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El debut cinematográfico de la guionista y directora Tracie Laymon se inspiró en su propia amistad on-line que mantuvo con un desconocido con el que topó mientras buscaba a su padre. Los mensajes de apoyo que se entrecruzando se convirtieron en pequeños gestos de bondad altruísta que realmente llegaron a marcar la diferencia en la vida de quienes los protagonizaron. La directora quiso dejar patente en pantalla aquellosinstantes, y le ha salido un guion que carece de sutileza, y en donde la insensibilidad egoísta y desmesurada del padre de Lily roza la maldad. Eso sí, la dirección de actores parece ser su fuerte, y la actuación de Barbie Ferreira (conocida por su participación en la serie Euphoria) y John Leguizamo (quien no necesita presentación), tan conmovedora por cómo influyen mutuamente en la vida de sus personajes, te conquista.
Este año marca el cuarto año consecutivo en que el director surcoreano Hong Sang-soo presenta dos películas en nuestras carteleras. Tras su participación en la Berlinale, a finales de abril nos llegó la muy recomendable La Viajera (Yeohaengjaui pilyo, 2024), protagonizada por Isabelle Huppert, y ahora hace lo propio "En la corriente" (Suyoocheon, 2024) que tuvo su puesta de largo en el Festival de cine de Locarno. Sin embargo, la fiabilidad de Hong se debe menos a la precisión técnica de un reloj suizo que al intuitivo método de trabajo del director: el punto de partida de cada película son las personas y los lugares; la escritura se realiza por la mañana, el rodaje por la tarde; el proceso de montaje rara vez dura más de un día. Y, sin embargo, aquí nada está hecho a la ligera, sino que todo está meticulosamente elaborado a mano.
Avalada por un alud de galardones en distintos Festivales de cine donde se proyectó, entre ellos el premio a la mejor película en la sección Un certain Regard del Festival de Cannes en 2024 y dos premios más cosechados en la Seminci de ese mismo año, llega a nuestras famélicas (de buen cine) carteleras esta aclamada fábula existencial proveniente de China. Con muy pocos diálogos (el protagonista es casi mudo y lo que sabremos será gracias a los diálogos de los demás personajes), y mucho cuidado en la puesta en escena, el director Guan Hu cuenta la historia de la amistad entre un joven expresidiario y un perro callejero que todos consideran peligroso.
En la última película del director Jia Zhang-ke, titulada en España "A la deriva" y cuyo título original se podría traducir como Atrapado por las mareas (Caught by the Tides), la ficción y la realidad se fusionan. Entreteje documental y narrativa, experimenta con diferentes formatos de imagen e incluso incorpora imágenes de cámaras de vigilancia y grabaciones de teléfonos inteligentes. El director, en una tarea propia de un espigador que recicla mucho material del que se dejó por el camino en anteriores rodajes, nos regala un compendio de todos los elementos que caracterizan su forma de entender el cine. ¿El resultado final? Una película visualmente tan brillante como audaz.
La distribuidora ha preferido estrenar esta película suiza con su título en versión original. Para todos aquellos que no sepan, como es mi caso, lo que es una bagger, decirles que se trata de una excavadora, una máquina que no suele aparecer mucho en el cine (a no ser que sea para enterrar a alguien y que no quede constancia del hecho) y que va a compartir protagonismo en la trama junto al resto del elenco actoral. Palas de excavadora, alzadas en el aire, girando al unísono, bajando, danzando juntas: Lo que parece fácil es increíblemente difícil, y requiere comprensión y comunicación. En el ballet de las excavadoras, y en particular en el trabajo, funciona. En la vida personal, en casa, las cosas se tambalean. Probablemente siempre ha sido así, solo ahora Daniel, Paul y Conny se dan cuenta. En ese orden: un capítulo de la película está dedicado a cada uno de ellos.
El drama de la directora debutante Louise Courvoisier es una rareza encantadora. Una película que logra combinar la industria láctea, la autodestrucción juvenil y la inevitable marcha hacia la edad adulta todo servido en una bandeja de plata sorprendentemente conmovedora y también muy divertida. La trama sigue las peripecias de Anthony "Totone" (Clément Faveau), un chaval que acaba de alcanzar la mayoría de edad y que pasa por ser un auténtico desastre con la energía temeraria de un adolescente. Cuando lo conocemos, está como una cuba en una fiesta local, y no solo se pega una farra de mucho cuidado sino que no se le ocurre otra cosa que desnudarse sobre una mesa para impresionar a sus compañeros ante la alagarabía general por la proeza etílica. Pero el destino es una bestia cruel e irónica, y decide sacudir su caótica pero previsiblemente autodestructiva existencia.
Cuando te mudas a una nuevo domicilio pueden pasar dos cosas: que encuentres el lugar de tus sueños o que vivas una auténtica pesadilla. Normalmente uno u otro nivel se alcanza dependiendo de los vecinos que te toquen en suerte, pero en esta casa al final de la curva que ahora nos ocupa el causante del desasosiego familiar va a ser un poco diferente, una circunstancia que a priori es bastante difícil de detectar hasta que ya no queda más remedio que asumir que lo que se te viene encima no es poco. Un mal sueño que no necesita ni de fantasmas ni de ningún tipo de poltergeist para acongojar a quienes buscaban paz y encuentran guerra.
No estamos ante una película cualquiera. "Si yo pudiera hibernar" fue la primera película mongola en competir en el Festival de Cannes, y además fue seleccionada como candidata de Mongolia para el Oscar a la Mejor Película Internacional, así que de entrada debemos poner en valor el hecho de que una cinematografía tan precaria haya conseguido atraer la atención de aquellos que seleccionan las diversas obras que acabaran participando en el prestigioso certamen francés. Además, hay que añadir el hecho de que no se presentó en una categoría paralela marginal, sino que que formó parte de la sección “Un certain regard”.
Distribuida por Universal Pictures, se estrena el viernes día 30 de mayo “La trama fenicia”, escrita, dirigida y coproducida por Wes Anderson, divertida película con atractivo reparto.
Divertida película con atractivo reparto
Me van a permitir la licencia de titular esta crítica con ese clásico de nuestro cine de la época del destape protagonizado por el gran Fernando Esteso. Y es que, aunque hagamos un pequeño spoiler (en la misma sinopsis de la película ya se nos avisa de la paternidad sacerdotal) el título le viene como anillo al dedo para referirnos a lo que va a ser el detonante principal de la trama. Y es que aquí la gracia del asunto está en que un clérigo convencido de su oficio hasta la médula se va a llevar el susto de su vida cuando aparezca por su parroquia un antiguo amor fruto del cual nació un inapropiado churumbel. La madre ya está hasta el gorro de criar sola al zamaco y le pide al apurado portagonista que asuma su responsabilidad como padre.
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