EL RINCÓN DE LA POESÍA

Concha Méndez: La voz poética que desafía la hipocresía social en su obra

Concha Méndez junto a Manuel Altolaguirre. Lleva puesto el mono azul con que trabajada en la imprenta que ambos crearon.

Nuestro poema de cada día

Fernando Carratalá | Miércoles 10 de septiembre de 2025
Los tres primeros libros de poéticos de Concha Méndez (Inquietudes -Imprenta de Juan Pueyo, Madrid, 1926-, Surtidor -Imprenta Argis, Madrid, 1928- y Canciones de mar y tierra -Talleres Gráficos Argentinos, Buenos Aires, 1930-, se inscriben en una óptica vanguardista, con una temática que convierte en materia poética sus propias experiencias vitales. No obstante, esa vertiente vanguardista la abandona tras su matrimonio, en 1932, con el poeta malagueño Manuel Altolaguirre, del que se separaría en 1944.


Quisiera tener varias sonrisas de recambio

Quisiera tener varias sonrisas de recambio
y un vasto repertorio de modos de expresarme.
O bien con la palabra, o bien con la manera,
buscar el hábil gesto que pudiera escudarme…

Y al igual que en el gesto buscar en la mentira
diferentes disfraces, bien vestir el engaño;
y poder, sin conciencia, ir haciendo a las gentes,
con sutil maniobra, la caricia del daño.

Yo quisiera ¡y no puedo! ser como son los otros,
los que pueblan el mundo y se llaman humanos:
siempre el beso en el labio, ocultando los hechos
y al final… el lavarse tan tranquilos las manos.

Concha Méndez: Lluvias enlazadas.
La Habana, Imprenta La Verónica, 1939.

[Comienza una nueva etapa poética con la publicación de los libros Vida a vida (Madrid, La Tentativa Poética, 1932), Niño y sombras (Madrid, Ediciones Héroe, 1936) y el libro al que pertenece el poema que hemos seleccionado: Lluvias enlazadas (La Habana, Imprenta La Verónica, 1939); coincidiendo con una vida que transcurre por complejos derroteros: un primer hijo que no llega a nacer, el desarraigo que conlleva el exilio…; y su poesía afronta esta temática, alejada de todo vanguardismo, impregnándola de un tomo dramático y desgarrador, así como de una atmósfera de autenticidad que la hace profundamente comunicativa en parte gracias a la sencillez del léxico empleado y a la soltura en el manejo de las formas métricas.

“Quisiera tener varias sonrisas de recambio” es un poema de severa crítica a la hipocresía social, que enmarcara la sinceridad en gestos farisaicos (estrofa primera); que convierte la mentira, la falta de conciencia y los comportamientos dañinos en una forma de vida (estrofa segunda); y que enturbia las relaciones humanas al basarlas en las apariencias y en la falta de compromiso con los demás (estrofa tercera, donde la metáfora del beso trae a la mente la figura bíblica de Judas Iscariote, ejemplo de deslealtad motivada por intereses materiales; y la de “lavarse tan tranquilos las manos”, la del poderoso Poncio Pilato, procurador romano de Judea en tiempos de Cristo, símbolo de quien busca excusas para desatender las obligaciones que debe cumplir, escudándose en los otros). Y aunque la poetisa “quisiera ser como los otros” -como todos ellos-, su temperamento y sensibilidad no se lo permiten. Y de ahí que, frente al imperfecto de subjuntivo “quisiera” se alce la contundencia de un presente objetivo, en expresión exclamativa: “¡y no puedo!”. Todo un alegato poético en el que Concha Méndez enarbola la bandera contra la doble moral. Y lo hace en el marco métrico del verso alejandrino: el poema lo conforman doce, distribuidos en tres estrofas de cuatro versos en los que los pares presentan diferentes rimas consonantes: /-árme/ (estrofa primera), /-áño/ (estrofa segunda) y /-ános/ (estrofa tercera)]. [Fernando Carratalá].

CONCHA MÉNDEZ (1898-1986)

Universo Lorca: Quién fue quién: Concha Méndez:

https://www.universolorca.com/personaje/concha-mendez-cuesta/

Y de Entre el soñar y el vivir, de 1981 -último libro de Conchas Méndez, recogemos este significativo poema, en el que el desencanto vital ha hecho mella. [Componen la obra 47 poemas, más 8 dedicados a su marido, que murió en aciidente de tráfico, ocurrido en la provincia de Burgos el 26 de julio de 1959.

No es mi envoltura, no,
esta que veis tan torpe
que me cubre los huesos.
Mi verdadero traje
es el que llevo dentro,
sudario imperceptible
sobre un cuerpo sin alma,
tal como quise ser.

Son otros los fantasmas,
huéspedes que transitan
por mis raíces profundas,
que se ocultan en mí.
Tampoco veis la lucha
que con ellos mantengo.
Tan sólo veis la sombra
de mis contradicciones.

No es mi envoltura, no.
Mi verdadera vida
está vencida y muerta
porque fue mi enemiga
desde antes de nacer.

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