HIJOS DEL ÁRBOL MILENARIO de María Jesús Orbegozo: Un retrato histórico de Euskadi
Por Felipe Velasco
Esta obra narra la historia de tres generaciones asentadas en Euskadi cuyos miembros nos dan la bienvenida en San Sebastián, días antes del estallido de la Guerra Civil Española, para llevarnos hasta la sombra del árbol de Gernika en 1979.
En el camino, tres generaciones de una familia, los Landaburu, y más de cincuenta personajes nos muestran sus emociones más íntimas, todas ellas consecuencia de la dictadura franquista y la muerte de Franco, la industrialización y el auge de la nueva burguesía, los alentadores años de la Transición, la posterior liberación de los presos políticos vascos, el nacimiento y la organización de la lucha armada de ETA, la esperada proclamación de la Constitución de 1978 y la firma del Estatuto de Gernika un año después. Más de cuarenta años de historia narrados por hombres y mujeres que se unen y se separan en función de los acontecimientos y su evolución como personas.
La novela es un calidoscopio de la sociedad vasca y su evolución durante el periodo comprendido entre 1936 y 1979, una época de grandes cambios a nivel no sólo nacional sino también mundial, un periodo de grandes paradigmas y enfrentamientos. Frente a la violencia y la miseria impuesta por las circunstancias, se refleja el deseo en todos los personajes por vivir, por actuar de acuerdo a sus principios o emociones; es un canto a la continuidad de la vida, a la regeneración y a la perpetua evolución.
Una evolución que se produce de forma más o menos armónica entre el aspecto económico, el social y el ideológico-político. Cada aspecto influye en los otros: la industria favorece la expansión de la ciudad y ésta la mayor libertad social, que fomenta una apertura de mentalidad en los jóvenes.
Los movimientos sociales, los grandes ideales, no son meramente entidades abstractas; se componen de acciones concretas de personas de diversas circunstancias para conseguir determinados fines que les afectan directamente. La represión de la libertad durante la larga dictadura (y más en el País Vasco, que vio anulados sus tradicionales fueros por los que ha luchado durante mucho tiempo) engendra una serie de ideales contrapuestos muy variados en los jóvenes personajes (socialismo, comunismo, feminismo, nacionalismo), y todos ellos comparten la lucha por la libertad, aunque con diferentes grados y variables.
Y es que Orbegozo no ha querido juzgar a sus personajes, antes al contrario, les ha dado voz y ha dejado que sean ellos los que dictaminen junto al lector quién es el errado o el malvado, con una única idea en la cabeza: “Salvar de la caducidad la historia del País Vasco; salvar del tiempo esa rica historia que a veces es difícil y contradictoria”, mientras permanecía fiel a los personajes que había creado.
María Jesús Orbegozo nació en 1945 en Zumárraga, Guipúzcoa, un importante centro de industria siderúrgica. Licenciada en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras, conoció en su pueblo la vida de diferentes sectores sociales: obreros industriales, artesanos, pequeños comerciantes, sacerdotes, frailes y monjas, nacionalistas vascos conservadores y radicales, exiliados, emigrantes… Su familia se convirtió en objetivo de ETA durante los años del inicio de la lucha armada y sufrió el secuestro de su padre en noviembre de 1982. En la Universidad Complutense de Madrid, se incorporó activamente a la lucha antifranquista. Partió al exilio, a Italia, donde permaneció tres años y vivió la invasión de Checoslovaquia y el Mayo del 68. A su regreso a Madrid se licenció en Psicología Clínica. Después se decantó definitivamente por la literatura. En 1991 publicó el libro de relatos Sueño Sin Trenzas en la Editorial La Palma.
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