EL RINCÓN DE LA POESÍA

Ricardo Palma: El maestro de las tradiciones peruanas y su legado literario

Ricardo Palma, (Lima, 1833-Miraflores, 1919)

Nuestro poema de cada día

Fernando Carratalá | Martes 28 de octubre de 2025
El peruano Ricardo Palma, escritor, periodista, político y lexicógrafo, está considerado como el creador de un género literario, a medio camino entre el relato y la crónica: las Tradiciones -que podría encuadrarse en el ámbito de la literatura satírica picaresca-. En estos relatos, que gozaron de gran popularidad en su época, se acumulan las más pintorescas situaciones, tratadas con cierta dosis de picardía y trasfondo escéptico y socarrón.


La gran noticia

A un viejo que pasaba por la calle
detuvo del faldón de la levita
una niña bonita
y de arrogante talle,
diciéndole: —Señor, por vida suya
quiero que usted me instruya
de las nuevas que aquí me participa
una tía que tengo en Arequipa.
Y sin más requilorio
una carta pasole al vejestorio.

Calose el buen señor sobre los ojos
un grave par de anteojos,
el sobre contempló, rompió la oblea,
la arenilla quitó de los borrones,
examinó la firma, linda ó fea,
y se extasió media hora en los renglones.

Ya de aguardar cansada
—¿qué me dicen, señor? —dijo la bella.
Y el viejo echó a llorar diciendo: -¡Nada!
Has nacido, mujer, con mala estrella.

Asustada la joven del exceso
de llanto del anciano,
le preguntó: —¿Quizá murió mi hermano?
Y el viejo respondiole: —¡Ay! es peor que eso.
—¿Está enferma mi madre?
-Todavía, es peor cosa, hija mía:
no puedes resistir a esta desgracia…
yo, viejo y todo, me volviera loco.

—¿Qué ha sucedido, pues, por Santa Engracia?
—Que tú no sabes leer…, y yo tampoco.

Ricardo Palma (1833-1919)

Las Tradiciones peruanas (1893) constituyen la obra más célebre de Palma:

https://es.wikisource.org/wiki/Tradiciones_peruanas

que se complementa con Mis últimas tradiciones peruanas y cachivachería (1906):

https://es.wikisource.org/wiki/P%C3%A1gina:Mis_%C3%BAltimas_tradiciones_peruanas_y_Cachivacher%C3%ADa_(1906).pdf/610

y Apéndice a Mis últimas tradiciones peruanas (1910):

https://es.wikisource.org/wiki/Ap%C3%A9ndice_a_Mis_%C3%BAltimas_tradiciones_peruanas

Años después de su muerte se publicó la obra Tradiciones en salsa verde.

https://es.wikisource.org/wiki/Tradiciones_en_Salsa_Verde

Su gran preocupación por el idioma -y, en concreto, por el castellano hablado en Perú- originó dos interesantes obras: Neologismos y americanismos (1896):

https://es.wikisource.org/wiki/Neologismos_y_americanismos/A

y Papeletas lexicográficas (1903):

https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/papeletas-lexicograficas--0/html/01c25134-82b2-11df-acc7-002185ce6064_2.html

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Ricardo Palma fue Director de la Biblioteca Nacional de Lima desde 1884 hasta 1912, e hizo cuanto estuvo en su mano para erradicar el analfabetismo en Perú, cuyo porcentaje a finales del siglo XIX y principios del XX era muy alto (el censo escolar de 1876 puso de manifiesto que el 81 % de la población de 6 años o más no sabía leer ni escribir; y en el de 1902 el porcentaje de niños hasta los 14 años aún se situaba en el 77 %).

El poema “La gran noticia” se hizo célebre al figurar en muchos libros escolares. Comenzamos por ofrecer un breve apoyo léxico.

Mocita. Muchacha joven. Arrogante talle. Hermosa figura, buena planta. Levita. Vestidura de hombre que se usó hasta principios del siglo XX como traje elegante de calle, visita, etc. Es más larga y amplia que el frac, y sus faldones llegan a cruzarse por delante. Nueva. Noticia. Arequipa. Ciudad del Perú. Requilorio. Formalidad e innecesario rodeo en que suele perderse el tiempo antes de hacer o decir lo que es obvio, fácil y sencillo. Oblea. Hoja muy delgada hecha de harina y agua o de goma arábiga, cuyos trozos servían para pegar sobres, cubiertas de oficios, cartas o para poner el sello en seco. Arenilla. Arena menuda, generalmente de hierro magnético, que se echaba en los escritos recientes para secarlos y que no se borrasen. Mala estrella. Mala suerte, poca fortuna.

La habilidad para la poesía narrativa de Palma puede constatarse en este texto, escrito -con fina ironía- en verso, y repleto de elementos cómicos, que se manifiestan en la caracterización de los protagonistas, e incluso en el estilo grandilocuente empleado. Una joven pide a un anciano, cuya buena presencia anuncia un hombre culto, que le lea una carta de una tía suya residente en Arequipa, pues no sabe leer. El anciano, tras examinar la carta una y otra vez, despierta, primero con su prolongado silencio y luego con su llanto, gran inquietud en la joven, convencida de que le va a comunicar alguna desgracia familiar. Pero de lo que en realidad se está lamentando el anciano es de su condición de analfabeto, pues él tampoco sabe leer.

La caracterización física y espiritual de los personajes está muy lograda. El caballero, persona de avanzada edad, ofrece todavía una arrogante figura, y viste con la afectada elegancia propia de las personas de una elevada clase social a las que se supone que corresponde una buena educación y una estimable cultura; pero, más allá de las apariencias, este personaje es un pobre hombre, afectado y algo cursi, aunque de bondadosa condición. En cuanto a la mocita de arrogante talle, humildemente vestida, pero con el buen gusto que es innato en algunas personas modestas, espiritualmente se distingue por su sencillez, ingenuidad, paciencia y amor a sus familiares.

Palma mantiene hasta el final el interés del lector. El diálogo del anciano con una joven cada vez más angustiada le sirve para retrasar hasta el último verso la dolorosa confesión, puesta precisamente en boca del anciano, del analfabetismo de ambos personajes. Y es que antes que el aspecto cómico, habría que destacar el humor amargo de esta historieta, que sirve a Palma para denunciar esa enfermedad del alma que es el analfabetismo, y que sumerge a quienes la padecen en una dolorosa incomunicación. Y aunque es cómica la figura del viejo, lo afectado de sus modales y sus manipulaciones con la carta, así como la sorpresa que en el lector produce la frase con la que termina el relato -“¡Qué tú no sabes leer... ni yo tampoco!”-, mucha más amargura produce la constatación de que quienes no han accedido a la cultura -porque no han podido o, lo que es más grave, porque no han querido- viven en una profunda soledad espiritual, encerrados en su propia ignorancia, en un mundo en el que no hay puertas abiertas a la esperanza de un mañana mejor.

¡CARTA CANTA!

Hacia 1558, el español don Antonio Soler formó en Barranca una valiosa hacienda, donde cultivó melones, nísperos, granadas, limones, albaricoques, membrillos, almendras y otras frutas de Castilla, desconocidas en el país.

Cuando el melonar de Barranca dio su primera cosecha, el mayordomo de la finca escogió diez de los mejores melones, los acondicionó en un par de cajas, y puso estas en hombros de dos indios o mitayos, dándoles una carta para don Antonio, que residía en Lima.

Al cabo de unas leguas de camino, los mitayos se sentaron a descansar junto a una tapia.

-¿Sabes, hermano -dijo uno de ellos-, que he dado con la manera de que podamos comer sin que se descubra el caso? Escondamos la carta detrás de la tapia, que no viéndonos ella comer, no podrá denunciarnos.

La ignorancia de los indios creía que las letras eran espíritus que hacían de mensajeros y a la vez de atalayas o espías.

Aceptó la propuesta el otro indio. Puso la carta tras la tapia, hecho lo cual, los dos se dedicaron a saborear el sabroso melón.

Cerca de Lima, el segundo mitayo se dio una palmada en la frente diciendo:

-Hermano, conviene que igualemos las cargas, porque si tú llevas cuatro y yo cinco, nacerá alguna sospecha en el amo.

Y escondiendo nuevamente la carta, dieron cuenta del segundo melón.

Cuando llegaron a presencia de don Antonio, le entregaron la carta donde su mayordomo le anunciaba el envío de diez melones.

-¡Cómo se entiende, ladronzuelos! El mayordomo me manda diez melones y aquí faltan dos. Ustedes se han comido dos por el camino... ¡Ea! Que les den una docena de palos a estos pícaros.

Después de bien zurrados, los dos indios se sentaron mohínos en un rincón del patio, diciendo uno de ellos:

-¿Lo ves, hermano? ¡CARTA CANTA!

Ricardo Palma: Tradiciones peruanas. Tercera
serie Madrid, Ediciones Cátedra, 2006.

Apoyo léxico. Barranca. Ciudad del Perú. Hacienda. Finca agrícola. Mayordomo. Criado principal a cuyo cargo está el gobierno económico de una casa o hacienda. Mitayo. Indio que en América daban por sorteo y repartimiento los pueblos para el trabajo. (Indio que llevaba lo recaudado de la mita -tributo que pagaban los indios del Perú-). Atalaya. Hombre que atisba o procura inquirir y averiguar lo que sucede. ¡Ea! Interjección que se usa para denotar alguna resolución de la voluntad, o para animar, estimular o excitar. Mohíno. Triste, melancólico, disgustado.

La incultura de dos mitayos le sirve a don Antonio Soler para averiguar que en el camino de Barranca a Lima ambos indios se habían comido dos melones -de los diez que debían entregarle, según se especificaba en la carta remitida por el mayordomo de su hacienda-; hecho que castiga infligiéndoles una buena zurra de palos. El comentario de un mitayo al otro con que se cierra el texto -¡Carta canta!- no hace sino subrayar su ignorancia, convencidos como estaban del carácter mágico de las letras, capaces de escudriñar la realidad por mucho que se intentara ocultar.

Y pese a su brevedad, el texto es un claro ejemplo de narración bien construida: en todo momento se mantiene la trabazón entre las partes del relato; el uso del estilo directo y del presente histórico le confiere gran viveza; la presencia mayoritaria del párrafo corto y de construcción lineal hace sencilla la narración y ayuda a revelar la psicología de los personajes y la manera en que ésta explica el desarrollo de los sucesos contados (y, en este sentido, la adecuada proporción entre el interés del asunto y la extensión de su relato le otorga a la narración un indiscutible valor literario). Y si a todo lo anterior se añade ese punto de irónica malicia que exhibe Palma, habrá que convenir que estamos ante un autor con indiscutible talento para la narración.

[Se ha reproducido el cuento más o menos desde la mitad, con las necesarias adaptaciones].

La ciudad peruana de Arequipa acogió desde el 14 al 17 de octubre la X Edición del Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), organizado por la Real Academia Española (RAE), la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) y el Instituto Cervantes, junto al país anfitrión, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores.

En estos tres enlaces se encuentra todo el contenido de dicho Congreso.

https://congresodelalenguaarequipa.pe/

htpps://congreso de la lenguaarequipa.pe/en-directo

https://www.rae.es/noticia/la-rae-edita-el-diccionario-historico-de-la-lengua-espanola-con-diez-volumenes-en-papel

Desde todoliteratura.es queremos manifestar nuestro reconocimiento a D. Santiago Muñoz Machado y felicitarle por la exitosa labor que realiza como director de la RAE y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española desde el 10 de enero de 2019.

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