dos libros finalistas del Premio Planeta 2025 tienen el amor como leit motiv de sus novelas, pero de forma totalmente diferentes. “Lo que se contrapone a la muerte no es la vida”, ha reflexionado, “es el amor”, enfatizando su importancia en nuestras vidas. Además, ha mencionado cómo su novela rinde homenaje a los niños que sufren enfermedades graves y a sus familias. “La idea de esta novela partía de esa incomprensión que tuve cuando era niña, al descubrir, estando en el hospital, esa horrible realidad: que los niños podían enfermar muy seriamente, y que podían morir. Y que algunos vivían años y años encerrados en un centro, con el dolor que padecían no solamente ellos, sino el sufrimiento que acarreaban a sus familiares, las personas que los quieren”, recuerda con un tono de nostalgia. A lo largo de la conversación, la autora ha explicado cómo utiliza elementos metafóricos en su escritura.”Cuando hablo de nubes dispersándose por la memoria, me refiero a esos recuerdos”, comenta sobre el inicio de su novela. Los personajes principales son Sofía y Daniel, quienes aportan diferentes perspectivas a la trama. La parte de Sofía está escrita en primera persona, con ello busca conectar emocionalmente con los lectores. “Quería que hablar desde lo más profundo de su ser”, apunta; mientras que, cuando aparece Daniel, se narra en tercera. “La esperanza es fundamental a lo largo de toda la novela”, insiste. La culpa también juega un papel importante en las emociones exploradas. “Quería mostrar tanto los momentos que nos hacen sufrir como los de ternura”, añade al hablar sobre el desarrollo emocional de sus personajes.
La autora ha destacado la importancia de la empatía, especialmente en entornos como los hospitales. “En esos lugares se potencia todo lo humano”, señala y ha señalado que en un hospital se suele sufrir mucho, pero también fuera de él. Muchas personas sufren sin ser vistas y sin ser comprendidas. “Es una pena que luego se nos olvide esa empatía al salir”, ha lamentado. En su obra, busca crear una atmósfera envolvente para transportar al lector a otro universo lleno de emociones y reflexiones profundas. Algo que consigue plenamente, ya que el ambiente en el que se desarrolla la novela tiene mucho que ver con el misterio y la magia que hay en esas tierras gallegas. “Debemos conocer lo que ha pasado en nuestra historia para poder avanzar”Sobre el contexto histórico de su novela, la escritora considera esencial integrar las cicatrices del pasado en nuestra memoria colectiva. “Debemos saber lo que ha pasado en nuestra historia para poder avanzar”, afirma con firmeza. También invita a los lectores a reflexionar sobre cuánta verdad puede tolerar nuestra realidad para ser felices. “Aunque a veces es necesario ignorar parte de la realidad para poder ser feliz”, subraya, abriendo espacio para una profunda reflexión personal en cada lector. “Sofía tiene mucho de mí misma”, ha confesado al hablar sobre cómo sus experiencias personales han influido en el desarrollo del personaje. Esta conexión íntima permite explorar temas universales como el amor y el dolor desde una perspectiva única. Finalmente, la autora concluye con un mensaje claro: “Mañana volverá a llover y escampará. Este epílogo simboliza no solo un paso hacia adelante, sino también una promesa de transformación personal y colectiva. El viento se convierte así en un símbolo del destino y de posibilidades futuras. “Depende de nosotros transformar, incluso, lo más horrible en algo bello”, concluye Ángela. Con esta reflexión finaliza una conversación que ha transitado, fundamentalmente, por las emociones positivas y los significados profundos acerca del sufrimiento humano y la búsqueda incesante de esperanza. Y del amor. Puedes comprar el libro en:
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